Del corazón en las honduras guardo
tu alma robusta. Cuando yo me muera,
guarda, dorada Salamanca mía,
tú mi recuerdo.
Y cuando el sol al acostarse encienda
el oro secular que te recama,
con tu lenguaje de lo eterno heraldo,
dí tú que he sido.
Lápida en la casa de Unamuno, donde murió, de la calle Bordadores [ver Salamanca]. Sobre la estatua de medio cuerpo del Colegio de Anaya, en Hispaniarum.
Lápida en la casa de Unamuno, donde murió, de la calle Bordadores [ver Salamanca]. Sobre la estatua de medio cuerpo del Colegio de Anaya, en Hispaniarum.
Salamanca es una de las ciudades que conquistan, y pr múltiples razones, sin duda.
ResponderEliminarAsí es, Capitán. Unamuno no era salmantino, sino de Bilbao. Pero como si de Salamanca, donde murió.
ResponderEliminar¡Cuántos recuerdos!
ResponderEliminarTu Salamanca, recamada de oro, ya vemos. La que es.
ResponderEliminar.
Los treinta y uno de diciembre a la una del mediodía si mal no recuerdo y frente a esa casa tiene lugar un emotivo homenaje a Unamuno
ResponderEliminar31 de diciembre, aniversario del paso de Unamuno.
ResponderEliminarSaludos salmantinos, Emilio.
Estrofas sáficas para el recuerdo de un genio. Y su Salamanca dorada para guardarlo, como él quería.
ResponderEliminar"Di tú que he sido"