Hasta ahora, en esta serie de crónicas del mercado sevillano de El Jueves, he relatado los libros que he comprado. Estaría gracioso que cuente también algunas oportunidades que he dejado pasar, por tardón, como cuando el mirón que está a tu lado, agarra al vuelo el libro que te hubiera gustado llevarte... Pienso que a estos mercados hay que ir con un espíritu relajado, libre de toda ansia de comprador. Si ves algo, bien, y si no, paciencia. Pero eso no quita que todavía me esté tirando de los pelos por un hallazgo, de esos que no vuelven en lo menos diez o quince años, o nunca. Una mañana de jueves, tuve un instante entre mis manos, sobándola y ojeándola, una edición argentina de El ser y la esencia, el libro principal de Étienne Gilson del año 1948 [vrin]. Fui tan tonto que no me lo llevé, porque tenía eso que dicen una falta... Quien fuese su propietario, se había dedicado a recortar con un cutter, en la hoja de portada, lo que podría haber sido una de esas feas firmas de los que no respetan a los libros. Una falta bastante para que yo le tome ojeriza a cualquier libro, pero con este hubiera debido hacer una excepción. No hay ninguna edición española reciente. El ser y los filósofos [eunsa], que sí se encuentra fácil en librerías, es la traducción de Being and Some Philosophers [pims], que parece más de la pata la llana, menos exigente. Pudiera ser que algún editor español se acuerde de reeditar El ser y la esencia, y si no, el que quiera que lea la edición francesa de la Librairie Philosophique J. Vrin, de la place de la Sorbonne, que siempre es mejor leer el original que no la copia. Étienne Gilson es un modelo de filosofo de nuestros días. Maestro que enseña la tradición, que enseña a leer, a estudiar y a pensar. Elegante en el decir y en el escribir (aunque yo lo he leído, pero no oído). Sus libros, cualquiera de ellos, merecen la pena.
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