21 diciembre 2017

Mis libros del año 2017

A imitación de otros lectores que han hecho lo mismo, a mí también me gustaría apuntar aquí los que han sido, según mi subjetivísima y libérrima opinión, lo libros de este año 2017. Mi conocimiento de la producción editorial debe estar limitada a un escuálido 1% de los títulos publicados en España, que son los que puedo husmear en visita a las librerías. Siempre me acuerdo de ese clásico de la bibliomanía, Los demasiados libros, del ingeniero mexicano Gabriel Zaid, publicado por vez primera en 1972 [letraslibres], antes del internet, aunque la edición de 1996 habla ya del Print on Demand. Encontrar un libro cualquiera es azaroso. Los libros nuevos cada vez me interesan menos, y me inclino por los viejos, pero sigo atento a las novedades. Estos tres libros que he seleccionado como los "libros del año", por las razones que diré, me parecen los tres excelentes. Me he dado cuenta que dos de estos libros son de la misma editorial (Galaxia Gutenberg), lo que no quiere decir nada más que publica libros que me gustan. Y este es el pódium:

Nº 1. Ana Arambarri, Ataúlfo Argenta: Música interrumpida [Galaxia Gutenberg]. Este libro está destinado a ser un clásico de la literatura musical española. Ana Arambarri, de familia melómana, ha gozado desde la niñez de la amistad de la viuda y los hijos de Ataúlfo Argenta, y ha tenido el privilegio de acceder al archivo del músico, en especial al epistolario entre los esposos, que el libro reproduce con generosidad como excepcional testimonio de una vida musical. El libro es entrañable y escrito con gran destreza literaria, y es algo más que una biografía, que desvela los detalles de la trágica muerte de Ataúlfo Argenta. Con todo, no ha aparecido hasta después de la muerte del hijo de Ataúlfo, Fernando Argenta [elpais]. Es además una crónica de las instituciones musicales españolas que conoció y dominó Ataúlfo Argenta desde su niñez, durante la república, la guerra civil y el régimen de Franco. El nombre de Ataúlfo Argenta yo lo asociaba en mi niñez con los discos de zarzuela, que me siguen gustando. Hoy escogería, por ejemplo, su grabación de 'El retablo de Maese Pedro' y el 'Concierto para clave y cinco instrumentos' de Manuel de Falla (Alhambra/Decca, 1957) [diariomontañes].

Nº 2. Pablo d'Ors, Entusiasmo [Galaxia Gutenberg]. Me he rendido a la maestría de Pablo d'Ors, aunque carezco de autoridad para dirimir si es el mejor narrador en lengua española de este tiempo. Su última novela, Entusiasmo, que pretende ser, según protesta del autor, una autobiografía ficticia, tiene las cualidades de la narrativa clásica. Yo me acuerdo de las escenas, los personajes, y los escenarios de Entusiasmo, como me acuerdo de los del Lazarillo, lo que es muchísimo decir. Y hay que reconocer a Pablo d'Ors la valentía de contar las fortunas y adversidades de un cura joven (claretiano en su novela), responda o no a los derroteros de su propia vida, lo que no interesa para disfrutar de esta narración, que contiene también importantes mensajes morales, como propios de un escritor que es sacerdote católico.

Nº 3. Mónica Barrientos-Bueno, Dentro del cuadro. 50 presencias pictóricas en el cine [UOC]. En general no me gustan los libros de cine. Prefiero ver la película, no que me la cuenten (me pasa lo mismo con los libros de toros y de cante jondo). Pero hago excepciones. El análisis fílmico de los cinéfilos de profesión suele parecerme pedante y premioso, vamos, que son un pestiño. Nada de esto encuentro en este libro de la profesora Mónica Barrientos-Bueno, de la Universidad de Sevilla [fcom]. Es un libro de los que me gustan, que hibrida distintos saberes, aquí muy emparentados, que son el cine y la pintura. Primero hace una tipificación de filmes relacionados con la pintura, y luego analiza una muestra de 50 películas ("50 presencias pictóricas en el cine"). A cualquier aficionado al cine le viene a la mente los ejemplos, como son Rembrandt (Alexander Korda, 1936, interpretado por Charles Laughton), The Picture of Dorian Grey (Albert Lewin, 1945, inevitable en la selección), Vertigo (Alfred Hitchcock, 1958), Barry Lyndon (Stanley Kubrick, 1975, estupendo análisis desde el ángulo estético y pictórico), y una de mis favoritas, F for Fake (Orson Welles, 1974). La profesora Mónica Barrientos-Bueno demuestra un dominio de las claves estéticas, necesaria en un libro temático como este. De casta le viene al galgo, porque su hermana Beatriz es pintora célebre [Abc]. El libro aparece en una colección muy atractiva de la UOC, "Filmografías esenciales", aunque el único lunar que le encuentro es que prescinden de ilustraciones, que en mi opinión son obligadas en cualquier libro que aspire a la perfección, mucho más justificadas en los libros de cine.

Y hasta el año que viene, si Dios quiere, que vengan más libros. En mi próxima entrada contaré los libros que he comprado en mi última visita a El Jueves, que no son moco de pavo (¡pobres pavos, lo que les espera!).

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