22 septiembre 2010

Deum esse, demonstrabile est


Desde que el mundo es mundo, lo invisible de Dios, resulta visible para el que reflexiona sobre sus obras (Rm 1,20). Para discurrir sobre Dios no hay más camino que alzar la vista porque, como gusta de repetir Santo Tomás, a la divinidad nadie la ha visto nunca, Deum nemo vidit unquam (Jn 1,18).

No es manifiesto que Dios exista, pues los insensatos como Richard Dawkins, dicen que no [dixit insipiens in corde suo, non est Deus]. Luego, que Dios exista, hay que probarlo [indiget demonstrari] (S.Th. 1 q.2 a.1).

Santo Tomás afirma que la existencia de Dios es demostrable por sus efectos [Deum esse, demonstrabile est per effectus nobis notos], demostración que la escuela conoce por el término 'quia', la "razón por la cual", o "por el humo se sabe dónde está el fuego" (S.Th. 1 q.2 a.2) [CT]. Véase que aquí no dice que el mundo (el efecto) haya sido creado por Dios (la causa), sino que, conocido el Universo, hay que interrogarse por la causa, que puede ser Dios (y eso ya se verá si queda demostrado).

Demostrar a Dios, probar que Dios existe (que no es más que ofrecer argumentos que nos procuren certeza a esta proposición), parece una tarea desfallecida. Pero tan sólo ocurre que hemos desestimado ciertas vías ligadas a la empiria. Aquí Stephen Hawking tiene razón: el estudio del Cosmos no conduce a Dios, porque los fenómenos materiales nos conducen de unos a otros, indefinidamente, sin escape posible.

Pero hay que ver si conserva validez la tesis tomista. Decía el apóstol Pablo a la comunidad de Roma: invisibilia Dei per ea quae facta sunt, intellecta, conspiciuntur. La vía no han de ser, según pienso, las cosas visibles en sí mismas (effectus nobis notos), sino el comprenderlas en nuestra mente (intellecta). Demostrar es inteligir, y por eso la respuesta a nuestra pregunta está en nuestra mente. Este es el camino de Agustín, y el de John Henry Newman. A lo que no se opone lo que dice Santo Tomás, puesto que la mente es parte del mundo, y pensar es el medio de ascender a Dios.

Valga este apunte, para lo que seguirá.

11 comentarios:

  1. Carezco de la erudición y bagaje necesario para intervenir en esa argumentación. A pesar de ello me atrevo a afirmar que no se logre la demostración de la existencia de Dios por ningún camino discursivo/reflexivo.
    Yo diría, como la canción: “Hablad menos de Dios, mostradlo en obras…”. Así se traducirían las palabras de Jesús: “¿No crees que quien me ve a mí ve al Padre?” unido a “Amaos unos a otros como yo os he amado, en esto conocerán que sois discípulos míos” y “también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros.”
    A Dios se le demuestra mostrándolo. Pero sólo se le percibe desde la fe. Esa es nuestra enorme y terrible responsabilidad: no defraudar las expectativas que en nosotros se han originado. ¿Qué otra cosa si no es la encarnación del Verbo?
    (Espero que este comentario tampoco lo publiques…)

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  2. Es que a Jesús no lo aceptarón a ni los suyos.

    En este momento estoy buscando "razones comunes" que, si no fuercen a creer, al menos puedan dar algún atisbo de asentimiento.

    Si hay Dios, debe ser un Dios para todos (incluso para los extraterrestres, si los hubiere).

    Aunque es muy posible que, finalmente, nuestro convencimiento sea el que dices: que a Dios no es posible llegar por el mero discurso de la razón.

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  3. Las lecturas de la liturgia de hoy me han reafirmado, es sólo mi opinión, en lo que afirmé ayer.

    La primera –Eclesiastés 3,1-11-, “todas las cosas tienen su tiempo…”, termina con la frase “Observé todas las tareas que Dios encomendó a los hombres para afligirlos: todo lo hizo hermoso en su sazón y dio al hombre el mundo para que pensara; pero el hombre no abarca las obras que hizo Dios desde el principio hasta el fin”.

    El evangelio -Lucas 9,18-22-, “¿Quién dice la gente que soy yo?”, concluye en el paralelo de Mateo 17 con “¡Dichoso, Pedro, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre del cielo”.

    El ser humano contempla el universo y piensa, pero se pierde en esa búsqueda, porque no encuentra el principio, y si buscara el fin tampoco lo encontraría.

    Jesús transparenta a Dios Abba, pero quienes le observan se hacen un lío dando palos de ciego. Sólo lo reconocen quienes reciben la luz que ellos no tienen.

    Ya deploro convertir un intento científico en una homilía más de un cura de barrio. Pero así lo veo.

    El misterio terrible para mí es cómo si esa luz que revela a Dios es dada a todos los seres humanos, tantas personas no la reciben ni la aceptan. ¿Tendrá razón Juan cuando dice que la Luz-Palabra vino a los hombres, pero estos no la recibieron? ¿Será este el mysterium iniquitatis? El Vaticano II habla de de esto con profundidad en su Gaudium et Spes

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  4. El Qohelet (el Predicador, el "Eclesiastés") son palabras mayores. La sabiduría última, que es declinar la propia.

    Anotado Gaudium et Spes.

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  5. Y el "Nuevo Catecismo para adultos", vulgo catecismo holandés, de 1969, en la versión que yo tengo, ocupa veintitantas preciosas páginas hablar de todo esto. Apúntatelo también, por si acaso.

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  6. Es curioso que el Catecismo Holandés (que nunca tuve interés en conocer) ya sólo se encuentre en librerías de viejo, o en Iberlibro (en internet). Ya no se reedita. Pero voy a verlo también, aún estamos en su onda.

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  7. Pues es un problema. Si el catecismo que redactó la mejor conferencia episcopal que nunca tuvo Holanda ahora resulta que a nadie interesa, tendremos que convenir en que hay algo que no funciona. Roma lo aceptó, obligando a unas correcciones que se publicaron en su momento. No se trataba de preguntas y respuestas, sino de un "Relato", como la Biblia misma. Si ya no se usa no es porque no valga, será porque ahora el tribunal va ahora a "lo concreto". Vamos, ¡con el Astete de toda la vida!
    La fe cristiana, en mi humilde opinión, es dialogal. En otro caso, no sé qué pensar. Porque Jesús no dictó nada; apareció por las calles, se fue acercando a las gentes, acariciando a los niños, iba diciendo soy amigo…

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  8. Y sólo se le encontraba discutiendo con fariseos, saduceos y doctores de la ley.

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  9. Pero no veas cómo jugaba con la chiquillería y preguntaba a las mujeres cómo se hacía el arroz a la cubana. Me habría gustado jugar al mus con él, hubiera sido una auténtica pasada.

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  10. Je, me acuerdo de la entrevista que le hicieron en televisión a un cura sevillano muy famoso (el nombre me lo reservo), que cuando le preguntaron si le hubiera gustado ser uno de los discípulos de Jesús, respondió que sí, que eso tuvo que tener su punto (no sé si se entiende el slang sevillano...).

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