18 octubre 2009

Hypatia

"En este tiempo ocupaba un tal Teófilo el obispado de Alejandría. Habíase dado a los cristianos de esta ciudad un antiguo templo de Osiris, para que sobre sus ruinas edificaran una iglesia, y al cavar para echar los cimientos del nuevo edificio, se encontraron casualmente algunos símbolos obscenos del culto primitivo, los que Teófilo, con más celo que pudor, expuso en el mercado como objetos de pública mofa. Menos sufridos los paganos en esta ocasión que los cristianos cuando las farsas teatrales sobre el debate de la Trinidad, se alzaron en tumulto y estalló una asonada. Establecieron su cuartel general en el Serapeo, y tales fueron los desórdenes y la carnicería, que el Emperador se vio obligado a intervenir; envió un edicto a Alejandría ordenando a Teófilo que destruyera el Serápeo, y la gran biblioteca reunida por los Ptolemeos y que se había salvado del incendio de Julio César, fue dispersada por este fanático.

"Al obispado de Teófilo ascendió a su debido tiempo su sobrino San Cirilo, que se había captado el aprecio de las congregaciones alejandrinas, como predicador elegante y aplaudido, y a él se debió en gran parte la introducción del culto de la Virgen María. Su influencia sobre este pueblo inconstante estaba empero turbada por Hipatia, hija de Teon el matemático, que no sólo se distinguía en la exposición de las doctrinas de Platón y Aristóteles, sino también por sus comentarios sobre los escritos de Apolonio y otros geómetras. Diariamente se estacionaba ante su academia una larga fila de carros, y la sala de las conferencias apenas podía contener las personas más ricas y elegantes de Alejandría, que iban a escuchar sus disertaciones sobre asuntos que en todo tiempo ha inquirido el hombre y que jamás han sido explicados: ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué puedo saber?

"¡Hipatia y Cirilo! La filosofía y el fanatismo no podían existir juntos, y reconociéndolo Cirilo obró según esta idea. Cuando Hipatia se encaminaba a su academia, fue asaltada por las turbas de Cirilo, en las que iban varios monjes, desnudada en la calle, arrastrada a una iglesia y allí asesinada por la maza de Pedro el Lector; el cuerpo fue destrozado, la carne raída de los huesos con conchas, y los restos arrojados al fuego. Nunca tuvo Cirilo que dar cuenta de este horroroso crimen; parece, pues, que se aceptaba que el fin santifica los medios.

"Así acabó la filosofía griega en Alejandría y pereció la ciencia que tanto se esforzaron en promover los Ptolemeos; la biblioteca Hija, la del Serápeo, fue dispersada, y la suerte de Hipatia sirvió de aviso a los que intentaran cultivar los conocimientos profanos; no hubo por tanto libertad para el pensamiento del hombre; todo el mundo debía pensar como la autoridad eclesiástica ordenase en el año del Señor 414, y en la misma Atenas aguardaba su sentencia la filosofía; Justiniano al fin prohibió su enseñanza e hizo cerrar todas las escuelas de la ciudad."

John William Draper, Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia (1873). Traducción de Augusto T. Arcimís Werle (1876) [
Proyecto filosofía en español].

9 comentarios:

  1. Qué buena cita, y cuántos ejemplos similares, en muchos sentidos.

    Un abrazo

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  2. Aquellos sí que eran tiempos revueltos, Capitán.

    El texto (más de un siglo) puede ser considerado como parcial (defiende una tesis, que la religión ha sido enemiga de la ciencia, a lo largo de la historia).

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  3. Confirmo, buena cita, la película una memez...

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  4. La película, ni la he visto, ni tengo mayor interés (recomiendo Katyn, de André Wajda).

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  5. Quién es Hipatia. La mayor parte de gente, a partir de ahora, va a decir que es la protagonista de Agora. No hemos dado ningún paso adelante.
    1. En la película se cuenta que Hipatia fue asesinada siendo una joven hermosa. Claro había que poner a Rachel Weisz, de 38 años; pero no fue así. Murió cuando contaba 61 de edad; para entonces anciana, corría el año 415.
    2. La fama de Hipatia no se debe a la astronomía, por más que se empeñe la película de Amenábar. En la película para más vergüenza se atribuyen a Hipatia investigaciones que se adelantan a Kepler algo más de un millar de años. Más bien la fama de Hipatia le vino por su filosofía, divina filósofa platónica, en palabras del cristiano Sinesio de Cirene única fuente coetánea que se conserva sobre ella, a la que llama en sus cartas «madre, hermana, maestra, benefactora mía».
    3. Al obispo Sinesio de Cirene se le considera en la película un traidor a la filósofa, y lo convierte en cómplice del asesinato de Hipatía. Lástica, porque el tal obispo murió dos años antes que Hipatia, y, una vez muerto, poco podía asesinar.
    4. Castidad y virginidad no es lo mismo que feminismo. Hipatia fue virgen hasta el final de su vida, que sepamos y no es de extrañar; decidió vivir la castidad como una manifestación de coherencia con su filosofía, ya que ejercía la Sofrosine, es decir el dominio de uno mismo a través de las virtudes entendidas como el control de los instintos y las pasiones. Pues la señorita o señora Rachel Weisz, la protagonista dice que Hipatia lo hizo «para ser igual que un hombre y poder ejercer una profesión con plena dedicación». Para mostrar la ignorancia hace falta saber un poco más. Quizá por lo mismo fueron vírgenes Santa Inés, Santa Anastasia, Santa Bárbara, Santa Lucía o Santa Águeda para no cansar con la letanía. Hace falta ser miopes para medir toda la historia de la humanidad por el mismo rasero.
    5. En la película se le quiere presentar como directora de la Biblioteca de Alejandría. Claro, y para ir contra Hipatia los ¿talibanes cristianos? quemaron la Biblioteca. Pues tendrían que aprender que esa Biblioteca fue muchas veces quemada. Una por Julio César, el que escribió De bello civili y De bello gallico. Todavía no había cristianos. En el año 273 fue saqueada por Aureliano, que de cristiano nada tenía. Diocleciano, el gran y mayor perseguidor de los cristianos, remató la faena contra la Biblioteca en el 293. Los cristianos todavía estaban en las catacumbas.
    En tiempos de Trajano los judíos destruyeron el templo de Sarpeo y en el año 391 fue los cristianos acabaron de derruirlo para derribar la columna de Diocleciano, símbolo de la persecución cristiana. Pero lo que quedaba de la Biblioteca quedó en pie.
    El paganismo siguió existiendo en Alejandría hasta que llegaron los árabes; el califa de Bagdad dijo: Si en la Biblioteca se dicen cosas que no están en el Corán, son falsas: hay que quemarla. Si todo lo que contiene la Bibliotea está en el Corán, no hace falta: hay que quemarla. Y la quemó.
    Pero a ver quién se atreve a decir esto si no lo digo yo, que me da lo mismo ser políticamente incorrecto.
    6. La película parece que se inclina por hacer desaparecer el platonismo con la muerte de Hipatia, sin percatarse de su florecimiento posterior gracias a los cristianos, uno de cuyos más elevados exponentes es San Agustín, contemporáneo de Hipatia. ¿Pero habrá leído Amenábar a san Agustín?
    ¿No podrían haberse ilustrado un poco más? Pues esto no es tan difícil. Hay más cosas en la película que no solo no cuadran con la realidad es que no tienen relación ni con la ficción.
    No merecen ni que les ignore.

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  6. Buena entrada Joaquín...y buenos comentarios...

    ...y por cierto, si Benjamín se vuelve a pasar por aquí me gustaría pedirle -por favor- que me "prestará" su agudo comentario. No hay enlace a lo que comenta y me gustaría ponerlo en mi blog. Pido su permiso...

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  7. Gracias, Joaquín, Don Cogito. No puedo hablar por Benjamín.

    Un abrazo.

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  8. La película es bellísima, solo por los temas que trata y por la manera en la que trata a LA MUJER.
    La cita estupenda y parcial, afortunadamente. No se puede ser imparcial con LOS FANATISMOS RELIGIOSOS

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  9. Al Sr. Anónimo precisaría que el texto de Draper es parcial, y falaz, porque su tesis es que la religión se opone a la ciencia. Eso es falso.

    No hay que confundir religión, necesaria, con fanatismo (religioso, político, ideológico, cultural...). La religión no es fanática, sino que, en sí misma, procura la felicidad del hombre. El fanatismo procede por contaminación ideológica.

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