25 mayo 2010

Tras los pasos del perseguidor


"El Señor me dijo: «Levántate y ve a Damasco donde se te dirá lo que debes hacer». Pero como yo no podía ver, a causa del resplandor de esa luz, los que acompañaban me llevaron de la mano hasta Damasco. Un hombre llamado Ananías, fiel cumplidor de la Ley, que gozaba de gran prestigio entre los judíos del lugar, vino a verme y, acercándose a mí, me dijo: «Hermano Saulo, recobra la vista». Y en ese mismo instante, pude verlo." (Hch 22, 10-13).

3 comentarios:

  1. ¿No me digas que fue ahí donde Saulo fue descabalgado?

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  2. ¡Ostras, tú! No sabes la de gente que me ha calentado la cabeza diciéndome que eso fue imposible. La verdad es que en ningún lugar del NT dice que ocurriera así, cayéndose del caballo. Pero alguna tradición ha llegado hasta nosotros y afirma que ocurrió.
    No sabes la alegría que me das aseverando que está localizado el lugar donde parece que sucedió.

    Yo no he vuelto a montar en mula desde la infancia. Pero algo parecido a un descabalgamiento sí me ha sucedido. Más bien consistió en una zancadilla, pero no veas tú qué consecuencias…

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