10 julio 2008

León Felipe: Escuela

Retomamos la reflexión animalista después de esta última pausa poética. Pero no abandonamos la poesía. Si no lo he dicho antes, León Felipe es uno de mis poeta preferidos. Así lo estimo por la autenticidad descarnada de sus versos, como son los de su poema de ancianidad "Escuela", donde hace un repaso impresionista de su vida. El poema es extenso, y hay que leerlo entero. Selecciono un pasaje interesante para el tema que estábamos discutiendo:

ESCUELA (fragmento)

... He dormido muchas noches, años, en el África Central,
allá, en el golfo de Guinea, en la desembocadura del Muni,
acordando el latido de mi sangre
con el golpe seco, monótono y tenaz
del tambor prehistórico africano
de tribus indomables...
He visto a un negro desnudo
recibir cien azotes con correas de plomo
por haber robado un viejo sombrero de copa
en la factoría del Holandés.
Vi parir a una mujer
y vi parir a una gata...
y parió mejor la gata;
vi morir a un asno
y vi morir a un capitán...
y el asno murió mejor que el capitán.
Y ese niño, ¿por qué ha llorado toda la noche ese niño?
No es un niño, es un mono -me dijeron.
Y todos se rieron de mí.
Y fui a comprobarlo
y era un mono pequeño en efecto,
pero lloraba igual que un niño,
más desgarrada y dolorosamente que todos los niños
que ya había oído llorar en el mundo.
El Sargento me explicó:
-Anoche en el bosque matamos al padre y a la madre,
y nos trajimos al monito.
¡¡Cómo lloraba el monito!!


[Del libro "¡Oh, este viejo y roto violín!" (1965)].

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