Prosigo con esta lectura saltuaria de la Summa Theologiae, y viendo que nuestro coloquio nos ha llevado por caminos azarosos a la virtud de la esperanza, he arribado a unas sagaces observaciones morales de Santo Tomás en la prima secundae (artículos 5 y 6 de la pregunta 40). El objeto de la esperanza, nos dice, es lograr un bien futuro dificultoso mas posible [bonum futurum arduum possibile adipisci].
¿Esperan igual jóvenes y mayores? Dice Aristóteles, en su tratado sobre la Retórica (1390a), que los viejos, por experiencia, difícilmente esperan [senes sunt difficilis spei, propter experientiam], en tanto que los jóvenes, por el motivo contrario, por inexperiencia de las dificultades y limitaciones, tienen buena esperanza [sunt bonae spei]. Enseña Santo Tomás que la experiencia conduce a la esperanza de dos maneras: una, porque hace al hombre diestro en hacer las cosas con facilidad [per experientiam homo acquirit facultatem aliquid de facili faciendi]; y de otra, porque le convence de que sea posible lo que antes le parecía imposible [fit homini existimatio quod aliquid sit sibi possibile]. Y así dice que es causa de la esperanza la ciencia [doctrina] o la creencia [persuasio]. Aunque acaba reconociendo Tomás que la experiencia, e converso, conduce de la misma manera a perder la esperanza. Completaremos en unos días estas observaciones, con la esperanza propia de los jóvenes.
¿Esperan igual jóvenes y mayores? Dice Aristóteles, en su tratado sobre la Retórica (1390a), que los viejos, por experiencia, difícilmente esperan [senes sunt difficilis spei, propter experientiam], en tanto que los jóvenes, por el motivo contrario, por inexperiencia de las dificultades y limitaciones, tienen buena esperanza [sunt bonae spei]. Enseña Santo Tomás que la experiencia conduce a la esperanza de dos maneras: una, porque hace al hombre diestro en hacer las cosas con facilidad [per experientiam homo acquirit facultatem aliquid de facili faciendi]; y de otra, porque le convence de que sea posible lo que antes le parecía imposible [fit homini existimatio quod aliquid sit sibi possibile]. Y así dice que es causa de la esperanza la ciencia [doctrina] o la creencia [persuasio]. Aunque acaba reconociendo Tomás que la experiencia, e converso, conduce de la misma manera a perder la esperanza. Completaremos en unos días estas observaciones, con la esperanza propia de los jóvenes.
San Tommasso es más optimista, "positivo" que Aristóteles; porque el Aquinate es cristiano, claro.
ResponderEliminarExplica que aneja a la Esperanza, en su "órbita", está la Fortaleza con sus dos movimientos:
- acometer
y
- resistir
Cada uno de estos movimientos implica ciencia/prudencia para su oportuna actuación; pero parece que el resistir-soportar sea más propio de los adultos-senex, y el acometer-arremeter más de los jóvenes-juniores.
En ambos movimientos-acciones, la Esperanza rige el acto, puesto que se resiste o se acomete porque se confía alcanzar ese bien arduo y dificil.
Spes: Gran virtud
+T.
Péguy decía que lo difícil no era la fe, que creer era sencillo y fácil, que lo verdaderamente difícil era la esperanza.
ResponderEliminar