"También los primitivos cristianos sabían que el mundo está regido por demonios y que el que se dedica a la política, o sea, al poder y a la violencia como medios, pacta con el diablo, de modo que ya no es cierto que por su actividad el bien produzca el bien y el mal produzca el mal, sino que a menudo ocurre lo opuesto. El que no comprende esto es un niño, políticamente hablando."
De Max Weber, "La política como profesión" (1919).
Lema de El pez en el agua. Memorias (1993), de Maria Vargas Llosa. ¿Una lectura estival? Ya veremos.
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