30 abril 2015

Un soneto a Roma

¡Oh grande, oh poderosa, oh sacrosanta,
alma ciudad de Roma! A ti me inclino,
devoto, humilde y nuevo peregrino,
a quien admira ver belleza tanta.
 

Tu vista, que a tu fama se adelanta,
al ingenio suspende, aunque divino,
de aquél que a verte y adorarte vino
con tierno afecto y con desnuda planta.
 

La tierra de tu suelo, que contemplo
con la sangre de mártires mezclada,
es la reliquia universal del suelo.


No hay parte en ti que no sirva de ejemplo
de santidad, así como trazada
de la ciudad de Dios al gran modelo.


MIGUEL DE CERVANTES

De Los trabajos de Persiles y Sigismunda, IV, 3.


En la edición de las Poesías de M. de C., de Adriana Lewis de Galanes (Zaragoza, ed. Ebro, 1972). Sobre Miguel de Cervantes, la ingente bibliografía se ha aumentado este año con una biografía excepcional, muy sobria y ceñida a los documentos, la del profesor de la universidad de Gerona, Jorge García López: Cervantes. La figura en el tapiz [el periódico].

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario