05 noviembre 2006

Stephen Hawking on God

El cosmólogo inglés Stephen_Hawking incluye en su famoso libro divulgativo Breve historia del tiempo algunas reflexiones teológicas, que han dado pie a una renovada discusión sobre el último sustento del mundo. Even if there is only one possible unified theory, it is just a set of rules and equations. What is it that breathes fire into the equations and makes a universe for them to describe? "Aun cuando sólo hubiese una única posible teoría de unificación, sólo sería un conjunto de teoremas y ecuaciones. ¿Qué insufla fuego a las ecuaciones para crear un universo que puedan describirlo?"

Los científicos ateos dicen que las creencias religiosas son irracionales. Yo contestaría que la ciencia, sin religión fundante, es aún más irracional, porque deposita su fe en las leyes de la naturaleza, que son inexplicables desde sí mismas. Ese pensamiento de Hawking (él mismo, sin embargo, increyente) apunta a que las leyes de la materia deban encontrar un fundamento superior (al que llamamos Dios).

22 comentarios:

  1. No me atrevo a decir nada... pasaba a saludarte, querido joaquín, te echo de menos. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  2. La respuesta a la primera pregunta es muy sencilla. Las "teoremas y las ecuaciones" no necesitan ser insufladas por ningún fuego, porque establecen identidades sintéticas, completamente inmanentes a su campo categorial. Por ejemplo, la operación de suma 2 + 2 genera otro término (4) que también pertenece a la serie de números naturales. Carece completamente de sentido suponer que esta operación de suma de números enteros precisa una especie de "super-número" o de "fuego-número".

    En cuanto a la segunda objeción, que es una continación de la primera. Si las "leyes naturales" necesitaran apoyarse en lo sobrenatural, sencillamente no serían "naturales". Afirmar que la ciencia debe "fundarse" en la religión es algo bien extraño. Además, ¿en qué religión? ¿En qué sentido la ley natural de la gravitación necesita un Dios soplando místicamente el movimiento en elipses de los planetas alrededor del sol? En ninguno.

    La especulación de Hawking carece de fundamento, y debo añadir que es indigna de un científico. De hecho, incorporar algún "fundamento superior" que insufle un fuego misterioso sobre las leyes naturales equivale a destruir la idea de ciencia. A nadie con suficiente juicio se le ocurre que para estudiar cualquier disciplina científica, como prerrequisito, o como estudio de fín de carrera, hay que estudiar el kybalion, la teología natural católica o el Bagavad Gita.

    Ustedes, seguidores de la metafísica, pueden formularse cuantas preguntas misteriosas deseen, como ¿Existe un ser omnipotente y necesario?, ¿Cuántos avatares tiene Krishna? o ¿Existe una tetera en la órbita del sol? pero, por favor, si es posible, no invadan el terreno de la ciencia. Hace mucho, mucho tiempo, que el bloque ciencia-filosofía se ha roto. Kant: la metafísica futura no es posible como ciencia. Pero la ciencia existe de hecho sin metafísica.

    ResponderEliminar
  3. ¿Qué insufla fuego...? Puf! Menuda pregunta... y menuda respuesta...

    ResponderEliminar
  4. El fuego de las ecuaciones no es más que una metáfora (la filosofía necesita de imágenes y relatos míticos para representar intuiciones; y la física también: cuando representa los estadios tempranos del universo, o los rastros de las particulas atómicas). Hawking sugiere el interrogante de la explicación última (el “fundamento”) de que el universo material obedezca a leyes que se dejen representar por las teorías y ecuaciones científicas. La ciencia misma no puede dar cuenta de su fundamento, porque es parte del universo (no puede elevarse a “juez y parte”), y si se le interroga, la ciencia da por hecho la existencia de leyes, sin pretender explicar su razón de ser. Ésa es la tarea de lo que convencionalmente llamamos “metafísica”. El sentido del “argumento teleológico” es que si hay leyes naturales, formulables en términos matemáticos, presuponen un “legislador”, igual que la flecha que se dirige al blanco supone un arquero que la haya lanzado (es la hermosa imagen tradicional, que emplea Santo Tomás en su “quinta vía”). A eso le llamo fundar la ciencia. La práctica científica puede prescindir de estas consideraciones, porque da por hecho las leyes y su representabibilidad matemática. Pero explicar por qué el universo responde a leyes, corresponde a un saber superior.

    ResponderEliminar
  5. ¿Sabes Joaquín por qué a veces me emocionan algunas lecturas? Porque son reflejo de mi pensamiento de tanto como me identifico con lo que dicen. Y eso me ha pasado hoy con tu post y con tu anterior comentario. Gracias: eso es lo que yo quería decir...

    ResponderEliminar
  6. Gracias, Mar, leyendo tu blog a mí también me pasa igual. A eso le llamo "la convergencia de las mentes", que es un fenómeno muy serio.

    ResponderEliminar
  7. La ciencia estaba "fundada" en la teología (philosophia ancilla theologiae) únicamente en el concepto tradicional de ciencia. Un concepto que permitía concebir la teología como "ciencia".

    En este contexto, o bloque ciencia-filosofía, es hecho literalmente pedazos por la nueva ciencia, por lo que se ha llamado "revolución copernicana" que culmina majestuosamente Newton.

    Uno de los filósofos que captan mejor esta "revolución" es Kant. Su solución es incompleta, porque apela a un sujeto "trascendental" que es en realidad un sujeto histórico y corpóreo: la mente humana. Pero Kant comprende perfectamente que la metafísica no es posible como ciencia. La ciencia "empírica" (es decir, las leyes descubiertas por Newton) se basa en los juicios sintéticos a priori, basados en la experiencia, mas allá de la cual la mente humana se pierde en paralogismos.

    Al afirmar que la ciencia "no puede dar cuenta de su fundamento", Joaquín retrocede a la escolástica medieval. No es casual que se cite a Tomás de Aquino, como autoridad -utilizando, por cierto, el mismo argumento que emplean los partidarios del "Diseño Inteligente". No sé si sorprenderme porque la postura de Joaquín sea intercambiable con la de Michael Behe y el Discovery Institute. Sin embargo, si algo caracteriza a la ciencia moderna es, precisamente, que no necesita ningún fundamento exterior, o "a priori" teológico o metafísico: verum est factum, del mismo modo que existe una cosmología científica sin teleología cosmológica. La "metafísica" en el sentido de Kant son sólo las condiciones universales y necesarias del conocimiento. Y no hay más "metafísica" de la ciencia que nuestros propios límites cognitivos.

    Las leyes naturales no presuponen a ningún "legislador" inteligente. Entre "ley" y legislador natural hay un hiato insuperable. Por otra parte, siempre podría suponerse que se trata de un legislador maligno, cartesiano: un "legislador" que produce la falsa apariencia de que el universo funciona de acuerdo con leyes. Pero las leyes naturales son precisamente el principal argumento contra la existencia de un legislador universal. En primer lugar, porque la ciencia moderna no trata de todas las cosas, no es una "Mathesis universalis" que abarque la "ley de la naturaleza", sino sólo ciertos campos categoriales (matemáticas, física, biología, etc) organizados. Si los filósofos del siglo XVIII construyeron una filosofía mecanicista atea esto fué posible precisamente porque Dios quedaba reducido a la condición de "primer motor", o aquel que ponía en marcha el funcionamiento del reloj. Por otra parte, la apelación a un legislador, o un relojero no deja de ser un Non Sequitur sin ningún poder explicativo: ¿quién diseñó al diseñador?, ¿quién hizo al relojero?

    ResponderEliminar
  8. Fíjense en el disparate: Existe un "saber superior" que trata de por qué el mundo obedece a ciertas leyes (saberes "inferiores") y es matematizable. Un cierto saber que explica por qué es posible la ciencia. Bien, esto es algo a medio camino entre la teoría del conocimiento y la ontología. Pero nada tiene que ver -en principio, con la metafísica, o la teología.

    Fundar la teoría del conocimiento en una metafísica teleologista y deísta es tanto como destruirla. Arrojar por la ventana a la ciencia moderna: fare il mondezzaro con Galileo, Newton y Einstein. Lo que la metafísica deísta nos dice es poco menos que esto: existen leyes porque hay un legislador, y este legislador es Dios. Afirmar que exiten leyes porque han sido legisladas por Dios (cayendo en un neto antropomorfismo, como si Dios fuera una especie de Solón cósmico) y no porque emergan inmanentemente de la misma naturaleza (al fín y al cabo esto es la "physis") no es explicar absolutamente nada. Es la no-explicación por excelencia.

    No creo que la discusión de mucho más de sí. Salvo la cosa sociológica: intentar explicar por qué los católicos moderados modernos necesitan regresar a una concepción de ciencia que, en realidad, pertenece al siglo XIV.

    Salud.

    ResponderEliminar
  9. No veo un regreso a la ciencia medieval. Las cuestiones acerca del fundamento del mundo se sitúan fuera de los límites de la ciencia, que decae en la frontera del universo material. Vuestro error, si quieres, "epistemológico", es pretender que toda la realidad se reduce a la materia, cuestión que hasta el momento no he oído que nadie haya demostrado. Y por supuesto que es un auténtico disparate una ley sin legislador, una flecha sin arquero o un universo sin creador. Dices muy bien lo del "hiato", porque sin embargo la relación entre Dios y el mundo creado no puede ser de continuidad, como entre dos fenómenos físicos contiguos (eso sí es aristotélico: el motor inmóvil).

    ResponderEliminar
  10. Si no lo ves, el defecto puede que esté en tu vista, no en la nitidez del objeto. De hecho, así es. Ni la filosofía, ni mucho menos la ciencia natural, tiene por qué entenderse ancilla metaphysicae. La concepción que defiendes es compatible con la escolástica medieval, con la noción tomista de ciencia, y con la idea del Discovery Institute.

    Lo disparatado es suponer que la teoría del conocimiento tiene que fundamentarse metafísicamente (y entendiendo por "metafísica" una ontología sobrenaturalista). Por supuesto que debe existir un saber que se pregunte por la naturaleza del conocimiento (epistemología), de la realidad (ontología) o de la naturaleza de las ciencias (gnoseología)...pero esos saberes son FILOSOFíA. Eso saberes no son "superiores" a la ciencia, saberes de segundo grado que presuponen en marcha a las ciencias (a la manera como la crítica de la razón pura de Kant presuponía la mecánica newtoniana) sino distintos a ella, y nada tienen que ver -en principio, con la metafísica.

    Me parece realmente increíble que a estas alturas de película estemos discutiendo un argumento tan tosco como que las "leyes naturales" precisan un "legislador sobrenatural". Esta noción, aparte de ser inútil para la epistemología, porque deja completamente en la sombra qué o quién diseñó al "diseñador", es una noción teológicamente muy débil: reduce a Dios antrópicamente al papel de legislador, como si fuera una especie de Solón cosmológico. Además, el "Solón cósmico" introduce un principio de incertidumbre en la ciencia que lejos de "fundamentarla" la sitúa en tierras muy movedizas: Si Dios es un ser omnipotente, entonces
    no habría manera de elucidar si las "leyes naturales" son apariencias. No habría modo de saber si la legislación natural es, en realidad, un velo de Maya puesto por un demiurgo cartesiano delante de nuestras cabezas.

    ResponderEliminar
  11. Fé de erratas

    Debí escribir:

    Eso saberes no son "superiores" a la ciencia, sino saberes de segundo grado que presuponen en marcha a las ciencias (...)

    ResponderEliminar
  12. Bueno, a ver si me aclaro de una vez.

    La frase debe decir algo así, espero que se entienda:

    Eso saberes no son "superiores" a la ciencia, son saberes de segundo grado que presuponen en marcha a las ciencias (a la manera como la crítica de la razón pura de Kant presuponía la mecánica newtoniana); saberes distintos a la ciencia, que nada tienen que ver -en principio, con la metafísica.

    ResponderEliminar
  13. En cuanto al "reduccionismo materialista"...

    En realidad, sois "vosotros", creacionistas y espiritualistas, los que hacéis del universo un reduccionismo espiritual. Para "vosotros" Dios es espíritu puro y causa del mundo material. Pero la causa es siempre más noble que el efecto (dixit Aristóteles) y, en sus propios términos, infinita y sobreabundantemente superior. Entre el "mundo espiritual" y el "mundo material", Dios y la creación, no puede darse "contigüidad" ontológica ni física. Huelga recordar aquí las aporías que alcanzó el dualismo del siglo XVI, vía Descartes o Leibniz. Ninguno consiguió resolver el tema de la "contigüidad" o comunicabilidad de la res extensa y la res cogitans. Materia y Espíritu se comunicaban a través de meros artificios teóricos, colocados ad hoc: la armonía pre-establecida, la glándula pineal, etc. Me pregunto qué científico o filófoso puede tomarse hoy estas cosas realmente en serio. El universo "material" es, comparado con Dios, una mariposa exhalante, un velo de Maya.

    En cambio, "nosotros", naturalistas o materialistas, no reducimos el universo a materia física, masa o cuerpo. La "materia" puede entenderse como una categoría trascendental que incorpora a la conciencia, la mente, las ideas... No existe, en esta visión -que es la que comunican las ciencias: neurociencias, neurobiología, psicología evolutiva, filosofía de la mente-, dualismo alguno entre "materia" y "espíritu" ni, en consecuencia, reduccionismo alguno.

    La viga en el ojo...

    Pido disculpas por no haber ensamblado los mensajes en uno.

    ResponderEliminar
  14. Uf!, otro error: donde decía siglo XVI quería decir, evidentemente, XVII.

    ResponderEliminar
  15. Así es, "Detrás-del-reflejo"... Que haya científicos creyentes nos pone sobre la pista que "aquí hay gato encerrado", y que la racionalidad no es incompatible con creer en Dios.

    ResponderEliminar
  16. Quizás la caja donde esté encerrado el gato es la de Shrödinger. Una caja un poco sospechosa.

    ResponderEliminar
  17. El creer en Dios y en creer en la ciencia son dos aspectos del conocimiento que se basan en herramientas diferentes la primera en la Fe, la segunda en la razón.
    La razón en terrenos de Fe llegan a conclusiones epistemológicamente impecables pero que dejan con ganas de más por la propia imposibilidad de estudiar noúmenos. La existencia de Dios y sus condignos lo es, sin duda.
    El emplear la Fe para cosas de la ciencia es un absurdo porque el propio métido científico empírico da una solución perfecta desde el punto de vista de la lógica.
    Es decir al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.
    La ciencia tiende por naturaleza a un materialismo que todo lo que tenga que ver con Dios y la religión (pero no solo también con la ética o la filosofía) le queda un poco a desmano.
    La interpretación religiosa de muchos conceptos del día de hoy desconectándose de la razón hace que sea inadecuado e, incluso, pueda inhabilitar a los conocimientos al amparo de la Fe de una adecuación perfecta.
    La naturaleza se estudia mediante los sentidos y con herramientas que permiten modelizarlos podemos establecer preducciones de lo que ocurrirá, i ncluso predecir herramientas que a su vez predecirán lo que ocurrirá en circunstancias muy diferentes. Ej Mecánica cuántica.
    La teología, teosofía o cualquier otra disciplina de la fe no es en si misma ciencia sino conocimiento y como conocimiento puede ser refutado según un planteamiento Hegeliano Fichetano primigenio.
    La ciencia no puede fundarse en una religión, como bien dice Eduardo, por cuestiones obvias.
    No se apoya en el empirismo y a veces es claramente en contra y, además, la idea de ser superior no puede ser comprobable y en este caso hay que construir teorías sin ese "flanco" lógico débil.
    Por otro lado la ciencia se basa y aportilla unos conceptos que tienen importancia metafísica y, también trascendente pero no han de mezclarse, son de diferente naturaleza.
    Es posible que un científico, aun sin moral ni ética ni religiosa ni de ningún tipo, llegue a conclusiones válidad y óptimas sin embargo no es posible sin el atalaje mínimo de un pensamiento científico que un sacerdote, teólogo o cualquier otro entre en el mundo de la ciencia sin estar abocado al fracaso.
    En resumidas cuentas un científico no sabe de Dios, no puede comprobarlo, por lo que sus teorías habrán de hacerse a la espalda de ël/Ella.
    La religión es una cosmogonía perfecta, una redundancia rotunda de justificaciones aún amparadas no del todo que enarbolan un complejo sistema de valores, trascendencia, explicaciones, etc. SI aplicáramos un mínimo principio de la ciencia: El teorema de Gödel llegaría a una somera pero increible conclusión: No llega a explicar todo.
    Por otro lado lo sabíamos como sabemos, los que nos decimos cristiano, que hay un algo que no puedo explicar.
    Como decía el tercer doctor de la iglesia tertuliano:
    Es imposible por eso creo.

    Perdón por el discurso pero es un tema que me apasiona.

    ResponderEliminar
  18. Bonhamled, a mi (como a muchos) también me apasiona el tema. Muchas gracias por tu valioso comentario. Has llegado el último y has puesto más claridad y orden en la discusión.

    ResponderEliminar
  19. "y ¿qué dios detrás de Dios la trama empieza?"

    Más o menos así lo escribió Borges (que por cierto como bibliotecario clasificaba las teologías dentro del género fantástico).

    Soy un ignorante en filosofías pero creo que joaquín y eduardo nunca podrán ponerse de acuerdo.

    Comparto (en la medida en que la entiendo) la visión de eduardo. Prefiero una explicación del mundo desde el punto de vista puramente científico que desde el mito y la revelación.
    ¿Podría aceptar la probabilidad del Dios legislador que defiende Joaquín?
    Pos valeee, de acuerdooo, me he equivocado tantas veces... Lo malo es que "de matute" detrás del legislador nos quieren colocar tantas otras cosas...

    Todo ello desde el más profundo respeto y asumiendo el atrevimiento de mi ignorancia.

    ResponderEliminar
  20. Sí, Pazzos, admito que son dos visiones irreconciliables del mundo, la "cientificista" y la "religiosa". Pero no olvides que la ciencia en modo alguno es incompatible con la fe religiosa; tan sólo lo es la visión "imperialista" y excluyente del cientificismo, que pretende medir toda la realidad bajo el prisma de la razón empírica.

    ResponderEliminar
  21. "Quienes creen en esto y quienes no lo creen carecen de fundamento común para discutir, pero, en vista de sus opiniones, por fuerza tienen que despreciarse mutuamente". Platón.

    Yo llegué tarde a la discusión, pero Platón llegó antes que nosotros. Les felito, no obstante, por su urbanidad.

    ResponderEliminar
  22. Gracias, tocayo, por la nota. ¿Puedes dar la localización precisa del pasaje de esa sentencia platónica?

    ResponderEliminar