No sé qué libros me propongo leer este largo verano, aunque ya estoy entretenido con los Tales of the Alhambra, de Washington Irving. Ya fue lectura de mi niñez, en castellano. Ahora tengo la debilidad de releerlo en una vieja edición de la editorial granadina Padre Suárez, con una sobrecubierta muy sugestiva (la misma de la imagen), que tuve la fortuna de encontrar en El Jueves (nuestro rastro de cosas viejas, en Sevilla). No estaría mal seguir luego con ese libro de título tan gracioso, Gazpacho: or, summer months in Spain (1850), del viajero impertinente William George Clark [Iwasaki], que está reimpreso en facsímil [extramuros]. Y, por qué no, con otro igual de divertido, The Bible in Spain: or the Journey,
Adventures, and Imprisonment of an Englishman in an Attempt to Circulate
the Scriptures in the Peninsula (1843), de George Borrow, en un ejemplar sin pena ni gloria, pero al que tengo cariño, que encontré en una de esas inefables librerías de Charing Cross Road, en Londres. Por no salir de los casticismos, puede ser que me aventure más adelante en los Episodios nacionales (las dos últimas series) de nuestro gran Benito Pérez Galdós (el anglófilo Galdós, traductor juvenil del Pickwick). Para quien busque alguna recomendación más, y le dé por rebuscarlo en librerías de viejo (único lugar en que, incomprensiblemente, se encuentra disponible), recomiendo Mi infancia en Moscú : estampas de una nostalgia (1988), de José Fernández Sánchez [lne], que a mí me parece un librito notabilísimo, merecedor de ser reeditado con todos los honores en la colección de "Letras Hispánicas" de la editorial Cátedra. Por cierto, Fernández Sánchez (1925-2011), autor de una magnífica Historia de la bibliografía en España, también se ocupó de los Viajeros rusos por la España del siglo XIX [BNE].
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