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El pasado miércoles 24 de agosto, en la ciudad inglesa de Liverpool, un niño de 11 años, Rhys Jones, murió de un disparo de arma de fuego, a manos de otro menor de edad [
BBC]. El Primer Ministro británico Gordon Brown ha asegurado tajantemente que los responsables del crimen serán perseguidos, detenidos y castigados. Una afirmación muy valiente: nada de
presuntos culpables, no: los culpables serán castigados (punished). El líder tory David Cameron también ha ofrecidos sus puntos de vista para combatir la criminalidad de los menores de edad: su país necesita un nuevo pacto social que comprometa a los ciudadanos en la seguridad pública. Eso pasa por que no se venda alcohol a menores de edad, y por que la industria del ocio sea más responsable en sus contenidos.