26 junio 2007

Velut parvulus

Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él.» Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

En la imagen, Thérèse de Lisieux

Doctora de la fe para un mundo que no cree

3 comentarios:

  1. "Yo gozaba por entonces de una fe tan viva y tan clara, que el pensamiento del cielo constituía toda mi felicidad. No me cabía en la cabeza que hubiese incrédulos que no tuviesen fe. Me parecía que hablaban por hablar cuando negaban la existencia del cielo [...]. [Pero] Durante los días del tiempo pascual, Jesús me hizo conocer por experiencia que realmente hay almas que no tienen fe, y otras que, por abusar de la gracia, pierden ese precioso tesoro [...]. Permitió que mi alma se viese invadida por las más densas tinieblas, y que el pensamiento del cielo, tan dulce para mí, sólo fuese en adelante motivo de lucha y tormento ... Esta prueba no debía durar sólo unos días, o unas semanas: no se extinguirá hasta la hora marcada por Dios ... y esa hora no ha sonado todavía" (Santa Teresa de Lisieux, "Historia de un alma", Manuscrito C). (enviado por CURRO).

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  2. Cuando leí, hace unos años, la "Historia" de Santa Teresita del Niño Jesús, confieso que me sentí decepcionado porque se concediese tanta importancia a un relato tan ñoño. Es que no lo leí con "ojos inocentes". El hecho de que la Iglesia Católica haya elevado el testimonio de esta monjita al rango de "Doctora de la Fe" tiene un significado profundo, al que no accederemos sin hacernos niños de espíritu. Gracias Curro.

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  3. A mí me pareció magnífica la Historia de un alma, gracias por recordármelo

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