Este domingo he vuelto a oír leer la parábola del buen Pastor (Jn 10,11), y me ha dado que pensar, porque no siempre es el mismo el estado de ánimo, o son las mismas las cosas que uno tiene en la cabeza. La parábola escuetamente dice:
"Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da
su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el
pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona
y huye, y el lobo las arrebata y la dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las
ovejas."
Dos ideas se me vinieron al pensamiento, y las fui a consultar en casa con más tranquilidad. La primera es por qué se traduce buen Pastor (en latín, muy sencillo y claro, bonus pastor). Salvo un caso que ahora diré, todas las traducciones que he visto siguen la misma línea:
Ego sum bonus pastor.
I am the good shepherd.
I am the good shepherd.
Ich bin der gute Hirte.
Io sono il buon pastore.
Je suis le bon pasteur.
Eu sou o bom pastor.
Jo sóc el bon pastor.
Eu sunt păstorul cel bun.
Neu naiz artzain ona...
... Y las versiones podrían dilatarse tanto como quisiéramos. Lo que puede sorprender, por inesperado, es el texto original en lengua griega, ἐγώ εἰμι ὁ ποιμὴν ὁ καλός [na], donde aparece καλός, que se traduce bonus. En el Liddell-Scott-Jones Greek-English Lexicon, καλός se define como "in a moral sense, beautiful, noble, honourable" [lsj]. No es exactamente equivalente al latín bonus, que significa 'bueno', pero también 'óptimo' [lewis]. Con todo, parece que vale la traducción de καλός como bueno. En este sentido, la Bibbia CEI ofrece una interesante nota a Jn 10,11: "il testo originale dice 'il bel pastore'. Non si tratta di bellezza fisica, ma dell'insime delle qualità ideali che portano i responsabili d una comunità fino a dare la propria vita per le pecore".
Quizá tuvo presente esta singularidad del texto griego, la versión del escriturista Juan Mateos sj (fallecido en 2003), en que se lee: Yo soy el modelo de pastor... Es una traducción interesante, que hace pensar, pero que está solitaria, y su hiperfidelidad no parece justificada por la tradición. Hay que pensar que el adjetivo 'bueno' ya tiene el significado "de valor positivo, acorde con las cualidades que cabe atribuirle por su naturaleza o destino" [dle].
Algunos ejemplos servirán para comprender este significado de 'bueno'. Cuando decimos 'este melón es bueno', no aludimos, claro, a un supuesto valor moral del melón (los melones no tienen moral), sino a que el melón nos parece que está sabroso, dulce y tierno como cabe esperar de un buen melón.
Otro ejemplo, en distinto sentido, es la locución francesa Bel-Ami (que es el título de la novela de Maupassant), no exenta de ironía. Se traduciría torpemente como 'bello amigo' (?). Su traducción natural es la de 'buen amigo' (bueno, no bello) [trujamán].
Y un último ejemplo es un verso del célebre poema Retrato de Antonio Machado: "soy, en el buen sentido de la palabra, bueno" [nalocos]. Me parece un verso muy digno de reflexión, aunque no intentaré explicarlo ahora. Pienso que va por ese sentido de la palabra 'bueno' que estamos diciendo.
Todo esto podrá parecer un juego de esgrima filológica, pero creo que así se entiende mejor la parábola del buen Pastor. Al principio dije que fueron dos cosas las que me dejaron pensativo, cuando la oí leer. Una es la traducción de buen pastor, ὁ ποιμὴν ὁ καλός. La otra se refiere al antagonista, que es el μισθωτὸς, el trabajador, el pastor a sueldo. Hay que advertir que en la parábola no se dice nunca de este sirviente que fuese malo (y por esta razón hay que entender correctamente la bondad del buen pastor).
Yo me pongo en el lugar del pastor a sueldo, el μισθωτὸς, y si viese venir a los lobos, haría también lo mismo, salir corriendo para ponerme a salvo, aunque dejase atrás a las ovejas. Cualquier otro ejemplo valdría. Si se declara un incendio en un comercio, no hay que esperar que los empleados se entretengan en salvar los muebles o los artículos de las vitrinas. Todos hemos visto secuencias grabadas en joyerías objeto de asalto a mano armada. En realidad, parece que el pastor a sueldo, que no se preocupa por las ovejas, o mejor dicho, que las ovejas no son suyas (quia mercennarius est et non
pertinet ad eum de ovibus), no ha obrado mal, sino que huyendo, ha obrado justificadamente.
Según la autoridad de Santo Tomás de Aquino, en la Suma Teológica (Iª-IIae q.73 a.6), obrar por miedo no es pecado, porque no es voluntario ("causae quae diminuunt iudicium rationis, sicut ignorantia; vel quae
diminuunt liberum motum voluntatis, sicut infirmitas vel violentia aut
metus, aut aliquid huiusmodi, diminuunt peccatum, sicut et diminuunt
voluntarium, intantum quod si actus sit omnino involuntarius, non habet
rationem peccati").
Y eso dice el artículo 20 del Código Penal: "Están exentos de responsabilidad criminal... 6.º El que obre impulsado por miedo insuperable" [boe]. Y lo mismo el canon 1323 del Código de Derecho Canónico: "Nulli poenae est obnoxius qui, cum legem vel praeceptum violavit... 4° metu gravi, quamvis relative tantum, coactus egit" [cic] (no es responsable quien obra movido por miedo).
Así que hay que entender que el buen Pastor lo es, no porque el asalariado fuese malo (si huye del lobo no hace mal), sino porque el pastor es el dueño de las ovejas, y es capaz de sacrificarse por ellas (bonus pastor animam suam ponit pro ovibus). Es el modelo de pastor (como quiso traducir Juan Mateos).
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