El eneagrama es un esquema, en forma de estrella de nueve puntas, utilizado para representar las pasiones, vicios, defectos o 'pecados capitales'. Se dice que es un vehículo de conocimiento propio y de desarrollo espiritual. Un destacado divulgador del uso terapéutico del eneagrama es el psiquiatra chileno Claudio Naranjo (Valparaíso, 1932), discípulo del fundador de la Gestalt, Fritz Perls.
El ascendiente esotérico del moderno eneagrama alcanza al místico ocultista armenio Georges Ivanovich Gurdjieff (1872-1949). Se trata de doctrinas milenarias aunque remozadas, en las que pueden hallarse analogías con el hermetismo, el sufismo o la cábala. Todas estas corrientes de sabiduría perenne y gnosticismo conciben al hombre como un microcosmos que se correlaciona con el universo o macrocosmos. Así, el estudio tradicional de las estrellas, legado por los sabios babilonios, sería un medio adecuado para el conocimiento de la humanidad.
Una visión crítica del eneagrama, desde una perspectiva católica tradicional, en la página de catholic.net. No se olvide que otros sectores de la Iglesia Católica han valorado las bondades de esta técnica terapéutica.
Véase de Claudio Naranjo, El eneagrama de la sociedad. Males del mundo, males del alma [Vitoria, editorial la Llave, 2000], versión ampliada de una charla divulgativa impartida por el autor en la Universidad de Deusto (1994).