21 junio 2011

Crisis política de libro

"Se admite, en general, que los países desarrollados son muy sensibles a las crisis económicas graves, y que éstas provocan un traumatismo que pone en peligro las instituciones liberales. Las sociedades acostumbradas a un nivel medio de confort bastante elevado, en el que la necesidad de seguridad es fuertemente sentida y relativamente satisfecha, son trastornadas profundamente por una depresión económica que lleva consigo una baja muy fuerte de los ingresos de una gran parte de la población, que se encuentra sumergida en la inseguridad. La lucha de clases, adormecida por el desarrollo técnico, se despierta y las masas más perjudicadas por la crisis se oponen violentamente a las minorías más protegidas. El consenso necesario a las instituciones se rompe. Las clases medias, duramente afectadas por la depresión económica y temiendo la presión revolucionaria de las clases populares, se inclinan hacia soluciones autoritarias que cuentan igualmente con el favor de los privilegiados. La instauración del nazismo en Alemania se aproxima bastante a este esquema, que tiene un valor general".

MAURICE DUVERGER, Institutions politiques et droit constitutionnel (1970). 11e édition entièrement refondue. 5ª edición española, totalmente refundida, dirigida por Jorge Solé-Tura (pp. 85-86).

7 comentarios:

  1. Yo veo un paralelismo con la situación de la Alemania (pre)nazi en el descrédito de las instituciones existentes, pero ahí se acaba el parecido; porque lo que no veo por ninguna parte, de momento, es una figura-organización-partido "salvador" que pueda capitalizar lo del 15M, movimiento al que veo tan anarcoide que es imposible que pueda suponer una amenaza seria a esas instituciones.
    La verdad, yo veo más paralelismos con el 68: un movimiento básicamente generacional que se va a disolver como un azucarillo.

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  2. Estoy de acuerdo contigo, Jaime. El esquema que propone Duverger es extremista, que se debe ajustar a la situación real. En la Alemania prenazi es posible que se pasase hambre, cosa que en España no pasa (hay una red familiar y asistencial que protege). El movimiento 15M son un sarampión benigno, que previene otros ataques peores, pero que provocará por reacción (como sugiere Duverger) un escoramiento de las clases medias al voto conservador.

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  3. Muy acertado este texto que traes. Creo que da en el blanco de lo que nos espera en el futuro más próximo y la verdad, no hace mucha gracia. Creo que la sociedad es capaz de vivir la solidaridad como la despertada por los del 15-M, que han sorprendido a propios y extraños y que, si se articula bien y sabe dirigir su lucha contra el régimen de propiedad, acabará en algo parecido a una revolución.

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  4. Bernardo, el autor, Duverger, dice que el esquema tiene "valor general". Hombre, que la sociedad se incline a la revolución, o a un estado total nazional-socialista, son los extremos más radicales posibles.

    En realidad, las democracias sociales de corte europeo contemporáneo, en estos momentos críticos buscan vacunarse de los extremismos. Aunque nunca se sabe qué nos puede deparar el futuro.

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  5. No sé si estamos para revoluciones, pero que está haciendo falta, que casi es necesaria, que se hace ya imprescindible para mantener un mínimo de humanidad en estos días. Sigo siendo realista y pidiendo lo imposible.

    Bernardo

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  6. El problema es cómo empezar la revolución (otros pensarán que hacer una revolución es fácil). La historia nos provoca cierto escepticimos orwelliano sobre el alcance revolutivo de las revoluciones.

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  7. Es cierto, Joaquín, pero también hemos aprendido a no cometer los mismos errores. No me digas que las experiencias de algunos lugares en América Latina, en Asia, incluso en África, no nos hacen estar esperanzados. Yo soy un esperanzado impenitente.

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