Hemos hablado aquí un buen trecho de la Biblia (nunquam satis) y a manera de colofón traemos la que yo considero más bella, desde un punto de vista lingüístico y literario: la Biblia del Peregrino, traducida por Luís Alonso Schökel y colaboradores. Ninguna presentación mejor que la del propio traductor, en sus palabras concisas:
Aquí está la Biblia del Peregrino como amigo fiel y compañero de viaje. Vamos a decir algo del texto y la traducción, de los paralelos y comentarios. Había precedido la Nueva Biblia Española, publicada en un volumen en 1975, varias veces reimpresa, adaptada a usos lingüísticos de Latinoamérica. Algunos de sus textos habían pasado a la liturgia cuando finalmente se abrió el santuario a la lengua castellana. Se había leído, rezado y citado (...) El Antiguo Testamento de NBE había sido reconocido como auténtica aportación literaria (...) Porque en una traducción, especialmente de textos literarios, yo opino que lo más importante es la traducción (frente a los que piensan que lo más importante son las notas). Al traducir intentamos rehacer la comunicación integral del original. Es decir, no sólo del contenido intelectual y doctrinal, sino también la emoción, el impacto, la sugerencia... Al traducir textos literarios, no los vertemos genéricamente a la lengua receptora, sino específicamente al nivel de lenguaje y al género literario particular: cantos de amor, refranes, elegía, retórica, relato... Grandes porciones de esa versión han sido ensayados en recitación oral (o mental). Ritmo y sonoridad son también factor de comunicación.
Luís Alonso Schökel
Aquí está la Biblia del Peregrino como amigo fiel y compañero de viaje. Vamos a decir algo del texto y la traducción, de los paralelos y comentarios. Había precedido la Nueva Biblia Española, publicada en un volumen en 1975, varias veces reimpresa, adaptada a usos lingüísticos de Latinoamérica. Algunos de sus textos habían pasado a la liturgia cuando finalmente se abrió el santuario a la lengua castellana. Se había leído, rezado y citado (...) El Antiguo Testamento de NBE había sido reconocido como auténtica aportación literaria (...) Porque en una traducción, especialmente de textos literarios, yo opino que lo más importante es la traducción (frente a los que piensan que lo más importante son las notas). Al traducir intentamos rehacer la comunicación integral del original. Es decir, no sólo del contenido intelectual y doctrinal, sino también la emoción, el impacto, la sugerencia... Al traducir textos literarios, no los vertemos genéricamente a la lengua receptora, sino específicamente al nivel de lenguaje y al género literario particular: cantos de amor, refranes, elegía, retórica, relato... Grandes porciones de esa versión han sido ensayados en recitación oral (o mental). Ritmo y sonoridad son también factor de comunicación.
Luís Alonso Schökel
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¿va con segundas?
ResponderEliminarMás claro, el agua. Y al pan, pan, y al vino, vino.
ResponderEliminarPues me temo que interpreto mal; prefiero pensar eso.
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