... Quapropter bene conscius
ponderis huius actus plena libertate declaro me ministerio Episcopi Romae,
Successoris Sancti Petri, mihi per manus Cardinalium die 19 aprilis MMV
commissum renuntiare... [va].
En mi opinión ha sido un acierto la renuncia de Joseph Ratzinger. Carece de todo sentido, material y espiritual, un Papa de salud declinante, impedido de hecho para ejercer su ministerio, el ministerio petrino. Una rúbrica en un documento es un hecho físico en el tiempo y en el espacio, con una transcendencia inmaterial, en los espíritus, inmensurable. En un acto de gobierno hay cuerpo y alma. Pero cuando las fuerzas declinan, y el cuerpo se cansa, y no responde a la voluntad de una mente aún vigorosa, lo mandado es renunciar por incapacidad, porque el ministerio no se ejerce bien: se conserva la auctoritas, pero la potestas mengua. No hay que buscarle tres pies al gato a esta renuncia, porque el viejo Ratzinger, como decimos en castizo castellano, ya no está para esos trotes.
Otras opiniones:
Otras opiniones:
Manuel Fraijó: "Elogio de una renuncia" [El País].
Fr. Martín Gelabert O.P.: "Decisión muy meditada y muy personal" [Orden de Predicadores].
Todo era bueno: "Reflexiones" [TOV].
Tomás de la Torre: "Opinión personal" [El olivo].
"Nicolaus Demorandis" (Nicolas Demorand): "Cogitatio" [Libération].
Imagen vía [osservatore romano].
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