03 julio 2008

Monkey trial

Seguimos con el asunto de los animales. En mi entrada anterior [All great apes are equal, but...], respondía al biólogo salmantino Emilio Cervantes que los animales no deliberan, en sentido moral, y por tanto no pueden ser culpables en sentido jurídico. Culpable de un delito es quien pudo haber actuado de otro modo y no lo hizo; pero los animales, sencillamente, no pueden actuar de otro modo a como lo hacen: son inimputables.

Repasando opiniones en la red, he encontrado que este argumento ya ha sido empleado por
Leopoldo Prieto López, autor de un libro reciente en que examina éstas y otras cuestiones en torno al Proyecto Gran Simio (PGS). Reproduzco el argumento, tal como ha sido recogido en Aceprensa:

"El mayor problema de esta iniciativa parlamentaria [instando al Gobierno a adherirse al PGS] es que cuando se toman realmente en serio los principios del PGS, se cae en el ridículo. Lo explica con acierto Leopoldo Prieto López en su reciente libro El hombre y el animal.

"El PGS es idea, principalmente, del filósofo australiano Peter Singer, quien la expuso en la obra programática del mismo nombre. En ella se contiene la “Declaración sobre los grandes simios”, que señala: “El objetivo de toda nuestra empresa es establecer de nuevo el estatuto moral de los chimpancés, los gorilas y los orangutanes, y la aceptación en calidad de persona de algunos animales no humanos”. La razón es que, a la vista de los conocimientos científicos sobre las facultades de esas especies, “la barrera moral que trazamos entre nosotros y ellos es indefendible”. Por tanto, el PGS exige que se reconozcan para los simios tres “principios o derechos morales fundamentales”: a la vida, a la libertad y a no sufrir tortura.

"Pero la barrera indefendible se muestra a la postre infranqueable aun para los firmantes de la Declaración. Como señala Prieto López, si se admite de verdad que los simios forman con los humanos una “comunidad de iguales”, se ha de llevar todo eso a las últimas consecuencias. La defensa jurídica del derecho a la vida supondría no solo, como pide la iniciativa del Congreso español, castigar más duramente al humano que mate a un simio, sino además juzgar y condenar a los simios que maten a otra “persona”, humana o simiesca. Pero ¿en serio creen los del PGS que se puede exigir responsabilidades penales a un animal?

"Parece que no, por lo que dicen en el punto sobre la privación de la libertad de los miembros de la comunidad de los iguales. “La detención de quienes hayan sido condenados por un delito, o de quienes carezcan de responsabilidad penal, solo se permitirá cuando pueda demostrarse que es por su propio bien, que resulta necesaria para proteger al público de un miembro de la comunidad que claramente pueda constituir un peligro para otros si está en libertad. En tales casos los miembros de la comunidad de los iguales deben tener derecho a apelar ante un tribunal de justicia, bien directamente o, si carecen de la capacidad necesaria, mediante un abogado que los represente”.

"Uno se imagina despachos de abogados especializados en defender a simios. Pero no los habrá, porque nuestros iguales tendrán que recurrir al turno de oficio."

.

1 comentario:

  1. Entre simios anda el juego

    Algunos políticos avezados han logrado que los simios participen en nuestro Estado de Derecho dotándoles de responsabilidad penal, con asistencia de un letrado cuando sea preciso, y otorgándoles carta de ciudadanía de "la comunidad de los iguales".

    La Comisión de Medio Ambiente se ha adherido al Proyecto Gran Simio, defensor de los derechos a la vida y a la libertad de los monos, incluido el derecho al aborto de las ciudadanas simias.
    Ojalá pudiera decir: "bromas aparte", pero la crisis parece haber afectado seriamente a las meninges de los que nos dirigen y el voto ya sólo sirve para unirlos en pasmosos disparates. El hombre es mucho más que un simio evolucionado. A su capacidad fantástica de razonamiento (aunque ya se ve que no es patrimonio de todos) está unida el alma inmortal.

    Un animal está a años luz de la dignidad del hombre. Eso que entiende hasta un niño se hace impenetrable a los reniegan de su grandeza.

    ResponderEliminar