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Yendo y viniendo de una pregunta a otra de la Suma, me he encontrado esta tarde con un texto tan sugerente, que no me resisto a copiarlo (en latín y castellano) y compartirlo con los amigos y amigas que se asomen a este blog. Creo que el Aquinate ilustra mejor que nadie el método léxico que defiendo. Se encuentra en la primera parte, quaestio 79, articulus 10 ("utrum intelligentia sit alia potentia ab intellectu"):
Hoc nomen intelligentia proprie significat ipsum actum intellectus qui est intelligere. In quibusdam tamen libris de Arabico translatis, substantiae separatae quas nos Angelos dicimus, intelligentiae vocantur; forte propter hoc, quod huiusmodi substantiae semper actu intelligunt. In libris tamen de Graeco translatis, dicuntur intellectus seu mentes. Sic ergo intelligentia ab intellectu non distinguitur sicut potentia a potentia; sed sicut actus a potentia.
"La palabra inteligencia propiamente significa el acto del entendimiento consistente en entender. No obstante, en algunos libros traducidos del árabe, se llama inteligencias a las sustancias separadas que nosotros llamamos ángeles. Tal vez esto es así porque dichas sustancias siempre entienden en acto. En algunas traducciones del griego, son llamados Entendimientos o Mentes. Por lo tanto, la inteligencia no se distingue del entendimiento como una potencia de otra, sino como el acto se distingue de la potencia." [S. Th. 1, q.79, a.10].
Por curiosidad, obsérvese que la traducción castellana (que ofrece un blogger argentino) pierde la familiaridad léxica de intelligentia, intellectus, intelligere, cuando interpone los términos 'entendimiento' y 'entender', donde iría tal vez mejor 'intelecto' e 'inteligir'.
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Esto empieza a ser digno de publicarse en una revista especializada.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, mi Capitán, aunque yo lo veo más sencillo.
ResponderEliminarUn abrazo