12 febrero 2013

Ex Aedibus Vaticanis, die 10 mensis februarii MMXIII

... Quapropter bene conscius ponderis huius actus plena libertate declaro me ministerio Episcopi Romae, Successoris Sancti Petri, mihi per manus Cardinalium die 19 aprilis MMV commissum renuntiare... [va].

En mi opinión ha sido un acierto la renuncia de Joseph Ratzinger. Carece de todo sentido, material y espiritual, un Papa de salud declinante, impedido de hecho para ejercer su ministerio, el ministerio petrino. Una rúbrica en un documento es un hecho físico en el tiempo y en el espacio, con una transcendencia inmaterial, en los espíritus, inmensurable. En un acto de gobierno hay cuerpo y alma. Pero cuando las fuerzas declinan, y el cuerpo se cansa, y no responde a la voluntad de una mente aún vigorosa, lo mandado es renunciar por incapacidad, porque el ministerio no se ejerce bien: se conserva la auctoritas, pero la potestas mengua. No hay que buscarle tres pies al gato a esta renuncia, porque el viejo Ratzinger, como decimos en castizo castellano, ya no está para esos trotes.

Otras opiniones: 
Manuel Fraijó: "Elogio de una renuncia" [El País]. 
Fr. Martín Gelabert O.P.: "Decisión muy meditada y muy personal" [Orden de Predicadores]. 
Todo era bueno: "Reflexiones" [TOV]. 
Tomás de la Torre: "Opinión personal" [El olivo]. 
"Nicolaus Demorandis" (Nicolas Demorand): "Cogitatio" [Libération].

Imagen vía [osservatore romano].


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