15 junio 2010

Números arábigos

En el mercado de Sidón, un colmado de barrio, con los precios en números arábigos. Quien espere hallar aventuras extravagantes en un zoco oriental, siento decepcionarle, pero lo que encontrará serán las rutinas cotidianas, idénticas a las nuestras. Conviene viajar al oriente para curarnos de idiocentrismo.

3 comentarios:

  1. La culpa la tuvieron Washington Irving y Albert William Ketèlbey, uno con sus aventuras y el otro con sus melodías, que nos indujeron a imaginar un oriente misterioso y sorprendente.

    Mis lecturas infantiles del Guerrero del antifaz me curaron contra esa debilidad. Los sarracenos eran perros sarracenos, así de vulgares y previsibles. Y no te digo nada de mis clases de historia, aquello de Tarif, Almanzor el expoliador y el Moro Muza…

    Nos muestras un zoco árabe, y una huevería libanesa, y unas señales de tráfico internacionales, y nos estás diciendo que Somos diferentes, somos iguales. Ahora nos toca a nosotros aprender la lección, y hacer los "números" que sean necesarios.

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  2. Le parecerá a uds. poco extravagante encontrarse en el mercado de Sidón un bloque de turrón de Jijona. O tal parece.


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  3. Desde luego tiene toda la pinta, pero no creo.

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