22 abril 2016

Sincronicidad y libros

Ayer tuve un golpe de fortuna en el Jueves (en Sevilla es el mercado como el Rastro en Madrid). En un baratillo me encontré un libro casi inencontrable, Sevilla en su cielo, una colección de artículos de prensa del grandísimo poeta sevillano Juan Sierra, que editó en su homenaje el distrito de Triana en 1984. Por 7 euros me lo vendieron, sin regateos. Bien merecía una reedición, como las mismas poesías, que caben en un librito (el que publicó La Veleta en 1992, que guardo como oro en paño [Comares]). Esto de comprar libros viejos es una afición venatoria, con que calmar el spleen.

No salgo de pobre con los libros, pero me hacen rico de espíritu. Y de esto va lo que quiero contar, a propósito de una nueva antología de escritos del siempre sugestivo psiquiatra C.G. Jung [Trotta]. Muchos lectores que no tienen un conocimiento riguroso de la psicología profunda, pueden asociarlo a una noción muy difundida, la de sincronicidad [Synchronizität], acuñada por Jung. La sincronicidad es un fenómeno corriente, que Jung estudia como manifestación del inconsciente. Son esas casualidades improbabilísimas (me acuerdo de un amigo que hace tiempo que no hablo con él, y en ese mismo momento me llama por teléfono, o me lo tropiezo al doblar la esquina), o esas premoniciones que nos llegan en sueños o en la vigilia. Estas coincidencias no pueden explicarse por causas físicas (son "acausales") y postulan un acceso a dominios fuera del tiempo y del espacio. Bueno, no quiero seguir porque no soy especialista, ni tampoco quiero darle mayor importancia a las casualidades extrañas.

Los coleccionistas también experimentamos, en ocasiones, sorprendentes sincronicidades. Como ayer jueves mismo. El miércoles por la noche me entretuve leyendo cosas sobre San Juan de la Cruz. El padre Ángel Custodio Vega O.S.A., prior del monasterio de El Escorial, decía que en su tiempo había buenas hagiografías sobre el santo, pero ninguna buena biografía. Como la del carmelita Crisógono de Jesús. Eso era el miércoles. El jueves por la mañana, me encuentro tendido en el suelo, en el mercado de el Jueves, el bonito estudio de San Juan de la Cruz, del padre Crisógono de Jesús (Barcelona, ed. Labor, 1946), que me llevé por 1 euro, ¿es o no casualidad? Podría seguir contando más casualidades (en un coleccionista constante son frecuentes), pero basta por hoy.

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