26 enero 2008

Jesús [Karl Jaspers]

"El sufrimiento forma parte de la esencia de Jesús; el sufrimiento extremo, total, infinito, que se consuma en la muerte. La pasión de Jesús es la pasión judía. Las palabras pronunciadas por Jesús en la cruz: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?", que son las iniciales del salmo XXII, expresan con este salmo el colmo del sufrimiento. No son resignación ante el sufrimiento, sino grito de angustia, mas también, en medio del sufrimiento, fe incondicional en Dios, en lo que es antes y después del mundo..."

"... El sufrimiento del hombre ha llegado entonces al extremo. Y el extremo, sólo él, da lugar al vuelco: cabe clamar a Dios, señalar lo insoportable que es su silencio; luego, la invocación: Tú eres el Santo; y finalmente, ya que no el pueblo, al menos los antepasados: ellos depositaron su fe en Él, y finalmente la confianza serena en el inviolable fondo último..."

"Jesús es culminación de esa capacidad para el sufrimiento. Es preciso ver la esencia judía a través de las centurias para percibir la esencia de Jesús. Pero Jesús no sufrió pasivamente. Actuó, acarreándose con ello sufrimiento y muerte. Su pasión es fracaso auténtico, no accidental. Expone su incondicionalidad al mundo que sólo admite condicionalidad y a la mundanidad de la Iglesia (representada entonces por la teocracia judía, que dio la pauta para las Iglesias posteriores). Su realidad consiste en arriesgarlo todo en el cumplimiento de la misión divina: decir la verdad y ser veraz. He aquí la valentía de los profetas judíos; no a través del brillo de grandes realizaciones, ni de la gloria de una muerte valiente para la posteridad, sino únicamente ante Dios. En la cruz se contempla la realidad fundamental de lo Eterno en el plano temporal. Es esta figura preformada, la cruz, tiene lugar el cercioramiento de lo esencial en el fracaso de todo lo que es el mundo."

"La vivencia judia del sufrimiento es un momento de la religión bíblica del Antiguo Testamento, y ésta es el núcleo de la religión cristiana, la judía y la islámica en la diversidad de su ropaje histórico, de sus deformaciones y desviaciones, de modo que ninguna puede proclamarse dueña de la verdadera religión bíblica, que a todas sustenta... El denominador común es la idea de Dios y la Cruz en cuanto Jesús es el último exponente de la idea judía del sufriente siervo de Dios".

Karl Jaspers, Die grossen Philosophen (1956)

4 comentarios:

  1. Muy interesante el escrito teológico de Jaspers.
    Resulta curioso que un psiquiatra, y filósofo como Jaspers, que no es cristiano, admire la figura de Jesús y le dedique razonamientos para situarlo ante él mismo y ante los que en sus teorías crean.

    Como católica, mis criterios difieren de los del autor, pero no por éllo dejan de resultarme sumamente inteligentes.
    La no resignación ante el sufrimiento- no estoy conforme con este concepto-, es el cumplimiento de la voluntad de Dios.
    Dice que su pasión es fracaso auténtico, cuando es la salvación.

    Es hermoso cuando dice que expone su incondicionalidad a un mundo que sólo admite la condicionalidad. Es que Cristo cambió todos los esquemas.

    Termina tomando la figura de Cristo como un profeta más. Es la idea a la que llega el autor.

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  2. Así es, Morgenrot. Con este texto pretendia completar nuestro diálogo de la entrada anterior sobre la posible incompatibilidad del pensamiento de Jaspers con el cristianismo. Este texto presenta, sin embargo, lo valioso de la figura de Jesucristo para toda la humanidad, y el sentido de su sacrificio como ilustración de lo "incondicionado".

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  3. En verdad el texto de Jaspers es muy bueno intelectualmente y entrañable de leer.

    Me resultan muy buenas estas entradas sobre nuestro Jarpers. Diferentes , profundas e intelectualmmente sin desperdicio.

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  4. Sigo:

    Quizás sea la incondicionalidad de Jesús frente a la condicionalidad del mundo lo que más me ha llenado del texto.

    Es una verdad tan certera...

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