08 agosto 2011

Homilía en La Habana


"Los sistemas ideológicos y económicos que se han ido sucediendo en los dos últimos siglos con frecuencia han potenciado el enfrentamiento como método, ya que contenían en sus programas los gérmenes de la oposición y de la desunión. Esto condicionó profundamente su concepción del hombre y sus relaciones con los demás. Algunos de esos sistemas han pretendido también reducir la religión a la esfera meramente individual, despojándola de todo influjo o relevancia social. En este sentido, cabe recordar que un Estado moderno no puede hacer del ateísmo o de la religión uno de sus ordenamientos políticos. El Estado, lejos de todo fanatismo o secularismo extremo, debe promover un sereno clima social y una legislación adecuada que permita a cada persona y a cada confesión religiosa vivir libremente su fe, expresarla en los ámbitos de la vida pública y contar con los medios y espacios suficientes para aportar a la vida nacional sus riquezas espirituales, morales y cívicas.

"Por otro lado, resurge en varios lugares una forma de neoliberalismo capitalista que subordina la persona humana y condiciona el desarrollo de los pueblos a las fuerzas ciegas del mercado, gravando desde sus centros de poder a los países menos favorecidos con cargas insoportables. Así, en ocasiones, se imponen a las naciones, como condiciones para recibir nuevas ayudas, programas económicos insostenibles. De este modo se asiste en el concierto de las naciones al enriquecimiento exagerado de unos pocos a costa del empobrecimiento creciente de muchos, de forma que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

"Queridos hermanos: la Iglesia es maestra en humanidad. Por eso, frente a estos sistemas, presenta la cultura del amor y de la vida, devolviendo a la humanidad la esperanza en el poder transformador del amor vivido en la unidad querida por Cristo. Para ello hay que recorrer un camino de reconciliación, de diálogo y de acogida fraterna del prójimo, de todo prójimo. Esto se puede llamar el Evangelio social de la Iglesia.

"La Iglesia, al llevar a cabo su misión, propone al mundo una justicia nueva, la justicia del Reino de Dios (cf. Mt 6, 33). En diversas ocasiones me he referido a los temas sociales. Es preciso continuar hablando de ello mientras en el mundo haya una injusticia, por pequeña que sea, pues de lo contrario la Iglesia no sería fiel a la misión confiada por Jesucristo. Está en juego el hombre, la persona concreta. Aunque los tiempos y las circunstancias cambien, siempre hay quienes necesitan de la voz de la Iglesia para que sean reconocidas sus angustias, sus dolores y sus miserias. Los que se encuentren en estas circunstancias pueden estar seguros de que no quedarán defraudados, pues la Iglesia está con ellos y el Papa abraza con el corazón y con su palabra de aliento a todo aquel que sufre la injusticia."

JUAN PABLO II, Homilia en La Habana, 25 de enero de 1998 [enlace].

El viaje apostólico de Juan Pablo II a Cuba, es el que se recuerda de modo más entrañable, y es posible que su mensaje, como el de aquella homilía en La Habana, tenga un eco perdurable. Fidel Castro hizo un recibimiento inolvidable al Santo Padre. Tomen ejemplo de Fidel, ahora que España sufre los embates de las minorías recalcitrantes de ateos y enemigos de la religión. La religión es un bien para los pueblos.

2 comentarios:

  1. Ese viaje de Juan Pablo II a Cuba fue inolvidable. No me caben dudas que ha dejado frutos aunque no se vean. He escrito bastante en mi blog acerca del viaje y de la visita de Fidel Castro al Papa, tambien porque me emociono el entusiasmo de los cubanos y creo que no me perdi nada dentro de lo que pudimos ver por TV. Y he pensado mucho entonces, que pensara Fidel frente a el? Y que habran hablado en aquella reunion a cuatro ojos en el Vaticano.

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  2. Muchas gracias, Ludmila, presiento que el de Cuba fue uno de los grandes viajes de Juan Pablo II.

    p.s. Leeré con detenimiento tus escritos sobre ese viaje.

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