13 mayo 2016

Gracianists of the world, unite!

Una vez más me he embarcado en la lectura apasionante de El Criticón, del jesuíta aragonés universal Baltasar Gracián. Comencé a leerla con dieciséis años, en una módica edición de la colección Austral, en letra chiquitísima, cuidada por otro jesuíta, Ismael Quiles. Lectura que nunca defrauda, y que tiene la sorprendente virtud de hacer aborrecer casi todas las demás. Es verdad, después de leer a Gracián, es difícil que te convenza un libro vulgar. Esta vez, me ha llamado la atención su tremendo sentido humorístico. Por ejemplo, cómo se ríe de los tratados de urbanidad en la crisi "El golfo cortesano" (I, 11). Gracián fue jesuíta, y se dedicó a enseñar, predicar, y desde luego a escribir. No fue un hombre aventurero, aunque se movió mucho. Merece la pena que se cuente su vida, su educación y cultura. Hay varias biografías, que tal vez estén quedando anticuadas, así que habría que hacer una nueva, renovada, con las últimas noticias documentales. Mi homenaje a Baltasar Gracián (fuera aparte de leerle con admiración) será aquí unas reflexiones, siguiendo el guión de "La Internacional":

¡Arriba, parias de la Tierra! ¡En pie, famélica legión!

No sólo tenemos hambre de pan, sino también de alimento espiritual. Somos indigentes de sabiduría. Baltasar Gracián es lectura de parias, que no tienen otra riqueza más que la interior, dentro del alma.

Atruena la razón en marcha: es el fin de la opresión.

El mundo, o llámalo "el capital" si quieres, te oprime. Eso se va a acabar, medita, reflexiona que tú vales más que el mundo. Acaba con él, dale un papirotazo.

Del pasado hay que hacer añicos. ¡Legión esclava en pie a vencer!

Lee y vencerás. Despierta, no seas demente, líbrate de tus esclavitudes. Aprende y entérate de quién eres, cuál es tu dignidad.

El mundo va a cambiar de base. Los nada de hoy todo han de ser.

Nada somos los parias frente a los soberbios. Lo somos todo leyendo, pensando, comprendiendo.

Agrupémonos todos, en la lucha final.

Leamos juntos El Criticón. ¡Gracianistas del mundo, uníos!

El género humano es la internacional.

La fama de Baltasar Gracián es global, traducido a las lenguas cultas (Das Kritikon, L'Homme de Cour, The Art of Worldly Wisdom, Oracolo manuale e arte di prudenza). Pero los lectores en lengua castellana tenemos derecho a considerarlo un autor hispano. ¡Leamos todo el mundo a Baltasar Gracián!

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