03 junio 2010

Byblos Sur Mer


Un baño de espíritu fenicio.

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2 comentarios:

  1. La de veces que he vuelto para ver ese mar y su horizonte. He tratado de atisbar Cyprus, pero no me llega el ojo, porque no parece que haya bruma.

    Verás, yo de los fenicios sé muy poco, sólo que eran comerciantes y todo su interés era el trapicheo. Seguro que estoy equivocado y muy mal informado. Por eso el baño de (con) espíritu fenicio sólo me recuerda al baño en nuestro levante, que también ha dado un buen negocio y una costa parcelada y enladrillada.

    Tanto ha sido ese espíritu que ha llegado a contagiar las eras y huertos de estas tierras mías de los adentros patrios, que también están desaparecidas bajo torres y piscinas de verano con moreno de sol y cierzo de agosto tempranero.

    Y me quedo mirando ese horizonte infinito que tanto atrajo a aquellos primeros navegantes e intrépidos comerciantes.

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  2. La orilla oriental del Mediterráneo tiene el gran atractivo que se abre al oeste, al poniente. El espíritu fenicio es, para mí, la del navegante emprendedor.

    Aunque en el Diccionario de la RAE también tiene una acepción peyorativa, que es la que apuntas, Miguel Ángel:

    fenicio, cia. (Del lat. Phoenicĭus). 3. adj. despect. Que tiene habilidad para comerciar o negociar y sacar el máximo beneficio.

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