14 julio 2015

El autor de la novela de la española inglesa

"El autor de la novela de la española inglesa" no es una esas discusiones típicas de los filósofos analíticos ingleses sobre individuos [wiki]. Existió en España, entre los siglos XVI y XVII, un individuo que escribió la novela de La española inglesa, y un individuo que se llamó Miguel de Cervantes. Leemos en los libros que este Cervantes escribió esa novela. Pero la identidad de ambos términos (Cervantes, y el autor de la novela) no nos parecerá tan evidente, si no asumimos la realidad vital de ese hombre del que nos hablan los documentos y los libros, y que ofreció de sí un autorretrato literario en el prólogo de las Novelas ejemplares. Todo esto parece un puro bizantinismo. Aunque hay ocasiones en que parece necesario repetir fatigosamente lo evidente, lo que todos sabemos y damos por seguro. Ya me he referido hace unas semanas al caso de un catedrático de la UNED, don Francisco Calero, que sostiene la peregrina teoría de que Cervantes no fue el "verdadero autor" del Quijote [aquí], en un libro de título tremebundo: El verdadero autor de los "Quijotes" de Cervantes y de Avellaneda [BAC]. A día de hoy, salvo que me den un premio, no he leído y ni tan siquiera he tocado con las manos ese libro. Ahí dice el profesor Calero que "Cervantes, aun gozando de la dignidad que tiene todo hombre, no pudo ser el padre del Quijote, porque no se lo permitió ni su formación ni el desarrollo de su vida". Sostiene que el verdadero autor del Quijote (y de paso, el del apócrifo de Avellaneda, por viva fuerza, por razones evidentes) fue el humanista valenciano Juan Luís Vives (1492-1540). Sin entretenerme en describir el método de Calero (comparar de modo impresionista unos y otros textos, hallando coincidencias más o menos próximas o remotas, que igual valdría para demostrar que Cicerón fue el verdadero autor de la Guerra de las Galias), hay que decir que sus esfuerzos son por completos estériles. Para ser honrados con el profesor Calero, debe aceptarse que en la plaza académica cualquier tesis sea bienvenida, por muy desopilante que nos parezca, incluso la de que Cervantes no escribió el Quijote, en el bien entendido de que el proponente debe hacer honor a los estudiosos que le precedieron, discutiendo en buena lid toda evidencia disponible de cualquier signo. En el caso de Cervantes, la autoría del Quijote no es un dogma de fe, sino que se apoya en un triple testimonio. El primero, el del propio autor, que confiesa ser él y no otro quien lo compuso (¿por qué Vives habría de confesar ser Cervantes?). El segundo, el más solido, el de la tradición, que comienza (como en el de Jesús el Cristo) desde los mismos días de Miguel (es el caso nada sospechoso de su enemigo, o rival de las tablas, Lope de Vega). Y el tercero, las centurias de estudios cervantinos, que apoyándose en estos testimonios antiguos, han validado con muchísimos documentos, no sólo que existió en aquella época un individuo que se llamó Miguel de Cervantes, sino que ese mismo individuo escribió el Quijote. Tal vez sea una conclusión que a alguno no le guste (¿pero por qué?), entre ellos el profesor Calero. Pero si ha de impugnarse la tesis generalmente aceptada (Cervantes, autor del Quijote), la carga de la contraprueba recae en el impugnador, que deberá tumbar ese triple testimonio, que se sostiene además en la admirable coherencia discursiva del autor de las obras de Miguel de Cervantes, desde los poemas primerizos y la Galatea, hasta el Persiles. Si el profesor Calero no hace esto, todo su esfuerzo será baldío, irrelevante. No pretendo repetir cosas sabidas de todos, sino que, como botón de muestra, quiero referirme a una de esas bellas novelas, la de La española inglesa, de la que se ha comenzado a rodar una serie de televisión, o tv movie, a la que ya me apunto para el año que viene, si Dios es servido [RTVE]. Entre los actores y actrices, dos de los grandes españoles, Lola Herrera, que interpreta a la reina Isabel, y Miguel Rellán, que hará del propio Miguel de Cervantes. Me parecen fabulosos para esos papeles, y Rellán hará una encarnación de Cervantes imperecedera (se parece a él, aunque no tengamos ninguna pintura o dibujo del original). Pero sobre todo he querido aprovechar esta ocasión para señalar un dato utilísimo, muy relevante, y es que la novela de La española inglesa se refiere a hechos contemporáneos del momento en que se escribió. Los editores (como es el profesor Javier Blasco) calculan que debió redactarse en torno a 1602, aún en vida de la reina Isabel de Inglaterra, tomando como referencia la incursión de Francis Drake a Cádiz en 1587, que se menciona ya en la primera línea de la novela, cuya acción se sitúa explícitamente quince años después (la edad de la protagonista, la "española inglesa"). Es una novelita tan actual en sus días como si ahora alguien quisiese escribir una historia con Obama en la Casa Blanca. Sólo pudo escribirla Miguel de Cervantes, y no ningún otro individuo de su tiempo.

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