01 noviembre 2008

Réquiem de vivos y muertos

Canto de partida

Cuando todos los siglos vuelven,
anocheciendo, a su belleza,
sube al ámbito universal
la unidad honda de la tierra.

Entonces nuestra vida alcanza
la alta razón de su existencia:
todos somos hijos iguales
en la tierra, madre completa.

Le vemos la sien infinita,
le escuchamos la voz inmensa,
nos sentimos acumulados
por sus dos manos verdaderas.

Su mar total es nuestra sangre,
nuestra carne es toda su piedra,
respiramos con su aire uno,
su fuego único nos incendia.

Ella está con nosotros todos
y todos estamos con ella,
ella es bastante para darnos
a todos la sustancia eterna.

Y tocamos el cenit último
con la luz en nuestras cabezas,
y nos detenemos seguros
de estar en lo que no se deja.

Juan Ramón Jiménez, En el otro costado (1936-1942)

.

5 comentarios:

  1. Es muy conocido que la poesía de JRJ, especialmente la última, la más próxima a su final, es panteísta. Digamos que, para un creyente en que algo de nosotros resucitará, JRJ tenía (al menos en este bello poema), un 50% de razón. Precisamente en lo que todos podemos convenir, y es que nuestra vida material, carnal, perecedera, termina así, regresando a la tierra. Todo lo demás es TERRA INCOGNITA.

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  2. (no sé cómo, el comentario de Enrique Baltanás, y mi réplica, aparecen en orden inverso. Misterios del blogger).

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  3. Si no lo he entendido mal, la tesis del poema es: el polvo vuelve al polvo porque no es más que polvo. Estoy seguro de que "hoy" JRJ no la sostendría. Que Dios Nuestro Señor tenga misericordia de él y de todos los que peinsan como él.

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