La crisis nos empuja a apretarnos el cinturón y a hacer economías. ¿Privarse de nuevos libros? ¡No, por Dios! Alguien me dice: "no compres tantos, y lee los que tienes". ¿Y la afición por las novedades? Pues, ni tanto ni tan calvo. Los libros son necesarios, porque no sólo de pan vive el hombre. Y no son tan caros como para que no podamos guardar alguna perra para emplearla en darnos un capricho tan inocente. La crisis es una oportunidad para darse a rebuscar libros baratos, en las librerías de viejo, o en los bargain bookstores, o entre las colecciones de bolsillo, por seis peniques, como en tiempos de penuria [majao]. El libro del "cura Javierre", a base de entrevistas de Antonio Lorca, publicado póstumo, cuesta 25 pelotes, aunque me hacen descuento del 5% en la librería San Pablo de la calle Sierpes. ¡Buen libro! Ahora no se puede comprar libros por impulso o al tuntún. Hay que remirar, y dejar pasar 24-48 horas para meditar la compra. El bibliófilo en tiempo de vacas flacas hace un estudio intuitivo del coste y beneficio de cada adquisición. ¿Cuesta 25 euros? ¿Y los vale? El cura Javierre tuvo una vida muy polémica, muy movida e interesante. Este libro sí que merece la pena.
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