18 diciembre 2012

Suicidio por desalojo

Esta mañana, a eso del canto del gallo, mientras  desayunaba con café negro, oía por la radio la noticia de otro que ya llaman suicidio hipotecario, por desahucio en situación desesperada. El diario argentino Clarín (porque estas noticias ya han cruzado el Atlántico) lo refiere así: "Otro suicidio por la ola de desalojos en España. La víctima tenía 47 años y fue encontrado ahorcado. Llevaba más de dos años desocupado, al igual de su mujer. El viernes pasado, una mujer se arrojó por el balcón de su vivienda en Málaga..." [Clarín].

Se me ocurre que al divus Joannes se le olvidó mencionar en su revelación que "las hipotecas", como el dinero, son otro engaño poderoso que esclaviza a la humanidad, y la tiene presa de enredos. El pueblo hace números (la cosa más abstracta que hay) y se olvida de la verdad de verdad, que nos tenemos que morir, es de esperar que no por propia mano. Y como por abuso de la banca, los plazos de amortización de los préstamos se extienden a edades desmesuradas, comienza a ser cierto que la muerte libera de las deudas (al menos para el deudor, si no para sus causahabientes). Tal vez los consultores ya estén recomendando el suicidio del padre de familia como la mejor opción para la economía doméstica en tiempos de crisis.

Si las hipotecas son como una soga al cuello, parece lógico que supongan un riesgo mortal, y de ahí que los cucos de los bancos impongan también al hipotecado que asegure su vida. Pero tan siquiera sugerir, por vía de titulares de prensa, que la causa de las autolisis sea los impagos y desalojos, me suena a esa falacia que los retóricos llaman post hoc propter hoc, y que Ricardo García Damborenea, en su utilísimo diccionario de falacias, llama simplemente falacia de la falsa causa [ver]. ¿Un suicidio, de un desalojado? ¿El desalojo fue la causa del suicidio?

En España hay millones de hipotecas vivas, y los desahucios se cuentan por millares. ¿Todo el que pase por un apuro ha de matarse, entonces? Se me ocurre también que estas muertes por defenestración o ahorcamiento son como un consuelo de tontos para las familias que malviven arrastrando del cuello una hipoteca. En realidad, clases medias modestas, eternas aspirantes al confort, que ignoran lo de verdad bueno y malo de la vida. Ignoran qué es la pobreza (como la que refirió Orwell en su crónica The Road to Wigan Pier), y que tenemos muy cerca, casi al doblar la esquina; e ignoran, no sé si será muy sentimental el decirlo así, las pequeñas alegrías que sólo se disfrutan cuando se tiene poco.

Hoy por lo visto me he levantado, no sé si muy senequista o muy ignaciano...

Actualización (20 de diciembre): "El obispo de Segovia, Ángel Rubio, afirmó ayer que no cree que exista relación entre los suicidios ocurridos en las últimas semanas y los desahucios y reclamó a los medios de comunicación que «no manipulen la verdad», ya que, según dijo, las estadísticas en España demuestran que son muchas las muertes voluntarias que no son causadas por situaciones de este tipo." [Via].
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10 diciembre 2012

Un buen libro sobre un cardenal bueno

Hará diez años, en el acto de presentación en público de su biografía de Mañara, reté amistosamente a Carlos Ros a que escribiese sus recuerdos del cardenal de Sevilla José María Bueno Monreal (1904-1987), sucesor del cardenal Segura, que fue el arzobispo de mi niñez. Es una modesta, humilde satisfacción, que al cabo del tiempo don Carlos Ros, prolífico escritor de hagiografías, "me haya hecho caso", y acabe de publicar en la editorial San Pablo su Semblanza de un cardenal bueno, José María Bueno Monreal, que "fue más bueno que monreal" [8 euros]. "La evocación más cotidina que queda del cardenal Bueno Monreal, en aquellos que le quisimos, es que hizo honor a su apellido Bueno. Verdaderamente el cardenal fue un hombre bueno. Y humilde". Una semblanza valiosa, hecha por quien fue un cura joven con Bueno Monreal (como le tocó hacerla al canónigo Gil Delgado del cardenal Segura, el contrapunto).

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23 noviembre 2012

Feria del Libro Antiguo 2012

Bueno, una nueva Feria del Libro Antiguo en Sevilla (la que hace la número XXXV), anunciada con un collage de Felipe Benítez Reyes. Todos un año más en el carné de identidad, libreros y visitantes. Ya no llueve pero la mañana, no tan fría, amaneció con niebla, que se disipó pronto. A las 11 hacía solecito. Como tengo el alma oscura y siniestra de un contable, compruebo en mi inventario que este 2012 que va concluyendo la mitad de los libros que he comprado son antiguos, viejos o de saldo (y representan el 43% de los dineros invertidos), y muchos ya encargados por internet. A pesar de todo, uno no renuncia a la rebusca física, insustituíble. Esta mañana me he comprado en la Feria un libro que tenía pendiente de largo, la biografía de Séneca. Cortesano y hombre de letras (Fundación Lara, 2008), del profesor sevillano Francisco Socas [SISIUS]. El libro recibió el Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos de 2008. Por siete euros, en la Librería Los Terceros, como tengo por costumbre. Y con este doy por amortizada la Feria, Deo volente, porque estamos en crisis y el bolsillo tirita.

P.S. Entre los patrocinadores de la Feria, aparece La Caixa (absorbente) y desaparece Cajasol (absorbida), el antiguo "Monte de Piedad" y la "Caja San Fernando". Sic transit gloria mundi...

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22 noviembre 2012

Otro libro de otro Papa

No me apetece ni leer ni comentar "el nuevo libro del Papa" (de Joseph Ratzinger), que se dice que va de la infancia de Jesús. En cambio, me alegra que ayer mismo la agencia Zenit haya recordado otro libro de un Papa pasajero del siglo pasado, Albino Luciani: Illustrissimi. Lettere ai Grandi del Passato: "ROMA, mercoledì, 21 novembre 2012.– Una raccolta di tutte le lettere che l’allora patriarca di Venezia scrisse, e che la rivista «Messaggero di sant’Antonio» pubblicò mese dopo mese dal 1971 al 1974, indirizzandole a personaggi storici e mitici di tutti i tempi e luoghi. La piacevolezza dello stile, l’ironia che pervade ogni pagina e il linguaggio semplice e popolare portano il futuro papa ad analizzare in modo chiaro e preciso il mondo in quegli anni difficili e tortuosi. Penelope, Mark Twain, Maria Teresa d’Austria, Charles Dickens, Pinocchio, Goethe e Gesù diventano così alcuni dei destinatari di molte lettere scritte dal futuro papa Giovanni Paolo I, soprannominato da tutti il papa del sorriso" [Zenit].

Cuando visité el norte de Italia, hace tres años, no se me olvidó traerme un ejemplar de los Illustrissimi, que compré en el lugar más insospechado, en la librería del Santuario de Santa Maria Ausiliatrice di Torino. De pasada, diré que la traducción castellana del título, Ilustrísimos Señores, me parece muy desacertada, no sólo porque el libro contenga una carta a Pinocchio, que no era un señor, sino un muñeco de madera ("Caro Pinocchio, Avevo sette anni; quando lessi la prima volta le tue Avventure. Non ti so dire quanto mi son piaciute e quante volte poi le ho rilette..."), sino porque también incluye las cartas que Albino Luciani dirigió (en sentido retórico) a Santa Teresa de Ávila ("Cara Santa Teresa, Ottobre è il mese della vostra festa: ho pensato che mi permettereste di intrattenermi per iscritto con Voi..."), o a Santa Teresa de Lisieux ("Cara piccola Teresa, Avevo diciassette anni, quando lessi la vostra autobiografia. Fu per me un colpo di fulmine. "Storia di un fiorellino di maggio" l’avevate definita. A me parve la storia di una "spranga d’acciaio" per la forza di volontà, il coraggio e la decisione, che da essa sprizzavano...").

Illustrissimi puede leerse en línea (aquí).

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21 noviembre 2012

Intermezzo

Rhyme 21























































What is poetry?, you say while you fix







in my pupil your blue pupil;

What is poetry! And you ask it to me?

Poetry... is you.




19 noviembre 2012

Pensamiento en bata de andar por casa


"...es especialmente necesario que la filosofía se convierta en una actividad sería. Para todas las ciencias, artes, aptitudes y oficios vale la convicción de que su posesión requiere múltiples esfuerzos de aprendizaje y de práctica. En cambio, en lo que se refiere a la filosofía parece imperar el prejuicio de que, si para poder hacer zapatos no basta con tener ojos y dedos y con disponer de cuero y herramientas, en cambio, cualquiera puede filosofar directamente y formular juicios acerca de la filosofía, porque posee en su razón natural la pauta necesaria para ello, como si en su pie no poseyese también la pauta natural del zapato. Tal parece como si se hiciese descansar la posesión de la filosofía sobre la carencia de conocimientos y de estudio, considerándose que aquella termina donde comienzan éstos...

"Cuando discurre por el tranquilo cauce del sano sentido común, el filosofar natural produce, en el mejor de los casos, una retórica de verdades triviales. Y cuando se le echa en cara la insignificancia de estos resultados, nos asegura que el sentido y el contenido de ellos se hallan en su corazón y debieran hallarse también en el corazón de los demás, creyendo pronunciar algo inapelable al hablar de la inocencia del corazón, de la pureza de la conciencia y de otras cosas por el estilo, como sí contra ellas no hubiera nada que objetar ni nada que exigir. Pero lo importante no era dejar lo mejor recatado en el fondo del corazón, sino sacarlo de ese pozo a la luz del día. Hace ya largo tiempo que podían haberse ahorrado los esfuerzos de producir verdades últimas de esta clase, pues pueden encontrarse desde hace muchísimo tiempo en el catecismo, en los proverbios populares, etc. No resulta difícil captar tales verdades en lo que tienen de indeterminado o de torcido y, con frecuencia, revelar a su propia conciencia cabalmente las verdades opuestas. Y cuando esta conciencia trata de salir del embrollo en que se la ha metido, es para caer en un embrollo nuevo, diciendo tal vez que las cosas son, tal como está establecido, de tal o cual modo y que todo lo demás es puro sofisma; tópico éste a que suele recurrir el buen sentido en contra de la razón cultivada, a la manera como la ignorancia filosófica caracteriza de una vez por todas a la filosofía con el nombre de sueños de visionarios. El buen sentido apela al sentimiento, su oráculo interior, rompiendo con cuantos no coinciden con él; no tiene más remedio que declarar que no tiene ya nada más que decir a quien no encuentre y sienta en sí mismo lo que encuentra y siente él: en otras palabras, pisotea la raíz de la humanidad. Pues la naturaleza de ésta reside en tender apremiantemente hacia el acuerdo con los otros y su existencia se halla solamente en la comunidad de las conciencias llevada a cabo. Y lo antihumano, lo animal, consiste en querer mantenerse en el terreno del sentimiento y comunicarse solamente por medio de éste.

"Cuando se busca una calzada real que conduzca a la ciencia, no se cree que hay otra más segura que el confiarse al buen sentido, aunque, para ponerse a tono con la época y con la filosofía, se lean las reseñas críticas sobre las obras filosóficas e incluso los prólogos a ellas y sus primeros párrafos, que enuncian los principios universales sobre lo que se basa todo, del mismo modo que las reseñas, aparte de la información histórica, contienen además un juicio, el cual, precisamente por ser un juicio, trasciende sobre lo enjuiciado. Se marcha por este camino común con la bata de andar por casa, mientras el sentimiento augusto de lo eterno, lo sagrado y lo infinito recorre con sus solemnes ropas sacerdotales un camino que es ya de por sí más bien el ser inmediato en el mismo centro, la genialidad de las ideas profundas y originales y de los altos relámpagos del pensamiento. Pero, como esta profundidad no descubre aun la fuente de la esencia, estos destellos no son todavía el empíreo. A los verdaderos pensamientos y a la penetración científica sólo puede llegarse mediante la labor del concepto. Solamente éste puede producir la universalidad del saber, que no es ni la indeterminabilidad y la pobreza corrientes del sentido común, sino un conocimiento cultivado y cabal, ni tampoco la universalidad excepcional de los dotes de la razón corrompidas por la indolencia y la infatuación del genio, sino la verdad que ha alcanzado ya la madurez de su forma peculiar y susceptible de convertirse en patrimonio de toda razón autoconsciente."

G.W.F. Hegel, Fenomenología del Espíritu, Prólogo (trad. Wenceslao Roces).

08 noviembre 2012

Deus absconditus


This established order of things, in which we find ourselves, if it has a Creator, must surely speak of His will in its broad outlines and its main issues. This principle being laid down as certain, when we come to apply it to things as they are, our first feeling is one of surprise and (I may say) of dismay, that His control of this living world is so indirect, and His action so obscure. This is the first lesson that we gain from the course of human affairs. What strikes the mind so forcibly and so painfully is, His absence (if I may so speak) from His own world. It is a silence that speaks. It is as if others had got possession of His work. Why does not He, our Maker and Ruler, give us some immediate knowledge of Himself? Why does He not write His Moral Nature in large letters upon the face of history, and bring the blind, tumultuous rush of its events into a celestial, hierarchical order? Why does He not grant us in the structure of society at least so much of a revelation of Himself as the religions of the heathen attempt to supply? Why from the beginning of time has no one uniform steady light guided all families of the earth, and all individual men, how to please Him? Why is it possible without absurdity to deny His will, His attributes, His existence? Why does He not walk with us one by one, as He is said to have walked with His chosen men of old time? We both see and know each other; why, if we cannot have the sight of Him, have we not at least the knowledge? On the contrary, He is specially "a Hidden God;" and with our best efforts we can only glean from the surface of the world some faint and fragmentary views of Him. I see only a choice of alternatives in explanation of so critical a fact:—either there is no Creator, or He has disowned His creatures. Are then the dim shadows of His Presence in the affairs of men but a fancy of our own, or, on the other hand, has He hid His face and the light of His countenance, because we have in some special way dishonoured Him? My true informant, my burdened conscience, gives me at once the true answer to each of these antagonist questions:—it pronounces without any misgiving that God exists:—and it pronounces quite as surely that I am alienated from Him; that "His hand is not shortened, but that our iniquities have divided between us and our God." Thus it solves the world's mystery, and sees in that mystery only a confirmation of its own original teaching.

John Henry Newman : An Essay in aid of a Grammar of Assent (1870) [Newman Reader].

02 noviembre 2012

The philosophy of common sense

Lo que dice G.K. Chesterton sobre la filosofía de Santo Tomás de Aquino, me parece que no es de recibo. En el principio del capítulo VI de su biografia del Aquinate, "The approach to Thomism", dice: The fact that Thomism is the philosophy of common sense is itself a matter of common sense ("Que el tomismo sea la filosofía del sentido común, es por sí mismo de sentido común"). Pues no, en mi opinión ni el tomismo es "una filosofía de sentido común", ni esa afirmación puede ser aceptable, cuando menos, para la generalidad de la corporación de los filósofos (incluídos los filósofos tomistas).

Todos tenemos nociones elementales de cómo cuidar la salud (p.ej. que "cuando hace frío hay que abrigarse para no coger un catarro"), pero ni esas nociones forman una medicina de sentido común, ni nos hace médicos (que son quienes saben de medicina). Los enfermos, por sólo sentido común, no saben curarse, sino que procuran buscar a un médico, que es quien sabe medicina. ¿Por qué habríamos de admitir, en cambio, que la filosofía, que es otro saber (y no otro saber cualquiera, sino el saber supremo), habría de ser un saber corriente, de sentido común, y no más bien un saber especialísimo que requiere estudio, que no todos pueden alcanzar? Esto no es soberbia filosófica, sino, modestamente, la naturaleza de la cosa misma, la naturaleza del saber de los filósofos, que es tan peculiar y especializado como pueda serlo el saber de los médicos, el saber de los juristas o el saber de los arquitectos e ingenieros.

En realidad, toda la filosofía marcha en sentido opuesto al common sense, el sentimiento espontáneo de la gente corriente. No otra cosa quería decir Aristóteles, y toda la caterva de filósofos que le siguió, incluído Santo Tomás: Los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración; al principio, admirados ante los fenómenos sorprendentes más comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la luna y los relativos al sol y a las estrellas, y la generación del universo... (Metafísica, A,2, trad. Valentín García Yebra). Muy por el contrario, el sentido común y espontáneo consiste en no sorprenderse de que las cosas sean como son. Ese saber espontáneo, común, acomodaticio, es lo que expresa nuestro refrán: "al pan, pan, y al vino, vino"; o como dice Chesterton, eggs are eggs. Por eso nunca podrá existir tal cosa como una filosofía del sentido común, porque mezclar filosofía y sentimiento espontáneo (o saber superior y saber común) es aberrante. Y desde luego la filosofía de Santo Tomás tampoco puede ser una philosophy of common sense, como pretendía vendernos G.K. Chesterton.

Y como Chesterton se ha empeñado en decir que el tomismo es de sentido común, la filosofía moderna, que al parecer se le opondría, no habría de ser más que paradójica ("opuesta a la común opinión y al sentir de las personas"). Dice Chesterton: "Since the modern world began in the sixteenth century, nobody's system of philosophy has really corresponded to everybody's sense of reality: to what, if left to themselves, common men would call common sense. Each started with a paradox: a peculiar point of view demanding the sacrifice of what they would call a sane point of view. That is the one thing common to Hobbes and Hegel, to Kant and Bergson, to Berkeley and William James".

Leyendo aquí a Chesterton me he acordado del pasaje del diálogo Teeteto, en que Platón se reía de los partidarios de Heráclito de Éfeso, porque de tanto sostener que "todo fluye, y nada permanece", habrían llegado al extremo de la mudez, porque con que tan siquiera dijesen que "esto o aquello es así o asá", ya se estarían contradiciendo. Esto es una manera un poco tonta de no haber entendido el heraclitismo. Pero la paradoja (del griego paradoxos) no es un juego, sino una posibilidad de la mente; y toda filosofía es paradójica, porque el saber filosófico se aparta conscientemente de la vida ordinaria en que estamos sumergidos como el pez en el agua (donde los huevos son huevos, y el pan, pan, y el vino, vino). El tomismo no es una excepción.

Afirmar, como hace Chesterton, que "the philosophy of St. Thomas stands founded on the universal common conviction that eggs are eggs", no sólo es una ordinariez, y una falta de respeto a Santo Tomás (desacato que no parecen advertir los chestertomistas), sino que delata que Chesterton no entendió a Santo Tomás, ni siquiera la materia de la filosofía. Se ponía como un ogro cuando le sugerían (leyendo los escritos del P. Martin D'Arcy) que el tomismo pudiese tener algún contacto o semejanza (likeness) con la filosofía de Hegel. Pero eso, señalar contactos, es ni más ni menos lo que con el tiempo ha hecho el P. Cornelio Fabro (1911-1995) [web], porque es forzoso que el Doctor Angélico, aún habiendo sido genial, no haya sido más que un eslabón de la cadena del pensamiento filosófico y teológico (lo que salta a la vista nada más que asomándose a sus escritos).

La filosofía de Santo Tomás de Aquino no es de sentido común, sino tan paradójica como pueda serlo la de Kant, Hegel, Bergson o William James. ¿Cuál sería, según mi parecer, la raíz última de la filosofía de Santo Tomás? No puede ser nada corriente, de todo los días (como sería decir "las cosas claras, y el chocolate espeso"), sino algo paradójico, lo que según la etimología es decir lo más apartado del common sense. Si nos guiásemos tan sólo por el sentido común (las cosas son lo que son, eggs are eggs), no llegaríamos más allá de un craso epicureísmo (manducemus et bibamus, cras enim moriemur).

La ligereza de Chesterton en calificar al tomismo como filosofía del sentido común, parece más bien movida por intereses propagandístico. Lo que a Chesterton parecía interesarle en el fondo no eran las que le parecían abstrusas doctrinas de Santo Tomás, que no tuvo tiempo de estudiar ("there are passages I do not in the least understand myself; there are passages that puzzle much more learned and logical philosophers than I am..."), sino sostener el sentido común de la gente corriente: "The only point I am stressing here is that Aquinas is almost always on the side of simplicity, and supports the ordinary man's acceptance of ordinary truisms".

Esta visión tan simplista no me parece aceptable. También sería una osadía por mi parte comprimir en un breve párrafo en qué consiste, según pienso, el tomismo. Pero hay que intentarlo. Si uno se asoma a la Suma Teológica, I, q.84, quomodo anima intelligit corporalia (que fue el objeto de la tesis de Karl Rahner, Geist in Welt. Zur Metaphysik der endlichen Erkenntnis bei Thomas von Aquin), tal vez comencemos a aceptar que el tomismo pueda ser tan paradójico, y tan apartado del sentido común, como el kantismo o el hegelianismo, y que reducirlo a afirmar que las cosas son como son (eggs are eggs) es una simplicidad que nada tiene que ver con su doctrina. En fin, sin más tiempo para discutirlo, yo compendiaría el tomismo en la idea de que el hombre es imagen de Dios (imago Dei), de la Suma Teológica, I, q.93 a.4, noción de estirpe platónica y agustiniana, y no es para nada  un truísmo ni nada evidente, que pueda aceptar la gente ordinaria. No es casual que la noción, procedente del psalterio, sea el lema de la Universidad de Oxford: Dominus Illuminatio Mea.

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30 octubre 2012

El tomismo en un pispás

He dicho, de manera un tanto simple, que Chesterton me parece un escritor chabacano, sin arte, o grosero y de mal gusto... Aunque para decirlo de manera más elegante y menos hiriente (con las palabras de mi amigo Juan José Delgado Utrera), es "su permanente andarse por las ramas, dar vueltas y más vueltas hasta culminar con una argumentación realmente brillante, pero para la que bastan dos líneas". Como muestra un botón, de su biografía de St. Thomas Aquinas (1933). Dejo el texto en inglés, confiando en que el curioso lector sabrá interpretarlo (no es tan difícil), y porque para juzgar su estilo, hay que leerlo en la lengua en que se expresó. Es del capítulo VI, "The approach to Thomism":

"... the philosophy of St. Thomas stands founded on the universal common conviction that eggs are eggs. The Hegelian may say that an egg is really a hen, because it is a part of an endless process of Becoming; the Berkeleian may hold that poached eggs only exist as a dream exists; since it is quite as easy to call the dream the cause of the eggs as the eggs the cause of the dream; the Pragmatist may believe that we get the best out of scrambled eggs by forgetting that they ever were eggs, and only remembering the scramble. But no pupil of St. Thomas needs to addle his brains in order adequately to addle his eggs; to put his head at any peculiar angle in looking at eggs, or squinting at eggs, or winking the other eye in order to see a new simplification of eggs. The Thomist stands in the broad daylight of the brotherhood of men, in their common consciousness that eggs are not hens or dreams or mere practical assumptions; but things attested by the Authority of the Senses, which is from God."

Como G.K. Chesterton era, a lo que parece, un guasón, creo que me perdonaría si dijese que esto es algo así como explicar el tomismo por huevos... Algo más en serio, párrafos como éste me decepcionan, en su perpetuo andarse por las ramas, porque el empeño, en principio plausible, pero en el fondo descabellado, de hacer entender Santo Tomás al hombre de la calle (lit. the man in the street), termina por subestimar al lector y tenerlo por un tonto, un dummy.

26 octubre 2012

Chesterton chabacano y un centón de libros

Un amigo malagueño, con buena intención me incitaba a retomar el blog, y a hablar de libros, más libros. Así que, rendido a la provocación amistosa, después de una larga temporada de silencio, vuelvo a hablar de libros, que no son más que un simulacro de amistad. El filósofo de Atenas decía que los libros defraudan, porque permanecen mudos a nuestros interrogantes. Los libros no nos hablan, no nos responden; no dicen más que lo que dicen: no conversan con el lector. La compañía de los libros, con ser tan valiosa, no pasa de ser un sucedáneo, subsidiario, de la compañía humana. Aunque los buenos libros me admiran porque transparentan el espíritu y la humanidad de sus autores, aunque sean muchos los siglos que hayan transcurrido desde su escritura (pero apenas un parpadeo, a escala cósmica).

Me he convencido de que G.K. Chesterton, con toda la fama que arrastra, es un escritor chabacano, que quiere decir (según el diccionario) "sin arte o grosero y de mal gusto". Le he dado una segunda oportunidad, y comencé a leer su biografía de St. Francis of Assisi, que a los cinco minutos se me cayó estrepitosamente de las manos, como antes me pasó con su biografía de St. Thomas of Aquinas. ¡Qué manera más estúpida, vulgar y ordinaria, como propia de periodista de café, de andarse por las ramas, en lugar de entrar por derecho en la biografía del santo! Dos libros que se me quedan inéditos, hasta que no lo vuelva a retomar con más paciencia y mejor intención. Entretanto, Chesterton seguirá siendo para mí el autor del simpático relato de The man who was Thursday.

La mejor compra que he hecho este año ha sido una edición antigua de la Vie de Jésus, de Ernest Renan, publicada en vida del autor (Paris,  Michel Lévy Fréres, 1863, Quatrième Éditión). Entre los libros nuevos, destaco la biografía de Marcelino Menéndez Pelayo, de Manuel Serrano Vélez (Córdoba, Almuzara, 2012), publicada en el centenario del montañés que está pasando, hay que ver, sin pena ni gloria.

Entre los libros que me aguardan, uno de título bien pensado, Erotismo y prudencia, la biografía intelectual de Leo Strauss (Madrid, Encuentro, 2012) del profesor Gregorio Luri. Estoy leyendo ahora el ensayo La crisis del Estado en la Edad Posmoderna (Cízur Menor, Navarra, Aranzadi, 2012) del profesor Francisco Carpintero (catedrático del campus de Jerez de la Frontera), con la atención dividida entre la Teoría Pura del Derecho de Hans Kelsen, el tratado de iustitia et de iure de Tomás de Aquino (es curioso que Kelsen dijese en su primer prólogo que hubiese sido acusado, alternativamente, de fascista, bolchevique, comunista, capitalista burgués... ¡y también de seguidor de Santo Tomás de Aquino!) y Niklas Luhmann.

Entre mis desiderata (ahora se dice Wish List) está el Analysis of Matter, de Bertrand Russell, y la traducción de la Eneida del poeta inglés John Dryden. El mejor regalo que he recibido este año, de un viajero en Berlín, Die Bibel: Luther Übersetzung (Deutsche Bibelgesellschaft).

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31 marzo 2012

Libri toscani

Vuelvo al blog para hacer una sucinta reseña, cómo no, de los libros que me he traído de mi último paseo por la Toscana. No concibo un viaje sin libros, y esta vez he regresado con la mochila atestada, aunque Ryanair no se ha quejado, ni ha habido lugar a que me facturasen por pasarme del peso del equipaje. Y bien, estos son los libros:

1. Le preghiere di S. Caterina da Siena, Dottore de la Chiesa (preghiere tratte dall'Epistolario, dal Dialogo, e Le Orazioni). Roma, Centro Liturgico Vincenziano (C.L.V.), 1992. Las plegarias se presentan en italiano moderno, no en vernacolo, lo que tal vez les reste algo de autenticidad.

2. Benvenuto Cellini, Vita. Rizzoli, Milano, 2009.

3. E. Allodoli, A. Jahn Rusconi, Firenze e dintorni. 147 illustrazioni e 1 pianta. Roma, La Libreria dello Stato, 1950. Preciosa edición en papel satinado y fotografías en blanco y negro, una guía de las que ya no se editan. Si os pasáis por Florencia, se encuentra por el precio irrisorio de 6 euros en la Libreria de' Servi (Via dei Servi, 52-54), entre el Duomo y la Annunziata. Lleva un sello de Lire 1000.

4. Duccio Balestracci, Storia illustrata di San Gimignano. Pisa, Pacini Editore, 2009.

5. De propina, Lessico famigliare (1963), de Natalia Ginzburg, y Danubio (1986), de Claudio Magris, con idea de hacerme con una pequeña colección de literatura italiana.

En el avión de regreso, entre cabezadas, fui leyendo algunas líneas de la biografía de Saint Thomas Aquinas (1933) de Chesterton. Su chistecillo a propósito de "The Simplicity of God" consiguió ponerme de mala leche. Le daremos otra oportunidad antes de enviarlo al infierno de la biblioteca, siquiera sea por la buena fama que algunos adjudican a esta biografía chestertoniana (como a la que dedicó a Saint Francis of Assisi, de 1923).

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03 marzo 2012

Humor soviético


Dudo que exista cosa tal como un humor soviético, puesto que la experiencia de los soviets, y en general de cualquier activismo político, tiende a una agria severidad reñida con la chanza. Tampoco sé si existe eso del alma eslava, generalización de los psicodramas de las novelas rusas. Identificar al ruso con los personajes de Dostoievski o Tolstoi, es como pretender medir al pueblo inglés con Dickens, o a los madrileños con Fortunata y Jacinta, aunque sean buenas aproximaciones del tono vital de estos paises.

A lo que me refiero es que la Rusia soviética ha sido fuente de humor inagotable en occidente, del que el primer testimonio conocido es la Ninotchka (1939) de E. Lubitsch. La virtud de esta comedia soviética es que nos hace reír el contraste del mundo soviético, según nos lo imaginamos exageradamente a distancia, poblado de ceñudos comisarios del pueblo, con las actitudes de la gente común y corriente, humilde y sencilla, con sus flaquezas humanas, que a toda costa y en medio de la adversidad, no renuncia ni a la alegría ni a la esperanza (para mí, la mejor escena de Ninotchka es la de la fotografía, en que al final los amigos se reúnen en la lúgubre habitación compartida de Moscú, para recordar los días pasados en París).

Mientras tecleo, me viene a la mente ejemplos archisabidos que mi generación ha visto por la tele, como es la muy risible Última noche de Boris Grushenko (Love and Death, 1975) de Woody Allen; One, two, three (Billy Wilder, 1961), claramente inspirada en aquella de Lubitsch; o la más reciente y celebrada Good bye, Lenin! (2003). En otra ocasión me he referido a la simpática comedia francesa Le Concert (Radu Mihăileanu, 2009) [aquí], que he vuelto a ver en DVD con menos entusiasmo, porque aunque tenga golpes de humor brillantes, y una galería de personajes irrepetible (el ridículo comisario político jubilado es de antología), me parece una película desigual, porque falla en combinar el jewish humour [wiki] con una plúmbea trama romántica a la que parece ser muy dado el cine francés, que no soporto.

En otro contexto, el nazismo (idéntico en sustancia a los soviets), La vita è bella (1997) de Roberto Benigni es ya un film clásico, en que se opone el humor como ultima ratio frente a la tiranía y la esclavitud. Me gusta pensar que el humor cervantino es una variante excelsa de este filón humorístico en que la risa es la defensa de la humanidad. Miguel de Cervantes, quien aprendió a tener "paciencia en las adversidades", no cesó de hacer chistes hasta sus últimos días en esta tierra, viejo y enfermo.

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14 febrero 2012

Cómo se cuenta una historia


La vieja retórica enseñaba que un relato puede comenzar por el principio, ab ovo, o saltándoselo, yendo derecho a un pasaje más movido y dramático, in medias res. Un buen ejemplo, me parece, de este segundo modo, son las Memorias de Adriano (1951), de Marguerite Yourcenar, que en la traducción de Julio Cortázar comienzan así: "Querido Marco: He ido esta mañana a ver a mi médico Hermógenes, que acaba de regresar a la Villa después de un largo viaje por Asia. El examen debía hacerse en ayunas...". La curiosidad por saber el resultado de la visita al médico, enseguida nos engancha en un relato subyugante.

Se explica que comenzar in medias res sea recurso preferido del cine, que debe administrar una historia en 90 minutos de proyección. Todo cinéfilo recuerda el intrigante comienzo de Sunset Boulevard (Billy Wilder, 1950), que nos sumerge, literalmente, en un relato que no desmaya un instante.

Estos dos modos se encuentran en Cervantes. Ab ovo, en el Quijote: "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo...". Y en el Persilesin medias res: "Voces daba el bárbaro Corsicurvo a la estrecha boca de una profunda mazmorra, antes sepultura que prisión de muchos cuerpos vivos que en ella estaban sepultados...".  El misterio de quién sería este bárbaro, y qué mazmorra sería aquella, nos zambulle de hoz y coz en la historia.

Otros ejemplos castellanos: El Lazarillo: "Pues sepa Vuestra Merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes...". Compárese con el Criticón, heredero de los viejos relatos de aventuras: "...Aquí, luchando con las olas, contrastando los vientos, y más los desaires de su fortuna, mal sostenido de una tabla, solicitaba puerto un náufrago...".

Veamos qué hay en la literatura inglesa. ¿De qué modo comienza The Great Gatsby? A ver qué opináis: "In my younger and more vulnerable years my father gave me some advice that I've been turning over in my mind ever since...". Ejemplo notorio de historia que comienza por el principio (que parece lo natural), se encuentra en el Huck Finn: "You don't know about me, without you have read a book by the name of The Adventures of Tom Sawyer, but that ain't no matter...". De forma inesperada, el relato de Gulliver comienza ab ovo, y con tono muy convencional, lo que logra por eso mismo un poderoso contraste estético con la historia que va a relatar a continuación: "My father had a small estate in Nottinghamshire; I was the third of five sons. He sent me to Emmanuel College in Cambridge at fourteen years old, where I resided three years, and applied myself close to my studies...".

Un último ejemplo in medias res, porque buscar más casos sería el cuento de nunca acabar, en Seven Pillars of Wisdom: "Some of the evil of my tale may have been inherent in our circumstances. For years we lived anyhow with one another in the naked desert, under the indifferent heaven...". Para seguir practicando en esto de ver cómo comienzan las historias, remito al Hamlet.

En fin, tiene su interés comparar los cuatro evangelios. Cada uno comienza a su modo (y ninguno tan principial como el de Juan). Léase el de Mateo: "Liber generationis Iesu Christi filii David, filii Abraham. Abraham genuit Isaac. Isaac autem genuit Iacob...", que contrasta con el de Marcos, tan distinto: "Sicut scriptum est in Isaia propheta: Ecce ego mitto angelum meum ante faciem tuam, qui praeparabit viam tuam ante te. Vox clamantis in deserto: Parate viam Domini...".

ADDENDUM. También es muy interesante ver cómo comienza su discurso Charles Darwin, en The Origin of Species: "When on board H.M.S. Beagle, as naturalist, I was much struck with certain facts in the distribution of the inhabitants of South America, and in the geological relations of the present to the past inhabitants of that continent...". Otro buen ejemplo de comienzo in medias res.

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10 febrero 2012

Un libro sobre Platón

Un libro sobre Platón es un bello librito de Antonio Tovar, firmado en Salamanca el mes de agosto de 1954. Hacía años que no se reeditaba, y ahora me he llevado la alegría de que se ha publicado dignamente en una colección de quiosco, la de "Grandes Pensadores Españoles" [ver], a 12,95 euros. Es un recorrido por la vida y obra de Platón de Atenas, del que conocemos en primera persona un fragmento movido de su vida, por la conocida como Carta VII. Para hacerse una idea de la grata lectura de este libro de Tovar, véanse sus primeros párrafos, situados en plan cinematográfico in media res, con técnica novelística aún vigente (compárense con las Memorias de Adriano, de Yourcenar, del año 1951, contemporáneo de este):

"Yo soy un discípulo extranjero al que el viejo maestro nunca ha concedido una mirada. Ahí está el cadáver de Platón. Sus discípulos lloran alrededor: Espeusipo, Xenócrates, Aristóteles, Teofrasto, Filipo de Opunte... A ellos le ahoga la pena, y yo me dejo llevar blandamente. Como soy extranjero y demasiado joven, siento que estoy aparte y puedo mantenerme sereno. Cuando el viejo ha cerrado los ojos, ha entrado en su reino. El reino de esas aves sirenas entre las que él comienza ya a cantar.
"Yo he venido a esta Academia atraído por los libros que escribió el maestro hace tiempo. Los he leído con pasión y curiosidad infinita, pero al llegar aquí me he hallado con otra cosa. Matemáticas, astronomía, conversaciones sobre el gobierno de los hombres, han alejado de aquí a las musas jóvenes y graciosas de otro tiempo, y son las inspiradoras ahora divinidades severas y más cercanas de las Parcas venerables que de las graciosas doncellas del Helicón.
"Los oigo llorar, ahí fuera, a todos. Aristóteles mismo, en quien el maestro descubría la ambición y cierto fuego sagrado, se ha cubierto la cabeza con el manto.
"Yo mientras tanto voy a intentar sacar de estos libros, que en la escuela guardan, en todo lo que se puede guardar, el alma del maestro, la historia de lo que ha pensado durante su vida entera..."

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05 febrero 2012

Rubalcaba y su parroquia


Cuando ya Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido elegido por la feligresía socialista, por la mínima, como nuevo Secretario General del PSOE, ha llamado la atención su propuesta de revisar el concordato con la Iglesia Católica. Estas fueron sus palabras ante la ekklesia socialista, según la prensa: "Si cada vez que la derecha llega al poder vuelve a imponer dogmas que son solo de algunos, nosotros tendremos que revisar también algunas normas de la Transición. El PSOE se replanteará seriamente la revisión del acuerdo con la Santa Sede" [El País].

Estas palabras de Rubalcaba están cuajadas de sofismas (aunque haya que situarlas en el contexto vocinglero de una reunión de partido). No veo por principio que la derecha haya de imponer dogmas, como no sea, estos sí, los propios de una sociedad abierta (open society): la defensa de la libertad de conciencia, y la protección de los bienes comunes. Estos sí que son dogmas democráticos, en el sentido más originario: los más auténticos intereses del pueblo, no los de este o aquel partido.

Dijo Rubalcaba que las derechas "en 30 días han hecho un retroceso de 30 años", y lanza el órdago de que "si quieren retroceder 30 años, retrocedamos en todo. Si quieren vulnerar todos los consensos, aceptamos el reto: volveremos a hace 30 años". Pero no sorprende que Rubalcaba ahora se llame andana [proverbio]. No es juego limpio concebir devolver mal por mal. Si Rubalcaba piensa que la derecha hace mal en una supuesta regresión dogmática, esto no le autoriza a responder en revancha, nada menos, con que se revise el concordato con la iglesia católica. El bien del pueblo no puede rebajarse a un órdago (así lo llama de manera reveladora el diario El País), como en un trato de chalanes que discuten el precio de una mula. No hay que cargar en las espaldas del pueblo las controversias entre partidos. Pero no tiene mayor importancia una argucia que no parece seria. En realidad, la revisión del concordato vigente es algo con lo que ya cuenta el Vaticano.

Habría que repasar las Conventiones inter Apostolicam Sedem et Nationem Hispanam, ahora que podemos consultarlas en internet [link]. La lectura del primero de los acuerdos firmados, circa questioni economiche (el que parece hacer más sarpullidos a las izquierdas), de 28 de julio de 1976, bien podría aquietar los ánimos exaltados. Las palabras introductorias de este acuerdo son muy sabias: Da una parte, lo Stato non può disconoscere né protrarre indefinitamente obblighi giuridici contratti nel passato. Dall'altra parte, atteso lo spirito che informa le relazioni fra Chiesa e Stato in Spagna, risulta necessario dar nuovo significato sia ai titoli giuridici della contribuzione economica, sia al sistema secondo il quale tale contribuzione deve attuarsi ["Por una parte, el Estado no puede ni desconocer ni prolongar indefinidamente obligaciones jurídicas contraídas en el pasado. Por otra parte, dado el espíritu que informa las relaciones entre Iglesia y Estado, en España resulta necesario dar nuevo sentido tanto a los títulos de la aportación económica como al sistema según el cual dicha aportación se lleve a cabo"].

No veo mayor problema en que otra vez, a 30 años vista, se revisase, se diese nuevo sentido, a los acuerdos concordatarios. La sociedad española de hoy ya no es la de 1976. Entonces había muerto la España católica. El país ahora es mucho más diverso, en un entorno de sana laicidad (como desea el Papa). Sin embargo, no entiendo por qué el PSOE habría de objetar ahora que el Estado continúe dando facilidades a la asignación tributaria, y a que los contribuyentes expresen en sus declaraciones fiscales su voluntad de destinar una parte de su contribución a la iglesia católica (o a otras iglesias, confesiones o comunidades religiosas), como ya se previó en el acuerdo de 1976.

Otros: José Manuel Vidal, "Iglesia Católica y Estado español, condenados a entenderse" [Religión Digital]. "Paco Vázquez acusa a Rubalcaba de recurrir a un anticlericalismo casposo" [Abc]. Quiñonero: "El malvado Rubalcaba: si te da la mano, te la clava..." [Una temporada en el infierno]. José María Díaz-Moreno: "La amenaza de Rubalcaba me dio pena y hasta sentí vergüenza ajena" [Religión Digital].

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25 enero 2012

El Hacho de Montejaque

El nº 23 de la revista El Hacho, de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Montejaque, ha querido reproducir en su cubierta una fotografía mía, de mis correrías por la sierra, que colgué en este blog hace un año [link], con el Hacho en lontananza. Les doy las gracias por fijarse en mi blog, y el respeto con que me pidieron la reproducción, a la que dí el O.k. con gran satisfacción. No puedo colgar la cubierta de la revista, pero se puede consultar en slideshare, en la página wordpress de la revista [link]. Gratis accepistis, gratis date (Mt 10,8), freely ye have received, freely give.

Actualización. Aquí está la portada de la revista:

19 enero 2012

Love thy neighbors

The Bible tells us to love our neighbors, and also to love our enemies probably because they are generally the same people.

G.K. CHESTERTON

15 enero 2012

Patience & Fortitude


La virtud de la paciencia consiste en saber padecer lo malo que nos viene, y se llama así del latín, pati, que es sufrir; o como dice el refrán, estar a las duras y las maduras. Santo Tomás de Aquino (S.Th. II-II, q.136 a.1) [sumat] enseña que la paciencia es la virtud que nos protege contra la tristeza [per quam bonum rationis conservetur contra tristitiam]. Y San Agustín, que por la paciencia soportamos lo malo para no echar a perder lo mejor [patientia hominis est quae mala aequo animo toleramus ne animo iniquo bona deseramus per quae ad meliora perveniamus].

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06 enero 2012

Lo que de verdad me han traído los Reyes Magos


Si ahora yo contase que lo que de verdad me han traído los Reyes Magos es una bicicleta, pensaréis con razón que os estoy tomando el pelo, y además quedaría deslucido un tanto el aire solemne y estudioso que pretendo imprimir al blog... Así que me limitaré a mostrar en la fotografía mis auténticos regalos de reyes. El pedrusco que se ve a la derecha no es carbón, sino un fragmento de gossan (roca mineral de Río Tinto) [gossan], que uso como reposa libros. Al lado, mi última adquisición de lance, el Manual de Historia del Derecho Español de Alfonso García-Gallo (Madrid, 1977), que consultaba en el primer año de carrera, cuando la asignatura ya se estudiaba por apuntes (los del profesor, hoy decano, Merchán Álvarez). Ahora acabo de encontrarlo de chiripa. El último jueves del año que ha pasado, que cayó el 29 de diciembre, me dejé caer por er juéve, en la calle Feria. Es un mercado callejero como el Rastro de Madrid o el de Portobello Road de Londres, que se celebra desde los años de la reconquista, aunque hoy sólo se vea quincalla y libros viejos (es legendario que se pudiera encontrar allí figurillas tartésicas, y hasta un ejemplar de la Biblia Políglota Complutense). Acabé asomándome en la librería Baena (la que da a la plaza de los carros), donde me topé con el García-Gallo. Los dos tomos, ¡que acababan de llegar a la tienda!, me costaron 20 euros. Su precio de hace 30 años era 1.600 pesetas, unos 10 euros al cambio, lo que según el I.N.E. hoy serían 60 euros, que es la cotización más o menos de hecho de esta obra en internet [iberlibro]. O sea, que muy contento con el regalo de reyes.

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