Un amigo malagueño, con buena intención me incitaba a retomar el blog, y a hablar de libros, más libros. Así que, rendido a la provocación amistosa, después de una larga temporada de silencio, vuelvo a hablar de libros, que no son más que un simulacro de amistad. El filósofo de Atenas decía que los libros defraudan, porque permanecen mudos a nuestros interrogantes. Los libros no nos hablan, no nos responden; no dicen más que lo que dicen: no conversan con el lector. La compañía de los libros, con ser tan valiosa, no pasa de ser un sucedáneo, subsidiario, de la compañía humana. Aunque los buenos libros me admiran porque transparentan el espíritu y la humanidad de sus autores, aunque sean muchos los siglos que hayan transcurrido desde su escritura (pero apenas un parpadeo, a escala cósmica).
Me he convencido de que G.K. Chesterton, con toda la fama que arrastra, es un escritor chabacano, que quiere decir (según el diccionario) "sin arte o grosero y de mal gusto". Le he dado una segunda oportunidad, y comencé a leer su biografía de St. Francis of Assisi, que a los cinco minutos se me cayó estrepitosamente de las manos, como antes me pasó con su biografía de St. Thomas of Aquinas. ¡Qué manera más estúpida, vulgar y ordinaria, como propia de periodista de café, de andarse por las ramas, en lugar de entrar por derecho en la biografía del santo! Dos libros que se me quedan inéditos, hasta que no lo vuelva a retomar con más paciencia y mejor intención. Entretanto, Chesterton seguirá siendo para mí el autor del simpático relato de The man who was Thursday.
La mejor compra que he hecho este año ha sido una edición antigua de la Vie de Jésus, de Ernest Renan, publicada en vida del autor (Paris, Michel Lévy Fréres, 1863, Quatrième Éditión). Entre los libros nuevos, destaco la biografía de Marcelino Menéndez Pelayo, de Manuel Serrano Vélez (Córdoba, Almuzara, 2012), publicada en el centenario del montañés que está pasando, hay que ver, sin pena ni gloria.
Entre los libros que me aguardan, uno de título bien pensado, Erotismo y prudencia, la biografía intelectual de Leo Strauss (Madrid, Encuentro, 2012) del profesor Gregorio Luri. Estoy leyendo ahora el ensayo La crisis del Estado en la Edad Posmoderna (Cízur Menor, Navarra, Aranzadi, 2012) del profesor Francisco Carpintero (catedrático del campus de Jerez de la Frontera), con la atención dividida entre la Teoría Pura del Derecho de Hans Kelsen, el tratado de iustitia et de iure de Tomás de Aquino (es curioso que Kelsen dijese en su primer prólogo que hubiese sido acusado, alternativamente, de fascista, bolchevique, comunista, capitalista burgués... ¡y también de seguidor de Santo Tomás de Aquino!) y Niklas Luhmann.
Entre mis desiderata (ahora se dice Wish List) está el Analysis of Matter, de Bertrand Russell, y la traducción de la Eneida del poeta inglés John Dryden. El mejor regalo que he recibido este año, de un viajero en Berlín, Die Bibel: Luther Übersetzung (Deutsche Bibelgesellschaft).
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Pues para lo tarde que lo escribiste me ha gustado tu comentario, yo estaba presente en el moemnto de la incitación. Un saludo
ResponderEliminarIncitar = "Mover o estimular a alguien para que ejecute algo" (DRAE).
ResponderEliminarLo contrario de 'Engañar' = "Inducir a alguien a tener por cierto lo que no lo es, valiéndose de palabras o de obras aparentes y fingidas"
Me alegra tu vuelta. Y tu comentario chestertoniano, paradójicamente, me anima mucho a un trabajo chestertoniano que me traigo entre manos. El de sacarle aforismos. Creo que su andarse por las ramas, que ahí tienes toda la razón, favorece y justifica mi propósito Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias de corazón, Enrique. No es que me caiga mal Chesterton... Aforismos, en sus paginas, a millares, o mas bien ingeniosidad. El polo opuesto en lengua inglesa, Orwell, que tiene un juicio muy severo sobre Chesterton, del que dijo que despues de su conversión, o mas bien paso de la iglesia de Inglaterra a la iglesia católica, había sacrificado su inteligencia por la polémica a toda costa. Orwell lo consideraba un exponente del Political Catholicism.
ResponderEliminarGracias por la entrada Joaquín, qué buena colección de libros.
ResponderEliminarModestamente estoy totalmente de acuerdo con tu opinión sobre Chesterton. Yo también busqué con ahinco y comencé a leer con mucha ilusión su biografía de Santo Tomás de Aquino, pero creo que no pasé de la cuarta o la quinta página, no pude soportar su permanente andarse por las ramas, como bien dices, dar vueltas y más vueltas hasta culminar con una argumentación realmente brillante, pero para la que bastan dos líneas. Lo mismo me ocurrió con "Ortodoxia", aunque ésta sí conseguí leerla hasta el final. No lo he intentado pero sospecho que leer a Chesterton en inglés tiene que ser misión imposible (No obstante todo lo dicho, es un personaje que valoro como se merece por su valentía, dado que ser apologeta católico en la Inglaterra de su tiempo no debía ser cosa fácil).
Hablando de Tomás de Aquino, recomiendo a todos un librito del filósofo Josef Pieper ("Introducción a Tomás de Aquino" Editorial Rialp). Es un compendio de unas pocas lecciones/lecturas públicas del filósofo, escritas con maravillosa claridad. En consecuencia,un filósofo "cortés", que no es poco.
Gracias otra vez Joaquín.
Juan José Delgado Utrera
(incitador malaqueño)
¡Gracias, Juan José! Ya somos dos contra el mundo...
ResponderEliminarLeer a Chesterton en inglés es mucho más difícil que a Orwell, que sitúo en el polo opuesto. Estilo tortuoso, asiano, dionisíaco, el de Chesterton, frente a una prosa clara, aticista, apolínea, de Orwell. El estilo dice mucho de la mente y de la claridad de ideas de cada uno. "El estilo es el hombre", dijo no sé quién...
Sobre Tomás de Aquino, se ponga como se ponga Gilson (que fue el que dijo que la biografía de Chesterton es la mejor), lo mejor que he leído es la "Introducción al tomismo", de Cornelio Fabro (también editado por Rialp, vaya por Dios).
A lo mejor saco aquí algún párrafo de Orwell, que va en el sentido dicho. Para no ser tan negativo, recordaré que Orwell, en alguno de sus artículos (de la serie "As I Please"), decía que en su opinión lo mejor escrito por Chesterton fueron sus introducciones a Dickens.
Pla, sobre Chesterton en su Diccionario, deja clara la idea de que su brillantez se debe al roce con el ambiente hostil inglés. Luego dice:
ResponderEliminar"Siento que es una buena persona, y un intelectual de sus dimensiones, cuando es una buena persona, es lo más parecido a un ángel. Quienes se denominan intelectuales suelen ser siniestros.
[…] avanza a tientas como un borracho en medio de la niebla. A veces, su punto de incertidumbre se ilumina de colores angelicales de tabla primitiva. Otras es monstruoso y chillón como una gárgola. […] Es un gótico y tiene desarrolladísima la graciosa alegría de los góticos".
Me parece un juicio gráfico y exacto.
Es una buena definición, la de Josep Pla. Habría que recopilar los juicios de unos y otros sobre la figura de G.K. Chesterton.
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