O Aufrichtigkeit! du Asträa, die du von der Erde zum Himmel entflohen bist...
¡Oh sinceridad! ¡Oh tú, Astrea!, que has volado de la tierra al cielo, ¿cómo traerte (a ti que eres la base de la conciencia moral, y por lo tanto de toda interna Religión) de nuevo a nosotros? Puedo conceder ciertamente, aunque mucho hay que deplorarlo, que la franqueza (decir toda la verdad que uno sabe) no se encuentra en la naturaleza humana. Pero la sinceridad (que todo lo que se dice sea dicho con veracidad) ha de poder exigirse de todo hombre, e incluso si no hubiese ninguna disposición a ello en nuestra naturaleza, disposición cuyo cultivo es sólo desatendido, la raza humana habría de ser a sus propios ojos un objeto del más profundo desprecio.⸺ Pero aquella propiedad del ánimo pedida es una propiedad que está expuesta a muchas tentaciones y cuesta sacrificios, por lo cual exige también fortaleza moral, esto es: virtud (que ha de adquirirse), y que sin embargo ha de ser guardada y cultivada antes que toda otra, porque la propensión opuesta, si se la ha dejado echar raíces, es sumamente difícil de extirpar.⸻
IMMANUEL KANT ⸻ Die Religion innerhalb der Grenzen der bloßen Vernunft. Akademieausgabe von Immanuel Kants Gesammelten Werken, VI [AA].
(Traducción española de Felipe Martínez Marzoa).
Imagen: The Immanuel Kant Museum / Kaliningrad Cathedral [Sobor].
No hay comentarios:
Publicar un comentario