23 noviembre 2007

Noticia de libros [Ch. Peirce]


Cambio de tercio. Ha comenzado la campaña navideña. Los turrones y roscos de vino también nos dejan un rato para los buenos libros. Hoy toca uno sobre el filósofo norteamericano Charles S. Peirce (1839-1914). A falta de un conocimiento directo de su obra, dispersa y pendiente de editarse completa, estas circunstancias parecen excusar una mayor difusión de sus ideas. El año pasado la revista Anthropos le ha dedicado un número monográfico. El libro al que me quiero referir se acaba de editar en Rialp: La razón creativa. Crecimiento y finalidad del ser humano según C. S. Peirce, de Sara Barrena. Recomendable como acercamiento a Pierce, y avalada su seriedad por ser la profesora Barrena coordinadora del Grupo de Estudios Peirceanos de la Universidad de Navarra.

19 noviembre 2007

vox clamantis in deserto

"Cada grupo humano –una sociedad concreta, la Iglesia católica en un espacio geográfico, una congregación religiosa, un partido político, un sindicato, una institución académica- tienen derecho a rememorar su historia, a cultivar su memoria colectiva, ya que de esta manera profundizan también en su identidad. La Iglesia católica, por ejemplo, en el Concilio Vaticano II buscó su reforma y renovación volviendo a las fuentes. Este conocimiento que actualiza el pasado, además de ensanchar la conciencia compartida por el grupo, puede sugerir actuaciones de cara al futuro, ya que memoria y esperanza están íntimamente unidas. Pero no es acertado volver al pasado para reabrir heridas, atizar rencores y alimentar desavenencias. Miramos al pasado con el deseo de purificar la memoria, de corregir posibles fallos, de buscar la paz. Recordamos sin ira las etapas anteriores de nuestra historia, sin ánimo de revancha, sino con la disponibilidad de afirmar lo propio y de fomentar al mismo tiempo el respeto a lo diferente, ya que nadie tiene derecho a sofocar los legítimos sentimientos de otro ni a imponerle los propios. La búsqueda de la convivencia en la verdad, la justicia y la libertad debe guiar el ejercicio de la memoria. Con las siguientes palabras expresó lo que venimos diciendo Mons. Antonio Montero, Arzobispo emérito de Mérida-Badajoz, en su extraordinaria obra presentada en su momento como tesis doctoral en la Universidad Pontificia de Salamanca: “Que los hechos se conozcan bien, pero desprovistos en todo lo posible de cualquier fermento pasional” (Historia de la persecución religiosa en España 1936-1939, Madrid 1961, p. VIII). Y alguien, que perdió a sus padres profundamente católicos en aquella persecución, ha afirmado en manifestaciones recientes: “Un cristiano no puede dejarse llevar del odio, aunque sea en nombre de la justicia”.

Monseñor Ricardo Blázquez, Discurso inaugural de la XC Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (19 de noviembre de 2007).

El discurso puede leerse completo en este enlace

Y aquí el impresionante testimonio de Gabino Díaz Merchán

13 noviembre 2007

Cuídate España

¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima apesar suyo,
del verdugo apesar suyo
y del indiferente apesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calav
eras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!...


CÉSAR VALLEJO