El último pitillo lo apuré, sin mucho convencimiento, a eso de las 9 de la mañana del viernes pasado, 3 de abril. Es la tercera vez que dejo de fumar en serio, y no digo que será la vencida, porque no habré abandonado la condición de fumador hasta que no rinda el último aliento, y de verdad muera sin tabaco. Entre las necesidades reales o inventadas que llevamos a cuestas in hac lacrimarum valle, ninguna más superflua, ociosa, estúpida y hasta sucia como esta de fumar. Y qué difícil es dejarlo, madre mía. Pero cuando uno arroja la última cajetilla a la papelera, descubre que hay vida más allá del cigarrillo entre los dedos. El mundo parece más despoblado sin entreverlo detrás una cortina de humo, pero pronto se nos ensancharán el corazón y los pulmones, dejaremos atrás el efecto de las coronarias, e incluso subiremos los escalones de tres en tres, como cuando éramos chavales...
Suerte amigo Joaquín, mucha suerte.
ResponderEliminarOjalá puedas conseguirlo.
Un abrazo.
Hola, es la primera vez que entro, aunque te conozco por el blog de Juan Manuel y ahora también por el de Javier.
ResponderEliminarEs que me afecta mucho el tema. Espero que tengas éxito, de verdad. Yo estoy buscando fuerzas para volverlo a intentar.
En fin, mucho ánimo.
Gracias Olga, y Javier, por vuestros ánimos... Cuando llevas 72 horas sin fumar, te das cuenta que es perfectamente prescindible.
ResponderEliminarJoaquín, te felicito. Es una de mis pesadillas pendientes de eliminar en mi vida.
ResponderEliminarRecuerdo alguien que contundentemente me dijo :
" En definitiva fumas para sentirte igual que los que no fumamos ", y eso me sigue haciendo pensar lo necia que soy.
Pero también recuerdo la sentencia paterna: " El que es fumador, aunque deje de fumar, siempre será fumador ". Él dejó el tabaco, pero a quien le gusta fumar, no dejará de serlo incluso sin tocar un pitillo.
Un abrazo y buena Semana Santa.
Buena Semana Santa, Morgenrot.
ResponderEliminarEsto del no-tabaco lo llevo bien, aunque siempre hay ratos en que uno tiraría del cigarrillo. Y es verdad, uno nunca deja de ser fumador, aunque sea en potencia.
Hombre si eso fuera así pues yo también sería un heroinómano en potencia. Yo ahora llevo esas 72 horas sin fumar y me parece grave que digan eso de los fumadores potenciales. Yo al contrario creo que tu cuerpo aprende a odiar al tabaco y eso es sólo una excusa para las recaídas. Saludos y mucha fuerza a todos los que libran esta lucha todos los días para no morir envilecidos víctimas de un consumismo y de las mentiras de quienes quieren nuestro dinero. ¿Cómo hacerse rico? Pues no sé lo único que sé es que la sociedad hace al rico.
ResponderEliminarllegue a tus 72 horas! y creo que pese a todas las sensaciones de ausencias en esos espacios libres, pensar solo en que recuperé varios sabores y olores en este tiempo me da satisfacción. Y ni hablar del hormigueo en muchas partes del cuerpo porque la sangre comienza a fluir por lugares donde hace años no habia llegado.
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