En el evangelio dominical, en que se leyó la parábola del fariseo y el publicano (Lc 18,9-14), me llamó la atención que el fariseo dijese en su oración que ayunaba "dos veces por semana". Me parecía una práctica caprichosa, pero me faltaba documentarme. Luego, consultando el pasaje en griego y latín, me sorprendió la alusión al sábado (gr. dís tu sabbátu, lat. bis in sabbato). Todas, todas las versiones que tengo a mano traducen (y bien) la frase invariablemente por "dos veces a la semana". Valgan como muestra la Biblia Americana (ing. I fast twice a week) [NAB], o la de Lutero (al. Jch faste zwyr ynn der wochen) [wiki]. Desde luego hubiera sido una traducción errónea "ayuno en sábado", porque el sábado es día de descanso, pero no de ayuno (ver el tratadito de Simon Philip De Vries, Ritos y símbolos judíos).
La Bibbia de la Conferenza Episcopale Italiana contiene una magnífica nota explicativa. Los fariseos piadosos del tiempo de Jesús, además del ayuno público, practicaban el ayuno privado, que podría hacerse el lunes y el jueves, es decir entre semana, nunca el día del descanso ritual o sábado. Por eso, en el griego del nuevo testamento (como en lengua hebrea), sábbaton puede significar tanto 'día del sábado', como 'semana', según el contexto. El latín de san Jerónimo heredó este sentido semítico del sábado. Puede verse, en el mismo evangelio de Lucas, el pasaje Lc 24,1 (una sabbati), pero también Lc 4,16 (die sabbati). El sabbatum es un caso manifiesto de semitismo del texto del evangelio, que se pierde irremediablemente en la traducción.
Termino con una curiosidad. Me molesté en consultar la definición de 'sábado' del diccionario de la lengua [rae]. Es un artículo enmendado en las últimas ediciones. El sábado se define como "sexto día de la semana, que es festivo para el judaísmo y otras confesiones religiosas". Lo gracioso es que díga que es el "sexto día", cuando se compadecería mejor con el relato del Génesis que dijese que es el "séptimo día". Que sea el sexto, o el séptimo, es algo convencional, aunque el diccionario cumple bien su función de registrar el uso de la lengua. La generalidad de los hablantes del español aprendimos en la escuela de pequeños a recitar los días de la semana, de lunes a domingo.
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