30 abril 2008
26 abril 2008
Una tarde en el West End
Viendo cine en el Odeon... La versión de Oliver Twist de Polanski (2005) no superó a la antigua de David Lean (1948). Además a esa historia le pega el blanco y negro...
24 abril 2008
José Saramago y la muerte
Esta mañana, leyendo la edición electrónica de El País, me entero de que José Saramago ha convalecido de una grave enfermedad, que lo había llevado al borde de la muerte. Demuestra poseer una gran fortaleza y vitalidad, a la altura de sus 85 años.
Lo que piensan los viejos de la muerte, que los jóvenes apenas concebimos, siempre es interesante. Es como un anuncio de lo que nos ha de venir. Y lo que pueda contar Saramago aún más, pues no es creyente. Sus palabras en una entrevista con Juan Cruz apenas necesitan comentarios. Tan sólo quisiéramos entrever en alguna de sus insinuaciones lo que quizá no se haya atrevido a decir... ¿por pudor? ... y es el destino que nos aguarda "al otro lado", cuando todo acabe:
"… en mis horas de soledad, que en el fondo eran casi todas... admití como algo bastante natural que no saliera de aquello. O, peor, que saliera para irme al otro lado... Ahora bien, lo que para mí ha sido sorprendente ha sido la serenidad, la tranquilidad con que acepté sin miedo y sin angustias la hipótesis de no sobrevivir a la enfermedad. Y esa serenidad y esa tranquilidad no es que me haya reconciliado con la idea de la muerte, porque uno no ha de reconciliarse con la idea de la muerte, pero me ha ayudado a contemplar ese hecho como algo natural. Y además, ineluctable, no podía hacer nada contra ella. Puedes armarte de la fuerza que encuentras en ti para no ceder al pánico, al miedo, a la angustia de un posible final, y que además lo estés viviendo... Todo eso lo he vivido, pero como estoy bien ahora, no lo recuerdo como una situación que he pasado sino como una pesadilla. Y lo único que tenía que hacer era despertar de esa pesadilla. Me desperté… Yo me sentí en un estado de casi anestesia total. Es decir, lo vivía no con indiferencia, en absoluto, al contrario, pero podría incluso decirte que lo he vivido sin emociones. No recuerdo haber cedido al peso de cualquier sentimiento, de miedo, o de pena. No. Yo me examinaba a mí mismo con una frialdad casi científica…"
Lo que piensan los viejos de la muerte, que los jóvenes apenas concebimos, siempre es interesante. Es como un anuncio de lo que nos ha de venir. Y lo que pueda contar Saramago aún más, pues no es creyente. Sus palabras en una entrevista con Juan Cruz apenas necesitan comentarios. Tan sólo quisiéramos entrever en alguna de sus insinuaciones lo que quizá no se haya atrevido a decir... ¿por pudor? ... y es el destino que nos aguarda "al otro lado", cuando todo acabe:
"… en mis horas de soledad, que en el fondo eran casi todas... admití como algo bastante natural que no saliera de aquello. O, peor, que saliera para irme al otro lado... Ahora bien, lo que para mí ha sido sorprendente ha sido la serenidad, la tranquilidad con que acepté sin miedo y sin angustias la hipótesis de no sobrevivir a la enfermedad. Y esa serenidad y esa tranquilidad no es que me haya reconciliado con la idea de la muerte, porque uno no ha de reconciliarse con la idea de la muerte, pero me ha ayudado a contemplar ese hecho como algo natural. Y además, ineluctable, no podía hacer nada contra ella. Puedes armarte de la fuerza que encuentras en ti para no ceder al pánico, al miedo, a la angustia de un posible final, y que además lo estés viviendo... Todo eso lo he vivido, pero como estoy bien ahora, no lo recuerdo como una situación que he pasado sino como una pesadilla. Y lo único que tenía que hacer era despertar de esa pesadilla. Me desperté… Yo me sentí en un estado de casi anestesia total. Es decir, lo vivía no con indiferencia, en absoluto, al contrario, pero podría incluso decirte que lo he vivido sin emociones. No recuerdo haber cedido al peso de cualquier sentimiento, de miedo, o de pena. No. Yo me examinaba a mí mismo con una frialdad casi científica…"
19 abril 2008
Qué piensa Don Cógito del infierno
"El más bajo círculo del infierno. Contra la opinión generalizada no lo habitan ni déspotas, ni matricidas, ni quienes rondan tras el cuerpo ajeno. Es el asilo de los artistas, lleno de espejos, instrumentos y retratos. A primera vista, la más confortable sección del infierno, sin alquitrán, fuego o torturas físicas.
"Todo el año se celebran aquí concursos, festivales y conciertos. No hay temporada alta. El lleno es permanente y prácticamente absoluto. Cada trimestre surgen nuevos rumbos y, según parece, nada está en disposición de detener el triunfal avance de la vanguardia.
"Belcebú ama el arte. Jáctase de que sus coros, sus poetas y sus pintores ya casi sobrepujan a los celestes. Quien tiene el mejor arte, tiene el mejor gobierno -por supuesto. Pronto podrán medirse en el Festival de los Dos Mundos. Y entonces ya veremos qué queda de Dante, Fra Angélico o Bach.
"Belcebú apoya el arte. Asegura a sus artistas paz, buena pitanza y estricto aislamiento de la vida infernal".
Zbigniew Herbert, Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas. Traducción de Xaverio Ballester (Madrid, Hiperión, 1993, 2008).
14 abril 2008
Mi nuevo blog: "Parvulario Tomista"
Os comunico que he creado un nuevo blog, al que he bautizado con el título de Parvulario Tomista (pinchad en el vínculo para entrar).
Habréis visto que en el Majao ya nos ocupamos en otra ocasión, de pasada, sin método, y de buenas a primeras, con algunos asuntos tomistas. Ahora el empeño es más serio: leer públicamente la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, por el orden querido por el Doctor Angélico. Quizá de lo primero que haya que discutir es ¿por qué leer a Tomás, hoy? La respuesta para mí es evidente: su filosofía es el axis del entero pensamiento de occidente. Aquí y allá se pretenderá haber "superado" a Santo Tomás, pero lo cierto es que sus ideas tienen la solidez de la verdad perenne.
En nuestra segunda navegación por las aguas del Blogger nos sentiremos más libres de la presión de las audiencias, y no estaremos tan pendientes, mirando de reojo, de si nos visitan y comentan. En cualquier caso seréis todos bienvenidos. En cuanto al Majao, seguirá como siempre a su aire, o eso espero.
Habréis visto que en el Majao ya nos ocupamos en otra ocasión, de pasada, sin método, y de buenas a primeras, con algunos asuntos tomistas. Ahora el empeño es más serio: leer públicamente la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, por el orden querido por el Doctor Angélico. Quizá de lo primero que haya que discutir es ¿por qué leer a Tomás, hoy? La respuesta para mí es evidente: su filosofía es el axis del entero pensamiento de occidente. Aquí y allá se pretenderá haber "superado" a Santo Tomás, pero lo cierto es que sus ideas tienen la solidez de la verdad perenne.
En nuestra segunda navegación por las aguas del Blogger nos sentiremos más libres de la presión de las audiencias, y no estaremos tan pendientes, mirando de reojo, de si nos visitan y comentan. En cualquier caso seréis todos bienvenidos. En cuanto al Majao, seguirá como siempre a su aire, o eso espero.
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