23 abril 2018

Notas a la parábola del buen Pastor

Este domingo he vuelto a oír leer la parábola del buen Pastor (Jn 10,11), y me ha dado que pensar, porque no siempre es el mismo el estado de ánimo, o son las mismas las cosas que uno tiene en la cabeza. La parábola escuetamente dice:

"Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y la dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas."

Dos ideas se me vinieron al pensamiento, y las fui a consultar en casa con más tranquilidad. La primera es por qué se traduce buen Pastor (en latín, muy sencillo y claro, bonus pastor). Salvo un caso que ahora diré, todas las traducciones que he visto siguen la misma línea:

Ego sum bonus pastor.
I am the good shepherd.
Ich bin der gute Hirte.
Io sono il buon pastore.
Je suis le bon pasteur.
Eu sou o bom pastor.
Jo sóc el bon pastor.
Eu sunt păstorul cel bun.
Neu naiz artzain ona...

... Y las versiones podrían dilatarse tanto como quisiéramos. Lo que puede sorprender, por inesperado, es el texto original en lengua griega, ἐγώ εἰμι ὁ ποιμὴν ὁ καλός [na], donde aparece καλός, que se traduce bonus. En el Liddell-Scott-Jones Greek-English Lexicon, καλός se define como "in a moral sense, beautiful, noble, honourable" [lsj]. No es exactamente equivalente al latín bonus, que significa 'bueno', pero también 'óptimo' [lewis]. Con todo, parece que vale la traducción de καλός como bueno. En este sentido, la Bibbia CEI ofrece una interesante nota a Jn 10,11: "il testo originale dice 'il bel pastore'. Non si tratta di bellezza fisica, ma dell'insime delle qualità ideali che portano i responsabili d una comunità fino a dare la propria vita per le pecore".

Quizá tuvo presente esta singularidad del texto griego, la versión del escriturista Juan Mateos sj (fallecido en 2003), en que se lee: Yo soy el modelo de pastor... Es una traducción interesante, que hace pensar, pero que está solitaria, y su hiperfidelidad no parece justificada por la tradición. Hay que pensar que el adjetivo 'bueno' ya tiene el significado "de valor positivo, acorde con las cualidades que cabe atribuirle por su naturaleza o destino" [dle].

Algunos ejemplos servirán para comprender este significado de 'bueno'. Cuando decimos 'este melón es bueno', no aludimos, claro, a un supuesto valor moral del melón (los melones no tienen moral), sino a que el melón nos parece que está sabroso, dulce y tierno como cabe esperar de un buen melón.

Otro ejemplo, en distinto sentido, es la locución francesa Bel-Ami (que es el título de la novela de Maupassant), no exenta de ironía. Se traduciría torpemente como 'bello amigo' (?). Su traducción natural es la de 'buen amigo' (bueno, no bello) [trujamán].

Y un último ejemplo es un verso del célebre poema Retrato de Antonio Machado: "soy, en el buen sentido de la palabra, bueno" [nalocos]. Me parece un verso muy digno de reflexión, aunque no intentaré explicarlo ahora. Pienso que va por ese sentido de la palabra 'bueno' que estamos diciendo.

Todo esto podrá parecer un juego de esgrima filológica, pero creo que así se entiende mejor la parábola del buen Pastor. Al principio dije que fueron dos cosas las que me dejaron pensativo, cuando la oí leer. Una es la traducción de buen pastor, ὁ ποιμὴν ὁ καλός. La otra se refiere al antagonista, que es el μισθωτὸς, el trabajador, el pastor a sueldo. Hay que advertir que en la parábola no se dice nunca de este sirviente que fuese malo (y por esta razón hay que entender correctamente la bondad del buen pastor).

Yo me pongo en el lugar del pastor a sueldo, el μισθωτὸς, y si viese venir a los lobos, haría también lo mismo, salir corriendo para ponerme a salvo, aunque dejase atrás a las ovejas. Cualquier otro ejemplo valdría. Si se declara un incendio en un comercio, no hay que esperar que los empleados se entretengan en salvar los muebles o los artículos de las vitrinas. Todos hemos visto secuencias grabadas en joyerías objeto de asalto a mano armada. En realidad, parece que el pastor a sueldo, que no se preocupa por las ovejas, o mejor dicho, que las ovejas no son suyas (quia mercennarius est et non pertinet ad eum de ovibus), no ha obrado mal, sino que huyendo, ha obrado justificadamente.

Según la autoridad de Santo Tomás de Aquino, en la Suma Teológica (Iª-IIae q.73 a.6), obrar por miedo no es pecado, porque no es voluntario ("causae quae diminuunt iudicium rationis, sicut ignorantia; vel quae diminuunt liberum motum voluntatis, sicut infirmitas vel violentia aut metus, aut aliquid huiusmodi, diminuunt peccatum, sicut et diminuunt voluntarium, intantum quod si actus sit omnino involuntarius, non habet rationem peccati").

Y eso dice el artículo 20 del Código Penal: "Están exentos de responsabilidad criminal... 6.º El que obre impulsado por miedo insuperable" [boe]. Y lo mismo el canon 1323 del Código de Derecho Canónico: "Nulli poenae est obnoxius qui, cum legem vel praeceptum violavit... 4° metu gravi, quamvis relative tantum, coactus egit" [cic] (no es responsable quien obra movido por miedo).

Así que hay que entender que el buen Pastor lo es, no porque el asalariado fuese malo (si huye del lobo no hace mal), sino porque el pastor es el dueño de las ovejas, y es capaz de sacrificarse por ellas (bonus pastor animam suam ponit pro ovibus). Es el modelo de pastor (como quiso traducir Juan Mateos).

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19 abril 2018

Gottfried Wilhelm Leibniz en El Jueves

Camino de la calle Feria, al rastro sevillano de El Jueves, me tropecé con el distinguido librero anticuario Abel Feu [Los Papeles del Sitio], cargado con el zurrón de buscalibros. Le hice la pregunta inocente de rigor: ¿Vas o vienes? ¿Has encontrado algo? Nada, nada. Me estuvo contando su fortuna de librero. Él ha hecho una de las ventas más caras del año 2017 en IberLibro, unas Obras completas de Gustavo Adolfo Bécquer, publicada por los amigos del poeta en 1871, por la bonita cifra de 3.000 € [iberlibro]. Yo le conté que recordaba haber visto en la librería Padilla de la calle Laraña, cuando era estudiante, la edición facsímil del Libro de los gorriones, publicada en 1984. Hoy se encuentra por 350 €, pero ni entonces y ni ahora está al alcance de mi bolsillo.

Llegando al mercado, parece que el polymath Leibniz me perseguía. Vi, por un euro, un ejemplar de los Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano (Editora Nacional, 1983), que tuve que desechar, subrayado sin misericordia. Pero a cambio, me encontré sorpresivamente con una edición antigua:

Oeuvres / de Leibniz / Nouvelle Edition, / Collationnée sur les meilleurs textes, / et précedé d'une introduction, / par M. A. Jacques, / Professeur de Philosophie / Deuxieme Série / Essais de Théodicée / Monadologie / Lettres entre Leibniz et Clarke. / Paris, / Charpentier, Libraire-Éditeur, / 29, Rue de Seine. / 1842.

Me lo ha vendido un clásico del Jueves, Luís Andújar, por 10 €, cosa que me alegra. El libro, encuadernado en media piel, está prácticamente impoluto, es una joya. Hay una buena edición reciente de la Teodicea, en castellano [Sigueme], traducida del original francés (Leibniz era políglota).

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12 abril 2018

Santiago Montoto en El Jueves

Esta mañana de jueves ha chispeado en Sevilla, y el día se prometía frío, feo y flojo (las tres efes) en el mercado o rastro sevillano de El Jueves. Algunos vendedores de libros se había ausentado, en vista del panorama (caso del ínclito Rodrigo y su hijo), pero otros han aguantado el chaparrón. Fui tempranero y antes de que nos lloviese logré encontrar una pieza que me gusta, la Nueva guía de Sevilla (Madrid, Plus Ultra, ca. 1950) de don Santiago Montoto, que un gitano tuvo el gusto de venderme por cinco pavos (todavía se encuentran ejemplares en los anticuarios a muy buen precio, sin contar alguna reedición de quiosco). De Santiago Montoto ya he hablado en otra ocasión [aquí]. 

A muchos sevillanos el apellido Montoto por fuerza les suena, porque la famosa calle de Luís Montoto (el padre de Santiago), es la que va desde el final de la calle Águilas (donde cae la Casa de Pilatos) y la plaza de San Agustín, todo derecho, hasta El Corte Inglés de Nervión. Es la calle donde están los célebres Caños de Carmona (vestigios del acueducto romano) y la Clínica Santa Isabel. Santiago Montoto también tiene una hermosa avenida en la ciudad, en la zona del puerto, donde atracan los cruceros que llegan a la dársena, enfrente del parque de María Luísa y por detrás del antiguo pabellón de Argentina en la exposición universal de 1929, hoy destinado a la Escuela Superior de Arte Dramático [Cultura]. Una avenida todo recta, ideal para rodar en bicicleta (yo lo he hecho muchas veces).

Como no sólo de libros viejos vive el hombre, es justo y necesario que también me haga eco de los libros nuevos que me han llegado. En la librería San Pablo de la calle Sierpes, por 3,14 euros, me he llevado la exhortación apostólica Gaudete et exsultate del papa Francisco, "sobre el llamado a la santidad en el mundo actual" (¡cuánto nos falta!) [vaticano]. Y el último libro suyo que me envía don Francisco Carpintero, el Diálogo sobre el derecho. Seduardus, o la difícil razón de la ley, que es una amena exposición de los temas iusfilosóficos en forma de diálogo, a la manera de Platón y de los humanistas del siglo XVI [EditorialY]. Francisco Carpintero es catedrático emérito de filosofía del derecho, y su último destino ha sido la universidad de Cádiz (campus de Jerez de la Frontera). Es un maestro en la gran tradición iusnaturalista, inspirada en Aristóteles y Santo Tomás de Aquino. Me remito a su página personal, donde explica su trayectoria y sus numerosas publicaciones [Carpintero].

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05 abril 2018

Sor Ángela de la Cruz en El Jueves

Llevaba ya un tiempo ayuno de libros antiguos del mercado de El Jueves, en nuestra calle Feria, entre la cansada racha de lluvias, que son enemigo declarado de los libros callejeros, y entre que, como dicen por aquí los clásicos, en er hueve ya no hay ná, lo que me parece falso de toda falsedad. Este jueves me ha ido muy bien, y no quiero ahorrar contarlo. Copio el título del gran libro encontrado:

Bosquejo biográfico / de la sierva de Dios / Sor Ángela de la Cruz Guerrero / fundadora y primera superiora general / de la / Compañía de Hermanas de la Cruz / de Sevilla / Muerta en olor de santidad / el día 2 de Marzo del año del Señor 1932. / Escrito por una de sus hijas / y publicado por la Casa-Matriz de Sevilla. Sevilla / Imprenta y Librería del Salvador / Rodríguez, Giménez y C.ª / 1933. El pie de imprenta es del año MCMXXXIV. Con algunas láminas, 576 pp.

Es la primera biografía de la que hoy está declarada Santa de la Iglesia Católica, publicada en plena Segunda República. Un gitano de El Jueves me lo ha vendido por 5 euros (los libreros anticuarios llegan a pedir hasta 50 euros por este libro). Cuando lo encuaderne, quedará digno y espléndido, como se merece. Hay edición moderna, de 2012 [bac].

He acompañado a esta nota la reproducción del conocido retrato de Sor Ángela, del gran pintor sevillano Alfonso Grosso (1893-1983). Yo lo conocí de niño. Estábamos comprando en la tienda de bellas artes de Padura, en la calle Cuna (casi centenaria, desaparecida en 1998). Un señor muy mayor probaba junto al mostrador algunos tubitos de oleos, cuando me susurraron: ¡Mira, ese señor es el pintor Grosso! Memoria de tiempos idos. Del retrato de Sor Ángela se encuentra un sucinto comentario del jesuíta Fernando García Gutiérrez [loyola].

La biografía de Sor Ángela no ha ido sola. Para redondear la faena, he comprado también las Direcciones contemporáneas del pensamiento jurídico, de Luís Recasens Siches (Barcelona, Labor, 1929), por 2 euros (después de rebajármelo de 3 que me pedían, porque el libro, valioso, tiene alguna cochambre y manchas de humedad), y los Cuentos ciertos e inciertos, de Naguib Mahfuz (Madrid, Instituto Hispano Árabe de Cultura, 1988, 2ª ed.), por 1 euro. Naguib Mahfuz, premio Nobel de Literatura justamente ese año 1988, es conocido como novelista, pero fue también un gran cuentista, muy prolífico. La introducción de esta edición española reproduce esta declaración de Mahfuz del año 1963: "Nuestra generación se dedicó a escribir novela; la siguiente, cuento. Y esto por diversas causas: primera, la agilidad expresiva del cuento puede ser más eficaz; segunda: la adecuación de las formas breves a las publicaciones periódicas; tercera: la rapidez de la vida actual se capta y reconoce mejor en el relato, la novela armoniza mejor con ambientes estáticos".

Información sobre Mahfuz, en [Nobelprize].

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