¡Oh, Señor Jesucristo! ¡Por qué tardas, qué esperas
para tender tu mano de luz sobre las fieras
y hacer brillar al sol tus divinas banderas!
Surge de pronto y vierte la esencia de la vida
sobre tanta alma loca, triste o empedernida,
que amante de tinieblas tu dulce aurora olvida.
Ven, Señor, para hacer la gloria de Ti mismo;
ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,
ven a traer amor y paz sobre el abismo.
Y tu caballo blanco, que miró el visionario,
pase. Y suene el divino clarín extraordinario.
Mi corazón será brasa de tu incensario.
Hiperión acaba de publicar una antología de Poemas filosóficos de Rubén Darío. ¡A releer y disfrutar los versos del poeta moderno más grande de nuestra lengua!
para tender tu mano de luz sobre las fieras
y hacer brillar al sol tus divinas banderas!
Surge de pronto y vierte la esencia de la vida
sobre tanta alma loca, triste o empedernida,
que amante de tinieblas tu dulce aurora olvida.
Ven, Señor, para hacer la gloria de Ti mismo;
ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,
ven a traer amor y paz sobre el abismo.
Y tu caballo blanco, que miró el visionario,
pase. Y suene el divino clarín extraordinario.
Mi corazón será brasa de tu incensario.
Hiperión acaba de publicar una antología de Poemas filosóficos de Rubén Darío. ¡A releer y disfrutar los versos del poeta moderno más grande de nuestra lengua!
Este canto de esperanza es precioso... Pero nuestro corazón tiene que estar lo suficientemente receptivo para darnos cuenta de que entre nosotros,entre los que nos rodean, y en cada momento, podemos sentir Su Presencia. Besos Joaquín y gracias por tu bienvenida.
ResponderEliminarUn acierto de Hiperión, sin duda. Muchas personas tienden a creer que el mundo empezó al nacer ellos, con lo cual desconocen de dónde viene todo lo que saben... Besos, querido amigo y buen fin de semana.
ResponderEliminarGracias por la noticia, y por el poema.
ResponderEliminarGracias, amigos. Y he escogido este poema (en realidad, un fragmento, las últimas estrofas) porque estoy convencido de que nuestro mundo, y en particular España, necesita de la esperanza. Me gusta Rubén Darío porque era muy sincero en su fe y en sus creencias. Sufría con el sufrimiento ajeno. Os invito a leer este poema, "Canto de esperanza", completo, donde se hace eco (poético) de la guerra ruso-japonesa, nada menos, que debía de sentirse muy lejana desde España, en un tiempo que no había TV ni internet.
ResponderEliminarJoaquín: El canto de la esperanza es un magnífico poema, porque en lugar de ser un recurso poético de exaltación, algo artificial, se trata de un clamor personal, de una deliberada expresión de la angustia en pos de la esperanza.
ResponderEliminarA mi, me trajo a la mente cuando lo leí por vez primera y ha vuelto a suceder ahora, al "Cant Espiritual" de Maragall, del cual Unamuno hizo una espléndida traducción al castellano. Son contemporáneos los dos poemas, año más año menos, y muestran exactamente dos angustias diferentes, pero cercanas al tiempo.
En ambos, la necesidad de esperanza anida como un desesperado no encontrarse en el tiempo ni en el lugar.
Sugieron también, debes conocerlo sin duda, la lectura de los dos artículos de Maragall posteriores a la Semana Trágica de Barcelona. "La Ciudad del Perdón" y "La ciudad quemada" contienen exactamente esa necesidad de esperanza, ese clamor, que Maragall dirige a los hombres de su tiempo desde su profunda convicción cristiana.
Gracias por traer a Rubén Darío a este blog tuyo.
Gracias Luís. Joan Maragall también es otro gran tipo (no sé si se acuerdan de él los catalanes de hoy). Yo no conocía esos artículos que citas, motivados por la 'Semana Trágica'. He leído el que he encontrado en la red, "La ciutat del perdó" (en que pide clemencia por el anarquista Ferrer i Guàrdia, fusilado en el Montjuich en 1909). Puede encontrarse aquí:
ResponderEliminarhttp://www.xtec.es/~jrovira6/restau21/maragall.htm
Yo creo que si se acuedan, lo que pasa Joaquín es que los catalanes somos muchos y de muy diversa índole.
ResponderEliminarEn ese artículo, Maragall pide clemencia, no solo por Ferrer i Guardia, que fué un chivo expiatorio (se puede decir que quien siembra..., pero tuvo poco que ver a la luz de los acontecimientos) sino que lo que hace es pedir entendimiento tras unos hechos que rechaza. El perdón es fundamental para la instalación de una sociedad cristiana, y el cristianismo de la época era fariseíco.
me han gustado mucho tus escritos, este canto desesperado por la esperanza me llego... un saludo desde bogota, colombia
ResponderEliminarhttp://lasombradelmar.blogspot.com
Lo que se aprende por estos lares;)
ResponderEliminarSaludos, Joaquín.
Hola joaquín, te encuentro últimamente muy remiso a postear... Besos.
ResponderEliminarCierto, Isabel, tengo la cabeza en otro sitio, o "a la luna de Valencia" (¿se dice así?). Saludos.
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