27 abril 2010

Se prohibe fumar, de cualquiera de las maneras


Este letrero del aeropuerto de Damasco quiere decir "se prohibe fumar según las ordenanzas". El modo correcto de leer la secuencia de señales circulares de la franja inferior es, al modo árabe, de derecha a izquierda (lo cual es una manera convencional de leer, salvo que alguien me demostrase que existe otra dirección más natural de leer y escribir). Por tanto el letrero prohibe, por ese orden, fumar cigarrillos, o con narguile, o en pipa, o fumar cigarros puros.

A los occidentales este derroche gráfico nos parece redundante, y podríamos pensar que con que se prohibiese fumar indicándolo con un pitillo encendido, va que chuta. Pero el letrero, en su ingenua y graciosa exhaustividad, habla con elocuencia del carácter árabe. Uno se imagina a un fumador árabe de pipa, que a la vista de un rótulo a la occidental, porfiaría en que con nuestra señal sólo prohibimos fumar cigarrillos, pero no de cualquier otra manera. Es difícil, pero no imposible, que algún árabe se llevase al vestíbulo del aeropuerto todo el aparato que implica fumar en shisha, como si de un cafetín oriental se tratase, por entender que esa modalidad de fumar estuviese tolerada por omisión...

La abstracción normativa de occidente se acomoda mal al estilo de vida libre y nómada de los árabes, hechos al desorden, a la anarquía y a la improvisación. Por eso, no basta allí decir, a secas, que se prohibe fumar, sino que es preciso detallar cada una de las manera de fumar habituales que se prohiben. El casuismo de las reglas, sin embargo, no es privativo de los árabes, y al final, todas las normas acaban recayendo en un caso concreto que debe resolverse (¿está prohibido fumar así o asá?).

Las normas y prohibiciones de formulación general, que es la que nos gastamos en la esfera jurídica occidental, parecen muy eficaces, pero tal vez sean una abstracción irreal e injusta. De ahí que los sistemas jurídicos originarios (el de los romanos, el de los germanos), sea un derecho de casos y no de normas universales, que es un invento de los racionalistas.

7 comentarios:

  1. Ergo, para cualquier sirio que se precie, el cartel de la T4 de Barajas resultará incomprensible.

    Por cierto, no nos dice si ud. persevera en la abstinencia nicotínica.


    .

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  2. He pecado (unas veinte veces al día).

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  3. Más de uno conozco yo que, aunque se lo pusieran en señales luminosas de neón... acabaría pasando de la prohibición. Y no es árabe...

    :)

    Saludos.

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  4. Por lo que veo se podría fumar un buen caldo liado, ya que eso no está contemplado en los pictogramas prohibitivos.

    Lo tendré en cuenta para cuando viaje a Damasco.

    Si hay que pecar, lo mismo da en un sitio que en otro. Al final, todo se perdona…

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  5. Gracias, amigos. A ver si resulta que el tabaco es el más verdadero factor unitivo de la humanidad... ¡Fumadores sin fronteras!

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  6. He visto el humo...
    Pecar veinte veces al día no es nada, yo paso un poquito la cifra.
    Y cada día estoy más atormentada. Ay.
    No sé qué será de mí cuando no se pueda fumar en los bares, el único remanso de paz que me queda.
    Saludos.

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  7. Olga, tenemos que convencernos, es más fácil dejar de fumar...

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