31 diciembre 2007

Mañara según Milosz

Don Cógito me ha puesto sobre la pista del escritor de origen lituano Oscar Milosz, pariente lejano del polaco Czeslaw Milosz. El profesor Olivier Piveteau (en la imagen), del que se acaba de editar en español su tesis sobre Miguel Mañara, a la que me he referido, ha dedicado algunos estudios al "misterio en seis cuadros" de O. Milosz. Este es el balance crítico que hace de esta pieza dramática de 1912:

"En menor medida, el Miguel Mañara de Milosz está a punto de renovar en un siglo la proeza del relato de Prosper Mérimée, accediendo también al status de biografía oficial de Don Miguel Mañara (...) El magnetismo ejercido por el misterio de Milosz se ha traducido en un magisterio insospechado, al que nunca podrá aspirar el relato de ese descreído de Mérimée. Miguel Mañara se presenta como un ejemplo de conversión moderna en el seno de un movimiento espiritual católico fundado a medidados del siglo XX por un sacerdote italiano, Don Luigi Giussani, y conocido por el nombre de Comunión y Liberación (Communione e Liberazione). Paradójicamente, no es el Mañara histórico el que sirve de ejemplo; no es la espiritualidad del fundador de la Caridad, redefinida a la luz del Concilio Vaticano II, la que se propone como imitación a los cristianos de hoy en día, sino el poema de ese escritor francés de origen lituano tan mal conocido todavía. Semejante fenómeno no es nada frecuente y merecía mencionarse" [Olivier Piveteau, Don Miguel Mañara frente al mito de Don Juan (2007), II, p. 177].

Si tuviera que formular un desideratum para este próximo año 2008, sería ver traducido al castellano el misterio de Oscar Milosz, y editado, sería deseable, por el Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla.


Actualización de las 18:45. Como podéis leer en los comentarios, Don Cógito, excelentemente bien informado, me avisa que el Miguel Mañara de O. Milosz ya está traducido al castellano (Ediciones Encuentro). El deseo me ha sido concedido antes de las doce uvas. El año 2008 va a comenzar para mí con buenos augurios...

27 diciembre 2007

Noticia de libros [Mañara]

Para los sevillanos, Miguel Mañara Vicentelo de Leca es uno de nuestros grandes héroes. Héroe en santidad (aunque no haya rebasado aún la categoría de venerable). Distinguido comerciante de ascendencia corsa, dio un espectacular viraje a su vida, al morir su esposa. Refundó la Santa Caridad, donde todavía hoy, por mandato de sus estatutos, se da asilo a los pobres agonizantes y se les da cristiana sepultura a costa de la corporación. Es una de las más bellas y humanistas tradiciones de la ciudad. Sobre Mañara gravita hoy, digámoslo así, un tópico de segundo grado, y es el advertir que no se confunda su venerable figura con la del impenitente Don Juan, o el burlador de Sevilla. Triste invención de los viajeros románticos, y que ha persistido hasta poco tiempo. Todos han oído hablar de Don Juan. ¿Pero es igualmente conocido Mañara? En un paseo por las librerías de Sevilla pueden encontrarse algunas buenas biografías populares del personaje, como es la de Carlos Ros. Ahora quiero hacerme eco de la aparición del imponente estudio del investigador francés Olivier Piveteau, Don Miguel Mañara frente al mito de Don Juan (Sevilla, Cajasol Fundación, 2007). Libro en dos volúmenes, en gran formato, cuyo primer mérito, el más visible, es contener una amplia iconografía sobre la figura de Mañara y su entorno. La obra hace un recorrido por la triple dimensión histórica, legendaria y literaria de Mañara. Creo que los sevillanos, como dice el Hermano Mayor de la Santa Caridad en su prólogo, podemos felicitarnos de este solvente estudio sobre la querida personalidad de Miguel Mañara.

25 diciembre 2007

Representar lo invisible

La alta estima en que los filósofos cristianos tuvieron a los diálogos platónicos se explica singularmente por sus mitos escatológicos, donde se narra el destino del alma inmortal después de que el hombre muere. En ellos se describe la esperanza común de la humanidad, más allá de las particulares figuras culturales: que después de la muerte seremos juzgados por el bien y el mal que hayamos hecho.

En el relato final del Fedón, Sócrates, cuando se dispone ya a beber la cicuta, dice a sus compañeros sobre la vida nueva del alma inmortal: "Sostener que todas estas cosas son como yo las he descrito, ningún hombre de buen sentido puede hacerlo; pero lo que he dicho del estado de las almas y de sus estancias, es como os lo he anunciado o de una manera parecida; creo que, en el supuesto de ser el alma inmortal, puede asegurarse sin inconveniente; y la cosa bien merece correr el riesgo de creer en ella. Es un azar precioso a que debemos entregarnos, y con el que debe uno encantarse a sí mismo" (114d).

Veinticinco siglos después, la sabiduría socrática sigue resonando en la encíclica Spe salvi de Benedicto XVI: "En gran parte de los hombres –eso podemos suponer– queda en lo más profundo de su ser una última apertura interior a la verdad, al amor, a Dios. Pero en las opciones concretas de la vida, esta apertura se ha empañado con nuevos compromisos con el mal; hay mucha suciedad que recubre la pureza, de la que, sin embargo, queda la sed y que, a pesar de todo, rebrota una vez más desde el fondo de la inmundicia y está presente en el alma. ¿Qué sucede con estas personas cuando comparecen ante el Juez? Toda la suciedad que ha acumulado en su vida, ¿se hará de repente irrelevante? O, ¿qué otra cosa podría ocurrir? San Pablo, en la Primera Carta a los Corintios, nos da una idea del efecto diverso del juicio de Dios sobre el hombre, según sus condiciones. Lo hace con imágenes que quieren expresar de algún modo lo invisible, sin que podamos traducir estas imágenes en conceptos, simplemente porque no podemos asomarnos a lo que hay más allá de la muerte ni tenemos experiencia alguna de ello" (nº 46).

22 diciembre 2007

Feliz Navidad

Os deseo a todos que celebréis felizmente la Navidad cristiana, y que logréis vislumbrar su sentido más profundo, ése que nos oculta como el humo el tráfago mundano. Me gusta hacerlo con un óleo del artista judío Marc Chagall, que repetidamente reprodujo en su obra la figura del Nazareno como emblema del sufrimiento de su pueblo. Esta pintura es "La Création de l’homme" (1956-1958), que forma parte de las colecciones del Musée national Message Biblique Marc Chagall de Niza, fundado por el mismo artista. Pretende ilustrar la creación de Adán del lodo, pero aún se extiende a todo el misterio del Nuevo Testamento, si lo observáis con detenimiento.

18 diciembre 2007

El castigo al aborto voluntario

Desde que estudiaba en la facultad, nunca me pareció bien castigar a nadie con la pena de privación de libertad, ya fuese el delito que hubiese cometido. Han pasado 25 años y sigo pensando lo mismo. ¿Entonces qué? se me dirá. Creo que hay que vigorizar la responsabilidad civil del que causa daño a otro, y reeducarlo. Vamos, que el delincuente no se vaya de rositas después de cumplir equis años en la cárcel. El internamiento en una celda no priva de la verdadera libertad, que acompaña a la persona allá donde vaya. La cárcel castiga al penado con aflicción moral, y con riesgos de coacciones, vejaciones y enfermedades. Castigos que nunca han estado previstos en los códigos.

Las leyes penales nunca detendrán la mano de un hombre que mata a su pareja, al conductor que atropella a un peatón, la codicia de los traficantes de drogas, de los estafadores de particulares o de la hacienda pública, a los médicos que practican abortos ni a la mujer que se desprende del niño que lleva en su seno. El Código Penal es eficiente para castigar a los delincuentes que han sido apresados (cuando no un hábil abogado aprovecha los puntos, tildes y comas de la ley), pero es absolutamente ineficaz para prevenir el crimen. Creo más en que el poder público fuerce a los criminales a que reparen, en lo posible, el daño provocado, y no en el castigo, que no ha de pender de los procesos penales, sino de la censura social.

¿Y qué pasa con el aborto? ¿Podemos tomarnos en serio los delitos de aborto voluntario? ¿Estamos convencidos de que debemos encerrar en la cárcel a todas la madres que consienten en abortar, y a los médicos que las asisten? El tipo delictivo no impedirá esta triste práctica. Las mujeres que han abortado ya llevan en el delito la penitencia, como se decía antiguamente, y conviene hacer visible las prácticas abortistas, hacerlas salir de la clandestinidad, para que nos demos cuenta de qué enfermo está nuestro país, nuestro mundo, que pone en cambio el grito en el cielo por la matanza de focas en el Canadá.

09 diciembre 2007

El fin de la astrología

Otra página de la encíclica de Benedicto XVI rebate en pocas líneas el materialismo cientista, que es la última razón del ateísmo de nuestros días. El teólogo es primero un físico que lee en el libro del universo:

"Hay un texto de san Gregorio Nacianceno que puede ser muy iluminador. Dice que en el mismo momento en que los Magos, guiados por la estrella, adoraron al nuevo rey, Cristo, llegó el fin para la astrología, porque desde entonces las estrellas giran según la órbita establecida por Cristo. En efecto, en esta escena se invierte la concepción del mundo de entonces que, de modo diverso, también hoy está nuevamente en auge. No son los elementos del cosmos, la leyes de la materia, lo que en definitiva gobierna el mundo y el hombre, sino que es un Dios personal quien gobierna las estrellas, es decir, el universo; la última instancia no son las leyes de la materia y de la evolución, sino la razón, la voluntad, el amor: una Persona. Y si conocemos a esta Persona, y ella a nosotros, entonces el inexorable poder de los elementos materiales ya no es la última instancia; ya no somos esclavos del universo y de sus leyes, ahora somos libres. Esta toma de conciencia ha influenciado en la antigüedad a los espíritus genuinos que estaban en búsqueda. El cielo no está vacío. La vida no es el simple producto de las leyes y de la casualidad de la materia, sino que en todo, y al mismo tiempo por encima de todo, hay una voluntad personal, hay un Espíritu que en Jesús se ha revelado como Amor" (Spe salvi, 5).


Imagen:
Pulsar del Cangrejo

06 diciembre 2007

El saber

"Incluso suponiendo que las ciencias positivas llegasen a la perfección de su proceso, el hombre, como ser espiritual, podría permanecer absolutamente vacío y aun podría retroceder hasta un estado de barbarie, comparado con el cual todos los llamados pueblos primitivos serían "helenos". Es más: puesto que todo saber práctico, orientado hacia los fines del hombre en cuanto a ser vital, tiene que servir, en último término, al saber culto; puesto que el curso y transformación de la naturaleza han de servir, y no dominar, al advenimiento del centro más hondo que posee el hombre, es decir, el florecimiento de su persona (todo genuino aprendizaje de trabajo debe someterse y servir al verdadero aprendizaje de la cultura); así resulta que la barbarie científica y sistemáticamente fundada, sería la más espantosa de todas las barbaries imaginables."

"Pero también la idea "humanística" del saber culto -tal como en Alemania la encarna del modo más sublime Goethe- ha de subordinarse a su vez y ponerse, en su última finalidad, al servicio del saber de salvación. Porque todo saber es, en definitiva, de Dios y para Dios."

Max Scheler, El saber y la cultura


Conferencia dada en la fiesta por el X aniversario de la fundación de la Academia Lessing, en Berlín, el 17 de enero de 1925 (traducción de J. Gómez de la Serna).

03 diciembre 2007

La esperanza de Stephen Hawking

El pasado 8 de septiembre el diario The Times publicaba una entrevista al físico Stephen Hawking, que promociona un libro infantil escrito con su hija Lucy. Se ha publicado también este domingo en el Semanal de Abc. El periodista le pregunta: "¿Cree usted en Dios? ¿Qué es de nosotros al morirnos?". La penosa respuesta de Hawking, vehiculada por medio de un ordenador, fue la siguiente: "¿Que si tengo fe? No tengo fe en los cuentos de hadas del más allá. Yo creo que al morir nos convertimos en polvo otra vez. Pero a la vez somos inmortales en cierta forma, por medio de nuestra impronta personal y a través de los genes que transmitimos a nuestros hijos...".

Parece una respueta poco inteligente, poco meditada, atrapada en pensamientos vulgares. También Benedicto XVI responde a esta visión crasa de nuestro porvenir, en su encíclica Spe salvi: "Quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sostiene toda la vida (cf. Ef 2,12). La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando «hasta el extremo», «hasta el total cumplimiento» (cf. Jn 13,1; 19,30). Quien ha sido tocado por el amor empieza a intuir lo que sería propiamente «vida» (...). La vida en su verdadero sentido no la tiene uno solamente para sí, ni tampoco sólo por sí mismo: es una relación. Y la vida entera es relación con quien es la fuente de la vida. Si estamos en relación con Aquel que no muere, que es la Vida misma y el Amor mismo, entonces estamos en la vida. Entonces «vivimos».

01 diciembre 2007

El error fundamental de Marx

He comenzado a leer la bellísima nueva encíclica de Benedicto XVI, Spe salvi [Salvados en la esperanza], que sigue muy de cerca la doctrina del Ratzinger teólogo y maestro. Más de un comentario le dedicaremos. Páginas apretadísimas, en que hay lugar incluso para el análisis filológico de la Escritura. Por el momento subrayo que despacha con mano maestra la doctrina de Karl Marx:

"Pero con su victoria se puso de manifiesto también el error fundamental de Marx. Él indicó con exactitud cómo lograr el cambio total de la situación. Pero no nos dijo cómo se debería proceder después. Suponía simplemente que, con la expropiación de la clase dominante, con la caída del poder político y con la socialización de los medios de producción, se establecería la Nueva Jerusalén (...). Así, tras el éxito de la revolución, Lenin pudo percatarse de que en los escritos del maestro no había ninguna indicación sobre cómo proceder. Había hablado ciertamente de la fase intermedia de la dictadura del proletariado como de una necesidad que, sin embargo, en un segundo momento se habría demostrado caduca por sí misma (...). Que no diga nada de eso es una consecuencia lógica de su planteamiento. Su error está más al fondo. Ha olvidado que el hombre es siempre hombre. Ha olvidado al hombre y ha olvidado su libertad. Ha olvidado que la libertad es siempre libertad, incluso para el mal. Creyó que, una vez solucionada la economía, todo quedaría solucionado. Su verdadero error es el materialismo: en efecto, el hombre no es sólo el producto de condiciones económicas y no es posible curarlo sólo desde fuera, creando condiciones económicas favorables."

Mi balance de la XXX Feria del libro antiguo de Sevilla

No esperábamos encontrar en la Feria ninguna perla, porque no es más que un pretexto para deambular en paz entre libros viejos, que provocan la melancolía (vanitas vanitatum) si no la sonrisa frente a las ocurrencias impresas. Deambulamos por los mostradores tomando el solecito, echando un pitillo, y aprovechamos para saludar a don Luís Andújar. También para cultivar una módica vanidad, hago pública mi particular cosecha de la Feria:

Miguel de Cervantes, Poesía. Zaragoza, Biblioteca Clásica Ebro, 1972 [2 euros]. A estos libritos de la colección Ebro les tengo especial cariño, donde leí con quince años los Sueños de Quevedo.

Cunninghame Graham, De la Pampa al Magreb. Ed. de José Alberich. Universidad de Sevilla, 1990 [5 euros]. No es la primera vez que se tradujeron los relatos de este aventurero hispano-escocés. El año pasado "Espuela de plata" ha reeditado las Trece historias (1ª ed., Barcelona, 1947).

Steven Pinker, El instinto del lenguaje. Madrid, Alianza Editorial, 2001 [8 euros]. Libro nuevo, una ganga.

Ángel Sáenz-Badillos, Literatura hebrea en la España medieval. Madrid, UNED-Fundación Amigos de Sefarad, 1991 [3 euros]. Es momento de recordar que aún aguardamos la reimpresión de la Historia de literatura hebrea bíblica, rabínica y neojudáica (Madrid, Gredos, 1960) de David Gonzalo Maeso, que se cotiza por su peso en oro en las librerías anticuarias.

A los que añado la edición especial de la Feria, el facsímil: Estos son los famosos memoriales de Joaquín Romero Murube que con Cartas y Divagaciones por lo más hondo de Sevilla, Roma y Berna unidas al Discurso de los toreros que tanta desventura acarreó al autor, se venden en esta librería al precio de cuatrocientos reales el ejemplar [1950]. Universidad de Sevilla, 2007 [10 euros].

Total, 5 libros, 28 euros. No está nada mal.

Al regresar a casa me encuentro con la triste noticia de que dos guardias civiles han caído por disparos asesinos. Como cualquier ciudadano honrado y de bien, sólo digo: ¡Viva la Guardia Civil!

23 noviembre 2007

Noticia de libros [Ch. Peirce]


Cambio de tercio. Ha comenzado la campaña navideña. Los turrones y roscos de vino también nos dejan un rato para los buenos libros. Hoy toca uno sobre el filósofo norteamericano Charles S. Peirce (1839-1914). A falta de un conocimiento directo de su obra, dispersa y pendiente de editarse completa, estas circunstancias parecen excusar una mayor difusión de sus ideas. El año pasado la revista Anthropos le ha dedicado un número monográfico. El libro al que me quiero referir se acaba de editar en Rialp: La razón creativa. Crecimiento y finalidad del ser humano según C. S. Peirce, de Sara Barrena. Recomendable como acercamiento a Pierce, y avalada su seriedad por ser la profesora Barrena coordinadora del Grupo de Estudios Peirceanos de la Universidad de Navarra.

19 noviembre 2007

vox clamantis in deserto

"Cada grupo humano –una sociedad concreta, la Iglesia católica en un espacio geográfico, una congregación religiosa, un partido político, un sindicato, una institución académica- tienen derecho a rememorar su historia, a cultivar su memoria colectiva, ya que de esta manera profundizan también en su identidad. La Iglesia católica, por ejemplo, en el Concilio Vaticano II buscó su reforma y renovación volviendo a las fuentes. Este conocimiento que actualiza el pasado, además de ensanchar la conciencia compartida por el grupo, puede sugerir actuaciones de cara al futuro, ya que memoria y esperanza están íntimamente unidas. Pero no es acertado volver al pasado para reabrir heridas, atizar rencores y alimentar desavenencias. Miramos al pasado con el deseo de purificar la memoria, de corregir posibles fallos, de buscar la paz. Recordamos sin ira las etapas anteriores de nuestra historia, sin ánimo de revancha, sino con la disponibilidad de afirmar lo propio y de fomentar al mismo tiempo el respeto a lo diferente, ya que nadie tiene derecho a sofocar los legítimos sentimientos de otro ni a imponerle los propios. La búsqueda de la convivencia en la verdad, la justicia y la libertad debe guiar el ejercicio de la memoria. Con las siguientes palabras expresó lo que venimos diciendo Mons. Antonio Montero, Arzobispo emérito de Mérida-Badajoz, en su extraordinaria obra presentada en su momento como tesis doctoral en la Universidad Pontificia de Salamanca: “Que los hechos se conozcan bien, pero desprovistos en todo lo posible de cualquier fermento pasional” (Historia de la persecución religiosa en España 1936-1939, Madrid 1961, p. VIII). Y alguien, que perdió a sus padres profundamente católicos en aquella persecución, ha afirmado en manifestaciones recientes: “Un cristiano no puede dejarse llevar del odio, aunque sea en nombre de la justicia”.

Monseñor Ricardo Blázquez, Discurso inaugural de la XC Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (19 de noviembre de 2007).

El discurso puede leerse completo en este enlace

Y aquí el impresionante testimonio de Gabino Díaz Merchán

13 noviembre 2007

Cuídate España

¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima apesar suyo,
del verdugo apesar suyo
y del indiferente apesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calav
eras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!...


CÉSAR VALLEJO

26 octubre 2007

Nuestros mártires

"Cualquier resumen, por breve que sea, del calvario de la Iglesia española en 1936 tiene que mencionar obligadamente la inmolación brutal de 23 religiosas adoratrices en la madrugada del 10 de noviembre junto a las tapias del cementerio madrileño del Este. Un desafuero en el que se acumularon todas las agravantes de los códigos civilizados, desde el desprecio de sexo y edad hasta la nocturnidad y el descampado. Se trataba de un grupo de enfermas y ancianas, entre las que apenas podía contarse media docena de mujeres sin achaques (…) Es cosa probada que desde comienzos de noviembre el convento de la Costanilla de los Ángeles vivía en la convicción del inminente exterminio de todas y cada una (…) En efecto, a la tarde siguiente [9 de noviembre de 1936] surgió, no se sabe cómo, el pretexto ansiosamente buscado. Por lo visto, debió de caer muerto en aquella calle o en sus inmediaciones un miliciano, y sus correligionarios acudieron en tropel al número 15, dando por incontrovertible que era una monja quien había disparado. La especie era tan burda que doña Fermina, la señora del entresuelo, se encaró varonilmente con los asaltantes, pero no hubo manera de reducirlos. Una por una salieron detenidas madres y hermanas, incluso la hermana Lucila, enferma e inmovilizada, a la que bajaron en una silla. Tras lo dicho, presenciado por todos los vecinos, se rompe el hilo de la historia hasta que una adoratriz, sorprendida al encontrar días más tarde cerrado el piso, supo que en la Dirección General de Seguridad se encontraban las fotografías de todos los fusilados en la mañana del 10 de noviembre. Pudo comprobar, en efecto, que todas habían sido fusiladas (…) Ocho de ellas cayeron, por fuerza de la descarga, en el término de Vicálvaro y las otras quedaron en zona municipal de Madrid (…) Además de las 23 mencionadas, fueron fusiladas en Madrid, el 31 de agosto de 1936, las MM. Felisa María de San Julián y Petronila Hornedo Huidobro del Sagrado Corazón. Detenidas al llegar a Madrid procedentes de la comunidad de Guadalajara, fueron trasladadas a una checa inmediata a la estación. Puestas en libertad, fueron acribilladas a balazos al poner el pie en la calle."

Antonio Montero Moreno, Historia de la persecución religiosa en España. 1936-1939 (1961), pp. 495-498 (2ª ed., 2004)

20 octubre 2007

Los libros de seis peniques

En su Pequeña historia del libro (1987) don José Martínez de Sousa califica con acierto de "revolución en el mundo de la cultura" la creación en Inglaterra en 1935 de la colección Penguin Books, por el editor Allen Lane. Libros de calidad por el precio de un paquete de tabaco, seis peniques de entonces. Nuestra Colección Austral fue una feliz secuela.

Penguin y Austral son ejemplos de cómo las editoriales pueden favorecer la cultura popular sin perjudicar su negocio lícito. Hoy también, por las cuatro perras de una ronda de cervezas se pueden encontrar buenos libros a precio barato. No hay excusa para leer los pseudolibros que editan los que nos venden la moto (o la burra coja, dicho más castizamente).

En la web oficial de Penguin Books puede leerse una
breve historia de la Compañía.

09 octubre 2007

No todo se lo ha tragado la tierra


Dice la esperanza: un día
la verás, si bien esperas.
Dice la desesperanza:
sólo tu amargura es ella.
Late, corazón... No todo
se lo ha tragado la tierra.

ANTONIO MACHADO

Estos versos, del libro Campos de Castilla, los he tomado de un libro al que tengo en gran aprecio, La teología de Antonio Machado (1975), de José María González Ruiz. La imagen del entierro del poeta en Collioure procede de la página Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado.

08 octubre 2007

Esperanza y conocimiento

Prosigo con esta lectura saltuaria de la Summa Theologiae, y viendo que nuestro coloquio nos ha llevado por caminos azarosos a la virtud de la esperanza, he arribado a unas sagaces observaciones morales de Santo Tomás en la prima secundae (artículos 5 y 6 de la pregunta 40). El objeto de la esperanza, nos dice, es lograr un bien futuro dificultoso mas posible [bonum futurum arduum possibile adipisci].

¿Esperan igual jóvenes y mayores? Dice Aristóteles, en su tratado sobre la Retórica (1390a), que los viejos, por experiencia, difícilmente esperan [senes sunt difficilis spei, propter experientiam], en tanto que los jóvenes, por el motivo contrario, por inexperiencia de las dificultades y limitaciones, tienen buena esperanza [sunt bonae spei]. Enseña Santo Tomás que la experiencia conduce a la esperanza de dos maneras: una, porque hace al hombre diestro en hacer las cosas con facilidad [per experientiam homo acquirit facultatem aliquid de facili faciendi]; y de otra, porque le convence de que sea posible lo que antes le parecía imposible [fit homini existimatio quod aliquid sit sibi possibile]. Y así dice que es causa de la esperanza la ciencia [doctrina] o la creencia [persuasio]. Aunque acaba reconociendo Tomás que la experiencia, e converso, conduce de la misma manera a perder la esperanza. Completaremos en unos días estas observaciones, con la esperanza propia de los jóvenes.

05 octubre 2007

Noticia de libros, 2

En uno de mis comentarios pasados, sobre las lecciones de verano de Ratzinger en Tubinga, me quejaba de que la "fiebre ratzingeriana" parecía no haber alcanzado a su tratado sobre la Escatología. La muerte y la vida eterna (1977). No estaba bien informado. Acabo de ver en la librería la segunda edición española, publicada por la editorial Herder de Barcelona (2007). Contiene el epílogo a la 6ª edición alemana, "sobre la disputa acerca de la resurrección y la inmortalidad" (1990) y un esclarecedor prólogo fechado en Roma, en la Solemnidad de Todos los Santos, 2006, que ya firma como Benedicto XVI. Sobre la muerte y la resurrección, copio este párrafo (página 178 de la nueva edición):

"De la vida futura podemos tener alguna idea en cuanto al hecho de que se da, por extrapolación y a partir de la vida presente; el mensaje de la fe puede echar mano de una cierta evidencia del pensamiento. Pero el qué de esta nueva vida está, por el contrario, absolutamente fuera de lo que nuestra experiencia abarca, siendo imposible conocerla a partir de nosotros".

03 octubre 2007

Hölderlin y la esencia de la poesía

Pero ¡amigo! venimos demasiado tarde.
En verdad viven los dioses
pero sobre nuestra cabeza, arriba en otro mundo
trabajan eternamente y parecen preocuparse poco
de si vivimos. Tanto se cuidan los celestes de no herirnos.
Pues nunca pudiera contenerlos una débil vasija,
sólo a veces soporta el hombre la plenitud divina.
La vida es un sueño de ellos.
Pero el error nos ayuda como un adormecimiento.
Y nos hacen fuertes la necesidad y la noche.
Hasta que los héroes crecidos en cuna de bronce,
como en otro tiempo sus corazones son parecidos en fuerza a los celestes.
Ellos vienen entre truenos.
Me parece a veces mejor dormir, que estar sin compañeros
Al esperar así, qué hacer o decir no lo sé.
Y ¿para qué poetas en tiempos aciagos?
Pero, son, dices tú, como los sacerdotes sagrados del Dios del vino,
que erraban de tierra en tierra, en la noche sagrada.

Friedrich Hölderlin


Citado por: Martin Heidegger, Hölderlin y la esencia de la poesía

(Traducción del filósofo mexicano Samuel Ramos).

29 septiembre 2007

Santo Tomás y los poetas

Iba a preparar ahora una nota sobre la metáfora en las Escrituras (S.Th. 1 q.1 a.9) cuando he tropezado con esta afirmación: "hablar mediante comparaciones e imágenes es propio de la poesía, que es la más baja de todas las ciencias" [procedere per similitudines varias et repraesentationes, est proprium poeticae, quae est infima inter omnias doctrinas].

Es la opinión más común sobre la poesía: es una ciencia ínfima. ¿Por qué? Tomás de Aquino se adhiere aquí a las ideas académicas. Platón reconocía que "es ya antigua la discordia entre la filosofía y la poesía", y postulaba que "no han de admitirse en la ciudad más que los himnos a los dioses y los encomios a los héroes", porque de admitirse "la musa placentera en cantos o en poemas, reinarán en tu ciudad el placer y el dolor en vez de la ley y de aquel razonamiento que en cada caso parezca mejor a la comunidad" (República, X, 607a-b).

Con iguales razones se dolía San Agustín de la vanidad de las fábulas homéricas y virgilianas (Confesiones, I), en la que seguirán recayendo los escolares de todos los tiempos, como aquel hijo de hidalgo que "todo el día se le pasa en averiguar si dijo bien o mal Homero en tal verso de la Ilíada; si Marcial anduvo deshonesto o no en tal epigrama; si se han de entender de una manera o otra tales y tales versos de Virgilio..." (Quijote, II, 16).

Pero calificar de ínfima a la poesía confunde, no es peyorativo: ínfimo (superlativo de inferior) se dice de lo que, en una escala, ocupa la última posición y más baja. Hablar de lo que está arriba o abajo ya es emplear una metáfora (como cuando nos referimos a la clase alta y las clases bajas) que se puede invertir (y así decimos que nos zambullimos, ahondamos o profundizamos en el estudio de una ciencia). De este modo metafórico decimos que la poesía es ínfima porque, entre las ciencias, es la que más se aleja de la manifestación de la verdad [veritatis manifestatio], ocultándola por medio de la metáfora [per similitudines veritas occultatur].

Santo Tomás, al que la tradición atribuye la composición del himno Adoro te devote, defenderá sin embargo aquella poesía que, como quería Platón, da gloria a los dioses y los héroes. Pronto examinaremos los argumentos de esta interesante cuestión de la Summa (1 q.1 a.9), que dejamos pendiente.

21 septiembre 2007

Filosofía y teología

Antes de seguir con los temas del cuerpo y el alma, me ha parecido bien hacer una parada epistemológica en torno de los saberes sagrados y profanos, y así convenir los límites de nuestra discusión.

Después de un conciso prologus, modelo de pedagogía, Santo Tomás coloca en el mismo punto de partida de la Summa la pregunta de por qué es necesaria la teología [utrum sit necessarium, praeter philosophicas disciplinas, aliam doctrina haberi]. Es un texto tan breve, tan denso y tan sugerente, que ningún aprendiz de sabio debiera desconocerlo; puede leerse en latín o castellano en la página de la Fundación Balmesiana. Nosotros nos detendremos ahora en extraer alguna de sus ideas sobre el conocimiento racional, es decir el propio de la filosofía.

1. Dice el sabío judío Jesús Ben Sirá: "No ambiciones lo que es difícil para tí, no investigues lo que supera tus fuerzas. Pon tu atención en lo que se te manda, y no te preocupes por cosas misteriosas" (Eclo 3,21-22). Santo Tomás ha adoptado estas palabras como lema de la conducta filosófica: altiora te ne quaesieris. El filósofo ha de adoptar una actitud de humildad y parsimonia, evitando indagar aquello que excede de las posibilidades de su conocimiento [ea quae sunt altiora hominis cognitione]. Su primer deber es, por tanto, conocer los límites del conocimiento racional.

2. El conocimiento filosófico es una iluminación de la razón [lumen naturalis rationis], en tanto que la teología se ilumina por la revelación [luminae divinae revelationis]. La representación del saber como una luz que se recibe es la metáfora más bella y afortunada de la filosofía, y expresa intuiciones profundas sobre los procesos cognitivos. Platón decía de sus enseñanzas filosóficas: "No hay ni habrá nunca una obra mía que trate de estos temas; no se pueden, en efecto, precisar como se hace con otras ciencias, sino que después de una larga convivencia con el problema y después de haber intimado con él, de repente, como la luz que salta de la chispa, surge la verdad en el alma y crece ya espontáneamente" (Carta VII 341c). Lo que nos hace pensar que la verdad no se encuentra, sino que se descubre, y que el esfuerzo filosófico obedece a una característica profunda o propensión natural de nuestra mente a conocer la realidad de las cosas.

3. Por la sabiduría el hombre persigue la salvación [salus], conociendo el fin que debe guiar su conducta y reconociendo la verdad, que está en Dios. Pero la verdad excede de las posibilidades de la razón [comprehensionem rationis excedit], como dice el profeta Isaías: "Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios fuera de ti que hiciera tanto por el que espera en él" [Oculus non vidit, Deus, absque te, quae praeparasti exspectantibus te] (Is 64,4). Santo Tomás desconfía de que las disciplinas filosóficas por sí mismas, sin ser asistidas de la revelación divina, alcancen estas verdades suprarracionales: "Pues la verdad de Dios, pocos filósofos pueden ofrecerla al hombre indagándola con la razón, después de largo tiempo y confundida con multitud de falsedades" [Quia veritas de Deo, per rationem investigata, a paucis, et per longum tempus, et cum mixtione multorum errorum, homini proveniret]. Así pues Santo Tomás duda de que la filosofía por sí misma pueda socorrer nuestra condición de hombres arrojados a la naturaleza.

De lo que nos enseña el Doctor Angélico se desprende que hay una verdad que buscar, que es Dios. Así que concluiremos por hoy con una duda, y es si la filosofía misma, no asistida de la luz de la revelación divina, o llámese sabiduría, puede identificar sus propios fines o alguna verdad en absoluto.

Enlace a una entrevista al profesor holandés de filosofía, especialista en Santo Tomas, Rudi te Velde

19 septiembre 2007

La sabiduría del elefante

"El simbolismo de este animal tiene cierta complejidad y determinaciones secundarias de carácter mítico. En el sentido más amplio y universal, es un símbolo de la fuerza y de la potencia de la libido. En la tradición de la India, los elefantes son las cariátides del universo. En las procesiones, son la montura de los reyes. Es muy interesante que, por su forma redondeada y su color gris blanquecino, se consideran símbolo de las nubes. Por los cauces del pensamiento mágico, de esto se sigue la creencia en que el elefante puede producir nubes y de ahí la mítica suposición de la existencia de elefantes alados. La línea elefante, cima de monte, nube, establece un eje del universo. Probable derivación de estos conceptos de clara impronta primitiva, el uso del elefante en la Edad Media como emblema de la sabiduría, de la templanza, de la eternidad e incluso de la piedad."

Juan Eduardo Cirlot,
Diccionario de símbolos, "Elefante"

17 septiembre 2007

Pensar en elefantes

Quodammodo animam esse omnia, en cierto modo el alma es todas las cosas (Aristóteles, De anima 431b): por los sentidos las cosas sensibles, y por el intelecto las inteligibles (S.Th. 1 q.84 a.2). Así expresaron con breve fórmula, Aristóteles y Tomás, la admiración de que nuestra mente pueda representarse la realidad material e inmaterial.

Dice Santo Tomás que es manifiesto que el hombre puede conocer la naturaleza física [homo per intellectum cognoscere potest naturas omnium corporum] (1 q.75 a.2). A partir de esta evidencia para todos, discurre qué puede ser la mente para tener esa formidable facultad de captar el entorno físico, hasta alcanzar virtualmente las fronteras del universo. Y se pregunta: ¿el alma es algo? [utrum sit aliquid subsistens].

Interrogarse por la substancia del alma es una manera de categorizar lo que hoy conocemos como el problema mente-cerebro (the mind-body problem). ¿Son cosas distintas e irreductibles, la mente y el cerebro? ¿O bien la mente es función de las neuronas?

Santo Tomás es dualista: nuestro cuerpo y nuestra mente son dos cosas distintas. Cada una es “algo” [hoc aliquid] en el conjunto de la figura humana, del mismo modo que la mano es una parte del cuerpo distinta del pie.

No se ponen de acuerdo los filósofos sobre lo que sea la mente. Hay quienes la reducen a la materialidad del cerebro, igual que la digestión se reduce a una función del estómago, o el caminar a una función del aparato locomotor. Otros discurren que la mente obedece a leyes distintas a las de la materia, por más que el cuerpo y la mente pertenezcan al mismo mundo natural.

Sea lo que sea, Santo Tomás tiene mucho que decir en esta discusión. Tan sólo objetaríamos que las propiedades que singularizan a la mente, y que a Tomás sirven para categorizarla como una substancia distinta de las cosas materiales, no debieran deducirse de su capacidad de fabricar una imagen mental (incluso de un objeto tan descomunal como un elefante), porque hoy la ciencia investiga con éxito el correlato neuronal de esas imágenes. Santo Tomás desconocía que la intelección sí tiene un sustrato físico, aunque no se confunda con éste.

Una visión humorística del asunto: Pío Moa: Aún nos falta para llegar a primates

15 septiembre 2007

Noticia de libros, 1

Para mitigar los negros presagios sobre el derrotero político y económico del país, mejor hablar de asuntos gozosos. Esta mañana me he pasado por la librería San Pablo, de la calle Sierpes. Llevaba en la cartera algunas ideas: un libro piadoso de un dominico inglés, de nombre Timothy; otro de un teólogo protestante alemán, de nombre Jürgen... y acabé encontrando dos libros nuevos, de otro dominico, y de otro teólogo protestante, anglicano. Ha aparecido una nueva edición bilingüe, a dos columnas, de la Suma contra los gentiles de Santo Tomás de Aquino, con introducciones del profesor de Barcelona Eudaldo Forment. Noticia de primer orden, porque esta Suma no se reeditaba entre nosotros desde hace unos cuarenta años. También acaba de aparecer la traducción castellana de La fe de un físico (1994), de John Polkinghorne, sobre la que tal vez debiera reservar algún comentario futuro.

12 septiembre 2007

Ratatouille


No olvido que aún tenemos pendiente una quaestio disputata... A modo de distensión, os quiero contar mis impresiones de una película que me ha fascinado, y que he disfrutado como un enano, Ratatouille. El protagonista es la rata Rémy (ahí lo tenéis en la foto de arriba, entre cacharros, preparando una receta de cocina).

Andaba yo caviloso con este asunto de la inmortalidad del alma, y mientras veía la película iba cayendo en la cuenta de los numerosos guiños filosóficos que contiene. Está muy bien pensada, muy bien contada. Rémy no es una rata cualquiera. Le disgusta robar y roer basuras, como hacen su hermano y las demás ratas de su colonia. Rémy es un gourmet que paladea los manjares que se procura a hurtadillas de la cocina de la casa. Diríamos: tiene en su naturaleza un principio que aspira a una vida superior a la de simple rata.

En la película hay también un ángel tutelar, y una terrible escena en que el padre de Rémy le enseña el destino mortal de todas las ratas. Se reflexiona también sobre los imposibles lazos de amistad entre ratas y humanos, que Rémy supera con decisión (la caridad todo lo puede). Todavía podrá verse en la película una metáfora sobre la mente como piloto que gobierna la nave del cuerpo...

Ratatouille tiene todos los adobos de una gran película: un viaje iniciático, una historia de aprendizaje, intrigas, rivalidades, persecuciones y carreras, amistad, romance, enseñanzas sobre el valor de la lealtad y la confianza... ¿Qué más queréis que os diga? Pues que vayáis a verla y la disfrutéis...

10 septiembre 2007

The ghost in the machine

...Y ahora debemos descalzarnos para entrar en el santuario de la sabiduría tomista... El tratado De natura ipsius hominis se extiende a lo largo de las quaestiones 75-89 de la primera parte de la Summa Theologiae. En la introducción nos avisa Santo Tomás que "el teólogo considera la naturaleza del hombre por la parte del alma"; cautela importante, porque en todo lo demás los hombres no nos distinguimos mayormente del resto de los objetos del universo. Así que vayamos a la pregunta: ¿qué es alma [anima], eso que nos distingue a los hombres de las cosas y de los brutos? ¿Qué entiende Stº Tomás de Aquino por alma?

El alma, según Tomás, es el primum principium vitae, que se manifiesta en el movimiento [motus] y el conocimiento [cognitio] (1 q.75 a.1). El alma es la vida de los seres animados [animatae], es decir las cosas que decimos que viven: un león, un asno, un hombre. Y lo que distingue el alma del hombre de la de los restantes brutos es que conoce, y por eso se le llama inteligencia [intellectus] o mente [mens] (1 q.75 a.2).

Pasemos por alto la taxonomía tomista, tributaria del estado de la ciencia de su época. Porque no falta hoy quien sostenga que cualquier objeto del cosmos, p.ej. un electrón, o un virus, tiene vida y mente propia en sentido análogo, como protovida o protomente. Si atendemos al alma humana, que se manifiesta en el movimiento vital y en la capacidad mental de conocer, ¿no es acaso sino la vida que estudian los biólogos, o la mente de los psicólogos?

Cuando oímos la palabra alma, nos figuramos imaginativamente una especie de geniecillo, vapor invisible o espectro que habitaría misteriosamente en nuestro interior, como el fantasma de una máquina, the ghost in the machine; y resulta que el alma no sería más que los fenómenos biológicos y psíquicos evidentes para todos.

Claro que quisiéramos pensar que el alma tomista es más que eso, un principio "metafísico", allende la naturaleza y espiritual. Pero las razones del Doctor Angélico, contaminadas con la física aristotélica, no nos ayudan a progresar en una representación más teológica, y menos fisicalista, del alma humana.

Concedamos que los fenómenos vitales y mentales permanezcan últimamente inexplicados, porque no podemos elevarnos a una atalaya que nos ayude a comprenderlos panorámicamente, como quería Ramon Llull. Pero eso no le resta su dimensión inmanente, intracósmica, inapta para trascender la mortalidad y la corruptibilidad natural.

Aún habremos de discutir de la subsistencia e incorruptibilidad del alma, tal como nos las explica Santo Tomás.

09 septiembre 2007

El alma separada

"Inquiere también el entendimiento si el alma separada del cuerpo recupera en el día del juicio el mismo cuerpo que tuvo primero. Y entonces asciende a la Divina Justicia, Grandeza y Verdad, con las cuales contempla en Dios un grande, verdadero y justo juzgar; y después desciende a la vista, que ve que cada hombre opera según su libre albedrío, bien o mal; en lo que conoce que el alma recupera el mismo cuerpo, para que el mismo hombre sea remunerado del bien o castigado del mal que haya hecho; porque si no recuperase el mismo cuerpo, la Justicia de Dios no tendría en él tan grande y verdadero acto, respecto de que si juzgaba el alma y no el cuerpo, juzgaría la parte y no el todo."

Ramon Llull, De ascensu et descensu intellectus (1304).

Página de la Universidad de Barcelona:
Centre de Documentació Ramon Llull

07 septiembre 2007

Doctrina de la Fe sobre escatología

La Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por el cardenal croata Franjo Seper, emitió el 17 de mayo de 1979 una carta sur quelques questions concernant l'eschatologie (puede consultarse en castellano en este enlace de la Universidad de Navarra). El texto que voy a copiar, tomado de esa carta, puede servir de contraste con las ideas escatológicas del profesor Joseph Ratzinger, que acabamos de ver en la anterior nota. Ratzinger es también autor de un tratado de escatología (1977), firmado antes de su ordenación episcopal, y que en su traducción castellana se encuentra hoy agotado. No parece ofrecer el mismo interés para la "fiebre ratzingeriana" del momento.

"La Iglesia afirma la supervivencia y la subsistencia, después de la muerte, de un elemento espiritual que está dotado de conciencia y de voluntad, de manera que subsiste el mismo «yo» humano. Para designar este elemento, la Iglesia emplea la palabra «alma», consagrada por el uso de la Sagrada Escritura y de la tradición. Aunque ella no ignora que este término tiene en la Biblia diversas acepciones, opina, sin embargo, que no se da razón alguna válida para rechazarlo, y considera al mismo tiempo que un término verbal es absolutamente indispensable para sostener la fe de los cristianos (...)

"En lo que concierne a la condición del hombre después de la muerte, hay que temer de modo particular el peligro de representaciones imaginativas y arbitrarias, pues sus excesos forman parte importante de las dificultades que a menudo encuentra la fe cristiana. Sin embargo, las imágenes usadas por la Sagrada Escritura merecen respeto. Es necesario comprender el significado profundo de las mismas, evitando el peligro de atenuarlas demasiado, ya que ello equivale muchas veces a vaciar de su contenido las realidades que aquéllas representan.

"Ni la Sagrada Escritura ni los teólogos nos dan la luz suficiente para una adecuada descripción de la vida futura después de la muerte. El cristiano debe mantener firmemente estos dos puntos esenciales: debe creer, por una parte, en la continuidad fundamental existente, en virtud del Espíritu Santo, entre la vida presente en Cristo y la vida futura -en efecto la caridad es la ley del reino de Dios y por nuestra misma caridad en la tierra se medirá nuestra participación en la gloria divina en el cielo-; pero, por otra parte, el cristiano debe ser consciente de la ruptura radical que hay entre la vida presente y la futura, ya que la economía de la fe es sustituida por la de la plena luz: nosotros estaremos con Cristo y «veremos a Dios» (cfr. 1 Jn.3, 2); promesa y misterio admirables en los que consiste esencialmente nuestra esperanza. Si la imaginación no puede llegar allí el corazón llega instintiva y profundamente."

06 septiembre 2007

Ratzinger en Tubinga

Antes de proseguir con el examen y crítica de las ideas de Pedro Laín Entralgo sobre la resurrección, me parece conveniente hacer un repaso de lo que han dicho algunos doctores sobre el tema, sin pretender hacer de este blog una suerte de cátedra teológica. Pero el asunto nos interesa máximamente, porque nacimiento y muerte son las dos experiencias que compartimos todos los que hemos venido a esta tierra. Los párrafos que copio están tomadas de las célebres conferencias que impartió el profesor Joseph Ratzinger en Tubinga, en el verano de 1967, "a los oyentes de todas las facultades". Basta leer pocas líneas para apreciar que estamos frente a un gran teólogo de nuestro tiempo, hoy felizmente Papa Benedicto XVI:

“¿Qué es pues lo que la Biblia quiere decir, qué es lo que pretende anunciar al hombre cuando habla cifradamente de la resurrección de los muertos? Creo que la mejor forma de entender esta particularidad es contraponerla a la concepción dualista de la filosofía antigua:

“1. La idea de la inmortalidad que la Biblia expresa con la palabra resurrección significa que la “persona”, que la figura indivisa del hombre es inmortal. Mientras que para los griegos la típica esencia hombre es un producto perecedero que no subsiste como tal, sino que el cuerpo y el alma van por caminos distintos según su respectiva índole, para la fe bíblica es la esencia del hombre la que, aunque cambia, subsiste como tal.

“2. Se trata de una inmortalidad “dialógica” (resurrección), es decir, la inmortalidad no es la consecuencia natural de la conciencia de que lo indivisible no-puede-morir, sino del acto salvador del que ama y tiene poder para hacerlo: el hombre, pues, no puede perecer totalmente porque Dios lo conoce y lo ama (…)

“Las reflexiones anteriores han querido aclarar de algún modo cuál es el contenido del anuncio bíblico de la resurrección. No consiste esencialmente, desde luego, en devolver los cuerpos a las almas tras un largo periodo intermedio (…)

“Lo que un lenguaje sustancialista llamamos “tener un alma”, lo podemos expresar con palabras más históricas y actuales diciendo “ser interlocutor de Dios”. Con esto no decimos que la terminología del alma es falsa, como a veces afirma un biblicismo unilateral y acrítico, porque en cierto modo es necesario para expresar la totalidad de lo que se trata. Pero precisa que se le complete, si no queremos caer en una concepción dualista que no hace justicia a la intuición dialógica y personal de la Biblia”.

Joseph Ratzinger, Introducción al Cristianismo. Lecciones sobre el credo apostólico (1968, 2000)

03 septiembre 2007

La resurrección según Laín Entralgo

“¿Cuál será la realidad del alma separada? ¿Cuál la del cuerpo glorioso? Páginas atrás recordé lo que para responder a esas dos preguntas dijo Santo Tomás de Aquino. Ante ese alarde de osadía imaginativa y de ingenuidad intelectual, es bien comprensible que en la teología cristiana más reciente haya surgido la tesis de la “muerte total” del hombre –el hombre muere todo y del todo-, y que sus protagonistas, admitiendo, cómo no, la creencia en la acción resurrectora de la omnipotencia divina y respetando su insondable misterioridad, hayan pensado que el tránsito de la vida terrenal de una persona a la vida perdurable acontece de un modo no imaginable en el momento de morir.

"Pienso que la idea del hombre propuesta en este libro es admisible cualquiera que sea la actitud –religiosa, atea o agnóstica- ante las preguntas últimas sobre el destino de la vida humana. Y si el opinante es cristiano, sin reserva podrá aceptar como tal cristiano lo esencial de ella: por una parte, la atribución de un carácter radicalmente enigmático a la realidad del hombre; por otra, la visión de esta realidad como un particular dinamismo estructurado, a la vez maravilloso y terrible, en la evolución del global dinamismo cósmico. Mediante ella, creo yo, pueden ser entendidos más actual y más razonablemente que mediante los artificios mentales del hilemorfismo tradicional los tres asertos más medularmente cristianos acerca del hombre: que es imagen y semejanza de Dios (no porque en su realidad haya un “espíritu inmortal”, sino porque en su libertad y su inteligencia finitas puede seguir el camino de la verdad, el bien y el amor), que su vida no acaba con su muerte (porque ha sido creado para una vida perdurable) y que el misterioso tránsito de la vida terrenal a la vida transmortal es una resurrección de todo él (porque científica y filosóficamente no parece admisible la existencia de un “alma separada”)."

Pedro Laín Entralgo, Idea del hombre (1996)


Enlace: Premio Príncipe de Asturias 1989

01 septiembre 2007

La tierra de nuestros sueños

DREAMLAND

There's a land that I have heard about
So far across the sea
To have you all, my dreamland
Would be like heaven to me.

We'll get our breakfast from the tree
We'll get our honey from the bees
We'll take a ride on the waterfalls
And all the glories, we'll have them all.

And we'll live together on that dreamland
And have so much fun.
Oh, what a time that will be
Oh yes, we'll wait, wait, wait and see.

We'll count the stars up in the sky...
...And surely we'll never die.


Bob Marley & The Wailers (1970)

29 agosto 2007

Antonio Puerta, in memoriam

Soy palangana de corazón, pero no aficionado al fútbol. Nada que ver con el gran sentimiento de enterarme ahora de la muerte, consecuencia de un desvanecimiento en el campo de fútbol, del jugador del Sevilla F.C. Antonio Puerta, que sólo tenía 22 años. Descanse en paz este joven deportista.

Foto vía: Reuters/El País.
Antonio Puerta en la
Wikipedia
Andalucía imparable, Canalsú: Puerta

24 agosto 2007

Criminalidad de menores

El pasado miércoles 24 de agosto, en la ciudad inglesa de Liverpool, un niño de 11 años, Rhys Jones, murió de un disparo de arma de fuego, a manos de otro menor de edad [BBC]. El Primer Ministro británico Gordon Brown ha asegurado tajantemente que los responsables del crimen serán perseguidos, detenidos y castigados. Una afirmación muy valiente: nada de presuntos culpables, no: los culpables serán castigados (punished). El líder tory David Cameron también ha ofrecidos sus puntos de vista para combatir la criminalidad de los menores de edad: su país necesita un nuevo pacto social que comprometa a los ciudadanos en la seguridad pública. Eso pasa por que no se venda alcohol a menores de edad, y por que la industria del ocio sea más responsable en sus contenidos.

18 julio 2007

Ética y estética

El blogger Pseudópodo (aún no sé si "Pseudópodo" es nombre o apellido) me manda un mem, y yo, tomándomelo con cierta libertad, en lugar de contestarle retrotraigo mi memoria a una conferencia escuchada en el colegio, hace veintitantos años, sobre el aborto (aún no gobernaba la PSOE). Lamento no recordar el nombre del inteligente catedrático que nos habló a los bachilleres en el salón de actos. Aún no se me ha olvidado su gran lección: no hay que confundir ética y estética. Es cierto, una "pelota" de células madres, un cigoto no nos parece humano porque (estéticamente) no es humano. Otra cosa es que con nuestra razón debamos (éticamente) sobreponernos a la primera impresión de nuestros sentidos y reconocer que no debemos hurgar con nuestras sucias manos en la vida humana. Si fuese de otra manera, el campo estaría abierto para eliminar físicamente a los fetos, los viejos, los ciegos, los inválidos o enfermos incurables, los subnormales, los ezquizofrénicos, los drogadictos, los homosexuales y travestidos, los pobres, los inmigrantes, los chinos, negros, gitanos, judíos o moros en general, los marxistas, los comunistas, los falangistas, los sindicalistas radicales, los ladrones de casas, los terroristas, los parados de larga duración, los vagos y maleantes, las prostitutas... A todos, porque por un motivo u otro estéticamente no nos gusten: y el caso es que éticamente todos son hombre y mujeres como nosotros, ¿y no tendrían ellos algún motivo para desear nuestra recíproca eliminación?

[En la imagen, el doctor Soria y el Presidente Sr. Rodríguez Zapatero. Vía: Las Provincias].

07 julio 2007

Libros para el verano

Sigo un ritual bloguero, y dejo anotado a mis tres o cuatro lectores habituales las que yo quisiera que fuesen mis lecturas veraniegas... (no hay nada como hacer buenos propósitos al comenzar una temporada).

Jean-François Revel, Memorias

Roger Penrose, La nueva mente del emperador

Amin Maaluf,
Las cruzadas vistas por los árabes

Herman Hesse, El juego de los abalorios

Tawfiq Al-Hakim, Diario de un fiscal rural

(...)

Y como guinda un clásico: el Persiles...

"Que trata de España"

DIEGO VELÁZQUEZ

Enséñame a escribir la verdad,

pintor de la verdad.

Ponme la luz de España entre renglones,

la impalpable luz que tiembla
en tus telas.

Dirígeme los ojos hacia abajo:

gente humillada y despreciada
de reyes, conde-duques e inocencios.

Que mi palabra golpee

con el martillo de la realidad.

Y, línea a línea, hile

el ritmo de los días venturosos
de mi patria.

BLAS DE OTERO, Que trata de España (1964)

[La ironía es que este libro se publicó en París, en la editorial Ruedo Ibérico]

Discusión sobre Blas de Otero y Gabriel Celaya en el blog
Las diosas y las nubes

01 julio 2007

This land

This land is your land, this land is my land
From California to the New York Island
From the Redwood Forest to the Gulf Stream waters
This land is made for you and me.

As I go walking this ribbon of highway
I see above me the endless skyway
And all around me the wind keeps saying:
This land is made for you and me.

I roam and I ramble and I follow my footsteps
Till I come to the sands of her mineral desert
The mist is lifting and the voice is saying:
This land is made for you and me.

Where the wind is blowing I go a strolling
The wheat field waving and the dust a rolling
The fog is lifting and the wind is saying:
This land is made for you and me.

Nobody living can ever stop me
As I go walking my freedom highway
Nobody living can make me turn back
This land is made for you and me.

In the squares of the city, In the shadow of a steeple;
By the relief office, I'd seen my people.
As they stood there hungry, I stood there asking,
Is this land made for you and me?

As I went walking, I saw a sign there;
And on the sign there, it said, 'No Trespassing.'
But on the other side; it didn't say nothing!
That side was made for you and me.


Woody Guthrie

26 junio 2007

Velut parvulus

Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él.» Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

En la imagen, Thérèse de Lisieux

Doctora de la fe para un mundo que no cree

23 junio 2007

El tráfico del Cairo


Cuando se aproxima el avión al aeropuerto del Cairo, sobrecoge contemplar desde la ventanilla las extensiones oceánicas de suelo poblado de esta ciudad caótica y ruidosa. Media humanidad se agolpa en sus arrabales de casas a medio hacer, viviendo como puede. El tránsito de los automóviles es endiablado, aunque después de un par de días en la ciudad uno va descubriendo que la circulación del Cairo también está sometida a sus propias reglas, que los cairotas conocen bien, aunque guarden una relación muy vaga de semejanza con las normas que nos gastamos en Sevilla o en Madrid.

17 junio 2007

Sin temor



Everness

Sólo una cosa no hay. Es el olvido.

Dios, que salva el metal, salva la escoria
y cifra en Su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.

Ya todo está. Los miles de reflejos
que entre los dos crepúsculos del día
tu rostro fue dejando en los espejos
y los que irá dejando todavía.

Y todo es una parte del diverso
Cristal de esa memoria, el universo;
no tienen fin sus arduos corredores

y las puertas se cierran a tu paso;
sólo del otro lado del ocaso
verás los Arquetipos y Esplendores.

J.L.B.

En la imagen, vía Clarin, lápida de la tumba de Jorge Luís Borges en el cementerio de celebridades de Ginebra. La inscripción dice: and ne forhtedon na ("sin temor", en sajón), tomado de un cantar heróico del siglo X: así era como los antiguos guerreros debían encarar la muerte.

15 junio 2007

Modos de vivir que no dan para vivir

















Mientras nuestra lancha motora se deslizaba por los meandros del Nilo, en Asuán, algunos niños egipcios se acercaban en sus canoas de cartón para pedirnos dinero a los turistas. Uno de ellos vestía la camiseta del Barcelona. Las autoridades del país persiguen esta forma de mendicidad. Nos contaban que cuando estos niños se ven perseguidos por la policía, hunden la barquichuela, que más tarde deben recuperar buceando a la altura del río en que creyeron haberla abandonado.