Quien mejor ha entendido el arte de Miguel de Cervantes es otro genio de la narrativa, el novelista norteamericano Mark Twain. Las aventuras de Huckleberry Finn son también unas nuevas quijotadas, ya no en la Mancha sino en el río Mississippi. El sardónico aviso al frente de esta novela es toda una declaración de intenciones, y contiene en su aparente simpleza y rotundidad un credo estético: Persons attempting to find a motive in this narrative will be prosecuted; persons attempting to find a moral in it will be banished; persons attempting to find a plot in it will be shot. Una frase, descubro ahora, que es cita famosa, por ser las primeras líneas del Huck Finn, como el En un lugar de la Mancha... ¿Escandaliza que las novelas no deban tener más finalidad que divertir y hacer reír, sin motivo, ni moralización, ni propósito alguno?
El aficionado a las novelas de Agatha Christie, de Tolkien, de Umberto Eco... convendrá en que no busca otra cosa, leyéndolas, que distraerse y pasarlo bien. A primera vista nada más lejos del ejemplarismo cervantino (el Quijote critica las caballerías, y las novelas son ejemplares porque ofrecen ejemplos provechosos), aunque el buen lector de Cervantes intuye que lo primero en su intención artística es el deseo de divertir a sus oyentes (mejor que lectores, puesto que más nos parece que sus novelas son para oírlas leer, como chistes o relatos graciosos). Y así dice en su inmortal prólogo a las Novelas: "Sí, que no siempre se está en los templos, no siempre se ocupan los oratorios, no siempre se asiste a los negocios, por calificados que sean. Horas hay de recreación, donde el afligido espíritu descanse". Pues si la vida tiene tantas tristezas, o a lo menos es una mezcla de alegrías y tristezas (gaudium et spes, luctus et angor hominum huius temporis...), está fuera de razón no dar remedio a nuestras angustias con las sanas diversiones.
Reconozco que yo me río abiertamente cuando leo el Quijote, o las Novelas ejemplares, y siento una profunda simpatía por el escritor, al que me hubiera gustado conocer y oírle contar tantas ocurrencias graciosas como las que escribía. Capítulo aparte son los muchos enredos en las posadas y habitaciones, que él debió conocer bien, yendo por los caminos andaluces. Aquí copio uno de esos pasajes de auténtico vodevil, de la novela de "la Ilustre fregona":
Con esto, se acostaron todos; y, apenas estaba sosegada la gente, cuando sintió Lope que llamaban a la puerta de su aposento muy paso. Y, preguntando quién llamaba, fuele respondido con voz baja:
-La Argüello y la Gallega somos: ábrannos que mos morimos de frío.
-Pues en verdad -respondió Lope- que estamos en la mitad de los caniculares.
-Déjate de gracias, Lope -replicó la Gallega-: levántate y abre, que venimos hechas unas archiduquesas.
-¿Archiduquesas y a tal hora? -respondió Lope-. No creo en ellas; antes entiendo que sois brujas, o unas grandísimas bellacas: idos de ahí luego; si no, por vida de..., hago juramento que si me levanto, que con los hierros de mi pretina os tengo de poner las posaderas como unas amapolas.
Ellas, que se vieron responder tan acerbamente, y tan fuera de aquello que primero se imaginaron, temieron la furia del Asturiano; y, defraudadas sus esperanzas y borrados sus designios, se volvieron tristes y malaventuradas a sus lechos; aunque, antes de apartarse de la puerta, dijo la Argüello, poniendo los hocicos por el agujero de la llave:
-No es la miel para la boca del asno.
Y con esto, como si hubiera dicho una gran sentencia y tomado una justa venganza, se volvió, como se ha dicho, a su triste cama.
El aficionado a las novelas de Agatha Christie, de Tolkien, de Umberto Eco... convendrá en que no busca otra cosa, leyéndolas, que distraerse y pasarlo bien. A primera vista nada más lejos del ejemplarismo cervantino (el Quijote critica las caballerías, y las novelas son ejemplares porque ofrecen ejemplos provechosos), aunque el buen lector de Cervantes intuye que lo primero en su intención artística es el deseo de divertir a sus oyentes (mejor que lectores, puesto que más nos parece que sus novelas son para oírlas leer, como chistes o relatos graciosos). Y así dice en su inmortal prólogo a las Novelas: "Sí, que no siempre se está en los templos, no siempre se ocupan los oratorios, no siempre se asiste a los negocios, por calificados que sean. Horas hay de recreación, donde el afligido espíritu descanse". Pues si la vida tiene tantas tristezas, o a lo menos es una mezcla de alegrías y tristezas (gaudium et spes, luctus et angor hominum huius temporis...), está fuera de razón no dar remedio a nuestras angustias con las sanas diversiones.
Reconozco que yo me río abiertamente cuando leo el Quijote, o las Novelas ejemplares, y siento una profunda simpatía por el escritor, al que me hubiera gustado conocer y oírle contar tantas ocurrencias graciosas como las que escribía. Capítulo aparte son los muchos enredos en las posadas y habitaciones, que él debió conocer bien, yendo por los caminos andaluces. Aquí copio uno de esos pasajes de auténtico vodevil, de la novela de "la Ilustre fregona":
Con esto, se acostaron todos; y, apenas estaba sosegada la gente, cuando sintió Lope que llamaban a la puerta de su aposento muy paso. Y, preguntando quién llamaba, fuele respondido con voz baja:
-La Argüello y la Gallega somos: ábrannos que mos morimos de frío.
-Pues en verdad -respondió Lope- que estamos en la mitad de los caniculares.
-Déjate de gracias, Lope -replicó la Gallega-: levántate y abre, que venimos hechas unas archiduquesas.
-¿Archiduquesas y a tal hora? -respondió Lope-. No creo en ellas; antes entiendo que sois brujas, o unas grandísimas bellacas: idos de ahí luego; si no, por vida de..., hago juramento que si me levanto, que con los hierros de mi pretina os tengo de poner las posaderas como unas amapolas.
Ellas, que se vieron responder tan acerbamente, y tan fuera de aquello que primero se imaginaron, temieron la furia del Asturiano; y, defraudadas sus esperanzas y borrados sus designios, se volvieron tristes y malaventuradas a sus lechos; aunque, antes de apartarse de la puerta, dijo la Argüello, poniendo los hocicos por el agujero de la llave:
-No es la miel para la boca del asno.
Y con esto, como si hubiera dicho una gran sentencia y tomado una justa venganza, se volvió, como se ha dicho, a su triste cama.
Joaquìn, nunca hubiese pensado que entre Cervantes y Twain hubiese paralelismo, pero tienes toda la razón.
ResponderEliminarY coincido contigo que si algo escrito no genera algún tipo de disfrute acaba fracasando, yo también me río con las Novelas Ejemplares, pero lo mejor de ellas es que me hicieron reìr con 15 aÑos.
En fin, ya ves, Sevilla y el Missisipi conjugados, y yo pensando que era un innovador.
Un abrazo
Capitán, el paralelismo del Quijote y del Huck Finn no es sólo teórico (señalado por la crítica). Es que el Quijote se menciona en la novela de Mark Twain, que también era lector de la novela. A ver si busco más tarde la referencia precisa.
ResponderEliminarNo es la miel para la boca del asno ...
ResponderEliminarEs mejor estar callada y parecer tonta que hablar y despejar las dudas definitivamente ... esta frase De Groucho ¿ Vale ?
Wowwww Joaquín san muy elevada su entrada para mi triste neurona , pero .... me gusta la sátira digamos moderada de las novelas de este ilustre caballero sin dejar de ser exquisitamente picantes , él traspasó el escenario que todos llevamos dentro , vivió en su mundo , que pena asi estamos ... por falta de más Quijotes y falta de gallardía ...
Bueno estoy cervantina , le dejo con su permiso un beso de Dulcinea en un lugar de Mancha .
Rosna
Saludos Rosna san desde este lugar de la Andalucía...
ResponderEliminarI didn't see no di'monds, and I told Tom Sawyer so. He said there was loads of them there, anyway; and he said there was A-rabs there, too, and elephants and things. I said, why couldn't we see them, then? He said if I warn't so ignorant, but had read a book called Don Quixote, I would know without asking. He said it was all done by enchantment. He said there was hundreds of soldiers there, and elephants and treasure, and so on, but we had enemies which he called magicians; and they had turned the whole thing into an infant Sunday-school, just out of spite. I said, all right; then the thing for us to do was to go for the magicians. Tom Sawyer said I was a numskull.
ResponderEliminarAdventures of Huckleberry Finn (chapter III).
Thanks Joaquín, I'll read it again, my last time with it was a lot of time ago
ResponderEliminarBest regards
To you.
ResponderEliminarHuck Finn is especially difficult to read due to the dialects in which it is written.
I Love tu Post, Joaquín.
ResponderEliminarTienes toda la razón, amigo.
Gracias, Javier, calurosos saludos...
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