En la revista electrónica Tendencias 21, Javier Monserrat SJ (profesor de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, y de la Pontificia de Comillas) ha publicado un interesante artículo ("La visión es una puerta al enigma del psiquismo "). Se trata de un extracto de las reflexiones del profesor Monserrat sobre el origen del psiquismo humano.
El artículo repite en realidad una intuición antigua, que el matemático inglés William Kingdon Clifford formuló sosteniendo que el constituyente último de la realidad es mental: el universo consiste por entero en una cosa mental ("the universe consists entirely of mind stuff"). La contribución del profesor Monserrat ahora (en la línea de otras reflexiones, como la de Francis Crick), es fundar el análisis de la visión, y a una escala más global, de todos los fenómenos de percepción y conciencia, en la comprensión del mundo material que nos suscita la mecánica cuántica.
Según el profesor Monserrat, la "cuestión crucial" de la ciencia de la visión (y por extensión, añadimos nosotros, del estudio científico de la conciencia) es explicar las causas evolutivas reales del psiquismo.
Razona así: "Puesto que el psiquismo ha emergido dentro de la evolución cósmica y el cosmos evolucionó durante miles de millones de años sin que existieran ni “sensación” ni seres vivos, el supuesto científico inicial es que la sensación surgió desde el mundo físico dentro de una continuidad evolutiva. La suposición derivada es inevitable: la ontología germinal de la materia que ha producido evolutivamente el universo debe de tener aquellas propiedades que hagan explicable que, dadas ciertas formas de organización, emergiera lo que llamamos “sensación” en los seres vivos".
Estas afirmaciones nos conducen a revisar la doctrina del panpsiquismo. El panpsiquismo no es más que una conjetura, destinada por principio a nunca ser confirmada o refutada. Sin embargo, se sustenta en indicios y observaciones, que nos impelen a adherirnos a esta visión del universo. El panpsiquismo ("todo es psique") afirma que todo lo que hay en el universo, sea orgánico o inorgánico, tiene algún grado de conciencia. En sentido amplio, como lo define Skrbina, esta doctrina sostiene que todas las cosas tienen mente, o una cualidad mental.
Estas definiciones pueden provocar extrañeza, perplejidad o asombro. ¿Acaso es posible que una piedra, un árbol, un electrón, o un gato, "piensen"? Pregunta impertinente, porque con decir que la materia tiene cualidades mentales, no se afirma sin más que una piedra o un leño tenga sensaciones y pensamientos como los nuestros. No hay que desconocer que muchas mentes brillantes, en la historia intelectual de la humanidad, se han tomado muy en serio la conjetura panpsiquista, que si bien no puede validarse, tiene todas las papeletas de ofrecer una explicación suficiente y omnicomprensiva de la pasta de la que está hecho el universo.
Una implicación muy interesante de la doctrina panpsiquista, es la que se refiere al alma inmortal. El panpsiquismo no es una doctrina forzosamente materialista, y puede cohonestarse con la perspectiva sobrenatural del fundamento último de la realidad (Dios, creador de la materia y de la mente del universo, y tal vez del constituyente único y último, y desconocido, del cosmos).
Por eso la indagación y prueba de nuestra inmortalidad no debiera ya sustentarse sobre el análisis de la psique (como razonó Sócrates horas antes de ingerir la cicuta), porque los resultados de la investigación científica nos hacen ver que también los fenómenos psíquicos (nuestra autopercepción de la realidad y de nuestra vida interior) son estrictamente naturales, aunque nos parezcan radicalmente extraños a los fenómenos materiales. La contemplación de la enigmática existencia de las partículas subatómicas, que son observables de soslayo, pero apenas tienen otra entidad que la matemática, nos hace ver que el mundo no es tan consistente y corpóreo como en principio nos parece.
[La imagen que ilustra el post es la cubierta del libro de Skrbina, D. (2005): Panpsychism in the West, Cambridge, MA: MIT Press. Lo acepto como regalo de Reyes Magos, haciendo pareja con el de Javier Monserrat: La Percepción Visual. La arquitectura del psiquismo desde el enfoque de la percepción visual (Madrid, Biblioteca Nueva, 2008)].
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Según el profesor Monserrat, la "cuestión crucial" de la ciencia de la visión (y por extensión, añadimos nosotros, del estudio científico de la conciencia) es explicar las causas evolutivas reales del psiquismo.
Razona así: "Puesto que el psiquismo ha emergido dentro de la evolución cósmica y el cosmos evolucionó durante miles de millones de años sin que existieran ni “sensación” ni seres vivos, el supuesto científico inicial es que la sensación surgió desde el mundo físico dentro de una continuidad evolutiva. La suposición derivada es inevitable: la ontología germinal de la materia que ha producido evolutivamente el universo debe de tener aquellas propiedades que hagan explicable que, dadas ciertas formas de organización, emergiera lo que llamamos “sensación” en los seres vivos".
Estas afirmaciones nos conducen a revisar la doctrina del panpsiquismo. El panpsiquismo no es más que una conjetura, destinada por principio a nunca ser confirmada o refutada. Sin embargo, se sustenta en indicios y observaciones, que nos impelen a adherirnos a esta visión del universo. El panpsiquismo ("todo es psique") afirma que todo lo que hay en el universo, sea orgánico o inorgánico, tiene algún grado de conciencia. En sentido amplio, como lo define Skrbina, esta doctrina sostiene que todas las cosas tienen mente, o una cualidad mental.
Estas definiciones pueden provocar extrañeza, perplejidad o asombro. ¿Acaso es posible que una piedra, un árbol, un electrón, o un gato, "piensen"? Pregunta impertinente, porque con decir que la materia tiene cualidades mentales, no se afirma sin más que una piedra o un leño tenga sensaciones y pensamientos como los nuestros. No hay que desconocer que muchas mentes brillantes, en la historia intelectual de la humanidad, se han tomado muy en serio la conjetura panpsiquista, que si bien no puede validarse, tiene todas las papeletas de ofrecer una explicación suficiente y omnicomprensiva de la pasta de la que está hecho el universo.
Una implicación muy interesante de la doctrina panpsiquista, es la que se refiere al alma inmortal. El panpsiquismo no es una doctrina forzosamente materialista, y puede cohonestarse con la perspectiva sobrenatural del fundamento último de la realidad (Dios, creador de la materia y de la mente del universo, y tal vez del constituyente único y último, y desconocido, del cosmos).
Por eso la indagación y prueba de nuestra inmortalidad no debiera ya sustentarse sobre el análisis de la psique (como razonó Sócrates horas antes de ingerir la cicuta), porque los resultados de la investigación científica nos hacen ver que también los fenómenos psíquicos (nuestra autopercepción de la realidad y de nuestra vida interior) son estrictamente naturales, aunque nos parezcan radicalmente extraños a los fenómenos materiales. La contemplación de la enigmática existencia de las partículas subatómicas, que son observables de soslayo, pero apenas tienen otra entidad que la matemática, nos hace ver que el mundo no es tan consistente y corpóreo como en principio nos parece.
[La imagen que ilustra el post es la cubierta del libro de Skrbina, D. (2005): Panpsychism in the West, Cambridge, MA: MIT Press. Lo acepto como regalo de Reyes Magos, haciendo pareja con el de Javier Monserrat: La Percepción Visual. La arquitectura del psiquismo desde el enfoque de la percepción visual (Madrid, Biblioteca Nueva, 2008)].
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Al final, tantas veces, volvemos a la secuencia intuitiva de los Presocráticos-Platón-Neoplatónicos, siempre tan sugerente.
ResponderEliminarY como el autor es jesuíta, Teilhard de Ch. está aunque no esté.
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Desde luego. La verdad debe ser tan elemental, que la humanidad la ha debido descubrir de una vez, y hoy tan sólo hacemos refinamientos técnicos y matemáticos. Pero no hemos avanzado ni un paso más allá de las intuiciones de los atomistas, pitagóricos y platónicos.
ResponderEliminarEs gratificante saber que el "platonismo" es una corriente intelectual pujante, entre científicos y matemáticos (p.ej. Roger Penrose).
El caso del profesor Javier Monserrat es muy interesante. Es un jesuíta "de frontera". He querido subrayar su condición sacerdotal, para que se comprenda que no estamos hablando de discursos dementes o disparatados.
He leído con sumo interés tu post y el artículo de J.Monserrat.
ResponderEliminarEntran en un tema que me planteo de forma recurrente : el determinismo frente al " freedom to choose ".
La relación causa-efecto y los constantes avances genéticos actuales, abren más puertas al reduccionismo, y , por ende, al determinismo. Todo parece ya escrito ; el ser humano como individuo está predeterminado por su constitución genética. Hace poco parece que han descubierto que la avaricia viene por un gen. ¿ Hasta qué punto los genes propician o determinan ?.
La libertad humana o indeterminismo chocan frente al "hombre robot" del reduccionismo.
El principio de incertidumbre de Heirenberg, y toda la física cuántica, abre las puertas a la causación no local, a la existencia de ámbitos de indeterminación que hacen impredictibles los eventos, pero existen perfiles sin respuesta.
Miles de dudas tengo al respecto, pero no soy única. Sólo sé que creo que tanto en la causa-efecto como en la causación no local, está la mano de Dios.
Un tema muy sugerente, Joaquín.
No obstante, con los regalos que te has adjudicado para Reyes, ten cuidado no vayas a terminar haciendo experimentos para averiguar los posibles quarks en un microondas...
Afectuosos saludos de una ignorante científica.
Morgenrot, has dado en el clavo de una de las implicaciones de la continuidad de todos los fenómenos físicos. Nuestra libertad es una amplificación, también, de propiedades del universo fundamental.
ResponderEliminarEs un tema muy discutido, qué es la libertad, y si somos realmente "libres". Me gustaría tener alas, y poder volar. Pero estoy constreñido por mi anatomía. ¿Dejo por eso de ser libre, estar "determinado" por mi naturaleza?
Pero a "escala macroscópica" (la nuestra, la de todos los días). La libertad es bien tangible. A cada paso tomamos decisiones, "nos saltamos" deberes o prohibiciones, o decidimos "hacer el bien".
No creo que el pampsiquismo pueda ser tomado realmente en serio, por mucho que haya sido barajado a lo largo de la historia de la filosofía, pues si nos paramos a pensar un momento, sólo atribuimos estados mentales más o menos complejos a otros seres en la medida en que estos muestran ciertos comportamientos inteligentes. De ahí que consideremos por lo general que los seres humanos, los animales e incluso las plantas tienen estados mentales, pero resulta intrínsecamente absurdo atribuir estados mentales a seres inanimados como una piedra, que no tienen comportamientos propios.
ResponderEliminarPero si algunas veces se ha admitido el pampsiquismo, ha sido sólo como consecuencia de alguna teoría filosófica o metafísica aceptada, pero esta misma consecuencia ya nos tendría que hacer dudar de aquella teoría filosófíca.
Estoy de acuerdo en que el panpsiquismo es una inferencia, y por tanto una conjetura, como subrayo en el post. Pero es una posición coherente, y como tal conjetura, irrebatible.
ResponderEliminarLlamo la atención también que cuando se dice de una piedra tiene "conciencia" (o protoconciencia), se dice de modo análogo, es decir, tal como conjeturalmente puede tener conciencia una piedra, a su nivel ontológico. No se está diciendo que una piedra "piense".
Añado, amigo/a anónimo/a, que tal vez no debiéramos confundir "conciencia", "pensamiento" y "estado mental". La conciencia (o protoconciencia) que atribuímos a las entidades "inánimadas" no implica, subrayo, estado mental o procesos mentales (propios de seres con sistema nervioso).
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