11 noviembre 2006

De que nada se sabe

La luna ignora que es tranquila y clara
y ni siquiera sabe que es la luna;
la arena, que es la arena. No habrá una
cosa que sepa que su forma es rara.
Las piezas de marfil son tan ajenas
al abstracto ajedrez como la mano
que las rige. Quizá el destino humano
de breves dichas y de largas penas
es instrumento de Otro. Lo ignoramos;
darle nombre de Dios no nos ayuda.
Vanos también son el temor, la duda
y la trunca plegaria que iniciamos.
¿Qué arco habrá arrojado esta saeta
que soy? ¿Qué cumbre puede ser la meta?

JORGE LUÍS BORGES

El Borges más auténtico: el escéptico, que no cesa de interrogarse sobre el Otro.

8 comentarios:

  1. Contundente, tierno y razonable. ¿Te ha emocionado leerlo, verdad?; claro, qué cosas se me ocurren: por eso los has publicado en este espacio. Y me has emocionado a mi.

    Un abrazo.

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  2. ¡Qué gran poeta, Borges! Además parece que esta faceta borgiana ha ido creciendo sin parar en la consideración de los críticos.

    Por cierto, Sevilla resultó ser magnífica cuando dejó de llover y me atreví a mirar hacia arriba sin miedo a resbalar y caer en el cenagal de cualquier obra.

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  3. J.L. Borges da que pensar, aunque su escepticismo formal no ofrezca ningún pensamiento aprovechable, tan sólo disquisiones literarias. Aunque sus continuados interrogantes pudiesen cifrar a un pudoroso creyente en "el Otro". La poesía de Borges es su pensamiento llevado a la máxima concisión y fuerza expresiva; es además la poesía de un ciego, que se concentra máximamente en la idea y la palabra, y renuncia a otras galas poéticas.

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  4. Cuántas dudas... un poema que da mucho que pensar... la metáfora del ajedrez me ha gustado especialmente. Un saludo!

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  5. Borges tiene un excelente soneto ajedrecístico, que hace muchos años, cuando yo mismo practicaba el juego, me aprendí de memoria... Es curioso que emplee esa imagen (los mismos jugadores se lo piensan: dudan, antes de mover una pieza...). Aunque pienso que el escepticismo es insostenible en el medio plazo. Dudar como estilo de vida tampoco me parece honesto; hay que vivir con algunas verdades en el equipaje.

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  6. La interrogación de Borges no parece que se refiera a el Otro, sino a Otro a secas, como bien se advierte en el poema. Ese Otro es lo que nos envuelve, quizá el universo, si tenemos en cuenta la admiración de Borges por Spinoza. El escepticismo de Borges, que él a veces llama agnosticismo, más su reconocimiento de que la teología lo atrae como cualquier otra mitología, nos deja pensar que el "de nada se sabe" es para él "de nada se sabrá".
    Por otra parte, y veo que ya has publicado uno de los sonetos, Borges tiene dos poemas dedicados al ajedrez, que en las ediciones de las Obras completas aparecen consecutivamente. Allí también, de paso, hay una ironía escéptica con respecto a la existencia de Dios, con el "¿qué Dios detrás de Dios la trama empieza?".

    He aquí uno de los sonetos dedicados a Spinoza:

    Las traslúcidas manos del judío
    labran en la penumbra los cristales
    y la tarde que muere es miedo y frío.
    (Las tardes a las tardes son iguales.)

    Las manos y el espacio de jacinto
    que palidece en el confín del Ghetto
    casi no existen para el hombre quieto
    que está soñando un claro laberinto.

    No lo turba la fama, ese reflejo
    de sueños en el sueño de otro espejo,
    ni el temeroso amor de las doncellas.

    Libre de la metáfora y del mito
    labra un arduo cristal: el infinito
    mapa de Aquel que es todas Sus estrellas.


    Saludos.

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  7. Opinión muy bien razonada, y muy autorizada, viniendo de un joven bloguero argentino. Gracias, Fernando. Acá en España admiramos a J.L. Borges.

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  8. Gracias, Joaquín. Para mí Borges ha sido una referencia ineludible para mi formación como escritor y también como lector.
    Con respecto al escepticismo, estoy con Diderot en la opinión de que es "el primer paso hacia la verdad". La mayoría de los escépticos que se orgullecen de llamarse así (por ejemplo, los de la red) no son escépticos radicales o sistemáticos (como se supone que eran Pirrón o Sexto Empírico) sino escépticos moderados (como debería entenderse la palabra escéptico desde su etimología: "el que duda, investiga"). Así me considero yo, puesto que mi posición es que se debe dudar cuando existe una razón para dudar.

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