Lo más apetecido en este mundo es el logro de riqueza, bienestar y honores, y por mucho que se los busque siempre van huyendo del hombre; en cambio, quien de ellos se aparta y no necesita ayuda humana será estimado, es rico y se regocija en su porción, descansa en sí, pues ha desterrado al mundo de su corazón y alcanza su ideal sin ansiedad ni esfuerzo.
No es propio del sabio gozarse en la abundancia de riqueza, ni dolerse por la penuria, sino complacerse en su inteligencia y en sus anteriores buenas obras, pues confía en que nadie podrá despojarle, ni será responsable de las del prójimo.
Quien no acata los designios del Creador, sentirá descontento ante el curso del mundo; quien reduce la gracia de Dios a mero alivio de las necesidades humanas, demuestra ignorancia; y el que envidia lo que otro posee, prolonga su angustia y su irritación no tiene límite.
¡Cuán superior es la pobreza a la riqueza!, exclamó el sabio, pues jamás se ha visto que nadie para empobrecerse se rebele contra su Creador, como para enriquecerse.
¿Qué es lo que hace amable la vida y destierra la tristeza? --La justa estimación de lo que al mundo debemos y el mundo nos debe. Ya se dijo: Al que le desprecia, él honra, y al que le honra, él desprecia, porque a la riqueza sucede la pobreza; y a la grandeza, la humillación, y a la saciedad, la penuria.
Selección de perlas, o máximas de SHLOMÓ IBN GABIROL
(Traducción de David Gonzalo Maeso).
Imagen: estatuta de Ibn Gabirol en su ciudad natal, Málaga [vía].
Bueno a veces la riqueza no te sirve de mucho... Mira lo que le paso a steve jobs que con tanta plata y no pudo hacer nada por el.
ResponderEliminarExacto, Hebert. Como dice Ibn Gabirol, para no entristecerse, hay que saber valorar lo que el mundo nos debe, y nosotros le debemos al mundo. Pero no somos dueños de nuestras vidas.
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