Estoy leyendo estos días las extensas memorias de Julián Marías, Una vida presente (1989), que acaba de reeditar en un sólo volumen Páginas de Espuma, con la colaboración de la "Asociación Española de Personalismo". Es un monumento de la cultura española, del que nos podemos sentir orgullosos: hay que leerlas.
Supera en valor a aquellas memorias intelectuales, típicas de la esfera anglosajona, como las de Russell, Popper o incluso Newman, en las que sólo se habla de ideas, discusiones y libros. En las memorias de Julián Marías leemos, sobre todo, el recuento emotivo de los encuentros personales. Marías no estaba tan interesado en explicar un sistema filosófico (el suyo, si lo tuvo), sino una vida, él mismo. Pero esto es muy propio de quienes profesaron el vitalismo, en la estela de Ortega y Gasset. Por eso se puede decir de estas memorias que son filosofía puesta en obra (una trayectoria vital) en las que el sujeto de la narración es la vida ejemplar. Se aprende mucho leyendo este libro, en el que es cierto que el lector siente muy viva la presencia de Julián Marías.
Y una última reflexión. Marías ha sido nuestro contemporáneo, muerto apenas hace un par de años, y le dio lugar a ser testigo de la quema de conventos del Madrid del año 31. Da que pensar que todavía la Segunda República y lo que siguió después, no haya pasado a los libros de historia, sino que sigue palpitando en la memoria presente.
Habla también de Julián Marías, Pseudopodo
Supera en valor a aquellas memorias intelectuales, típicas de la esfera anglosajona, como las de Russell, Popper o incluso Newman, en las que sólo se habla de ideas, discusiones y libros. En las memorias de Julián Marías leemos, sobre todo, el recuento emotivo de los encuentros personales. Marías no estaba tan interesado en explicar un sistema filosófico (el suyo, si lo tuvo), sino una vida, él mismo. Pero esto es muy propio de quienes profesaron el vitalismo, en la estela de Ortega y Gasset. Por eso se puede decir de estas memorias que son filosofía puesta en obra (una trayectoria vital) en las que el sujeto de la narración es la vida ejemplar. Se aprende mucho leyendo este libro, en el que es cierto que el lector siente muy viva la presencia de Julián Marías.
Y una última reflexión. Marías ha sido nuestro contemporáneo, muerto apenas hace un par de años, y le dio lugar a ser testigo de la quema de conventos del Madrid del año 31. Da que pensar que todavía la Segunda República y lo que siguió después, no haya pasado a los libros de historia, sino que sigue palpitando en la memoria presente.
Habla también de Julián Marías, Pseudopodo
Joaquín, hace tiempo que no pasaba por aquí y lo he hecho en una magnífica entrada. Parece que dudases si Julián Marias tenía o no escuela filosófica, pero después lo resuelves. Vivir la vida de uno es la única escuela filosófica posible y eso queda claro desde Ortega.
ResponderEliminarHabrá que leerlas.
Un abrazo
... Es que el sistema filosófico de Julián Marías es "antisistema", por emplear una palabra de moda...
ResponderEliminarGracias por pasarte de nuevo por aquí otra vez, Emilio. Es un estímulo para seguir pensando, modestamente.
Pues sí, Joaquín, de lectura obligatoria.
ResponderEliminarYo lo seguía en sus artículos periodísticos.
Me alegra saber que se ha editado este libro, es de los que hay que tener y de vez en cuando, releer.
Saludos
Me lo voy a comprar de una vez. Pero, tengo un miedo: J. Marías se cita demasiado a sí mismo. Eso cansa.
ResponderEliminarTe recomiendo otro libro autobiográfico\cultural: El Mundo de Ayer, de Stefan Zweig. Una maravilla, de Edit. Acantilado
Bueno, Claudio, en el caso de las memorias, 900 páginas de esta última edición, me da la impresión de que extracta... Son muy minuciosas, y habla mucho, continuamente, de su mujer.
ResponderEliminarStefan Zweig fue una lectura de mi adolescencia, especialmente los "Momentos estelares de la humanidad". Las memorias las tengo pendientes, a ver si les hinco el diente.
El Mundo de ayer, que cita Claudio, lo tengo entre los pendientes de leer.
ResponderEliminarLs Momentos estelares, ya me los leí.
No me extraña que hable tanto de su mujer, se suicidaron juntos, como sabréis.
Lo que tengo claro es que a Jualián Marías lo debo conseguir.
Saludos Joaquín, y con tu permiso, también a Claudio.
Soy otro que tuvo el tomo entre las manos mientras dudaba.
ResponderEliminarPuestos a recomendar Memorias -con permiso- las mejores que he leído jamás: "Autoretrato sin retoques" de Jesús Pardo.
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leete esas memorias, de Zweig. LLoré de emoción. Describe la Viena de finales del XIX.Es un libro increíble. Creo que fue su último líbro. Se lee de un tirón. Cuenta la técnica que usaba para escribir... Es una gozada
ResponderEliminarOtra biografía cultural que estoy leyendo: Errata de George Steiner. Increíble en algunos pasajes.
Los judíos. Die Juden. Que escuela.
Otras memorias: las de Hans Jonas
Buen domingo
Claudio, y otra más:
ResponderEliminarEdith Stein (Sta. Teresa Benedicta de la Cruz): Estrellas amarillas.
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no tenía ni idea de ese libro de Edith Stein. Me lo compraré.
ResponderEliminarGracias
PD: Sergio Pitol tiene uno que no está mal: El Mago de Viena. Es un libro que va sobre su vida de diplomático escritor. Escribe sobre lo que ha leído, sus lecturas y algo de su vida.
Otro que no está mal es Elias Canetti. Pero eso si que son palabras mayores. Memorialística pura. Canetti es otro alemán poliglota judío, que habla 4 idiomas o mas. Como G. Steiner o Zweig.
_Siento dar el tostón con Zweig: he leído a Morgenrot. Sí, Zweig se suicidó con su mujer en esa ciudad de nombre horrible, alejado de su querida Europa: Petrópolis
ResponderEliminarLas ideas de Zweig sobre la sexualidad están bien expresadas en el libro. Por eso abandonó a su primera mujer. Pero estoy de acuerdo con él en algunas cosas, en su crítica feroz a la hipocresía burguesa de Viena... en fin. Leedlo.
Termino: Edith Stein, debe ser muy interesante. Sus amistades, su círculo intelectual, el ambiente de Alemania en los 20... en fin, Morgenrot, leete el original en alemán y lo comentamos a posteriori. Pegaré citas en mi otro blog, citas sin pausa.
Ya que veo que habláis de las memorias de Zweig: extraordinarias. Y maravillosamente bien escritas.
ResponderEliminarSoy gran admirdora y devota de Edith Stein, y he leído otros libros de élla, pero no Estrellas Amarillas. Apuntado queda.
ResponderEliminarPor lo que respecta a lo que cita Claudio, cierto es a mi modesto entender que "Errata, examen de un vida" de Steiner es un joyita que hay que leer. Lo guardo en la memoria desde hace años que lo leí.
Otras memorias:
ResponderEliminarEl diario de la felicidad
“Jurnalul Fericirii”
Autor: Nicolae Steinhardt
Sígueme. Salamanca (2007). 634 págs. 29 €. Traducción: Viorica Patea, Fernando Sánchez Miret y George Ardeleanu.
Entre los pensadores judíos contemporáneos, por fuerza hay que recordar (y nos hemos dejado en el tintero) a Gershom Scholem.
ResponderEliminarLas leí hace algunos años, cuando vivía y sentí que era como alguien de la familia.
ResponderEliminarLuego he seguido muchos artículos suyos y tengo varios libros uno sobre Historia de la filosofía y otro de artículos diversos.
Cuando leo algo de su hijo Javier, parece que es como un niño cuando hace mucho que superó los 40. El hijo no tiene la sencillez y la ternura de su padre, aunque sea más reconocido como escritor.