"Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego." (Mt 5,22).
Por tercera vez nos ocupamos del libro Jesus. Aproximación histórica (2007) del profesor y sacerdote vasco José Antonio Pagola. En anteriores entradas nos hemos referido a su presentación en Sevilla, y más tarde a la ya famosa nota de clarificación de la Conferencia Episcopal. En este momento no viene mal recordar que la nota no censura, no castiga, no condena, no prohíbe leer el libro: simplemente hace algunas clarificaciones.
La novedad estival es que un grupo particular de teólogos españoles ha publicado unas "Consideraciones para una valoración crítica de la “Nota de clarificacción” de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe" [que se puede leer en Atrio], y que dice cosas muy interesantes. Concluye diciendo:
"No negamos en absoluto que la Iglesia necesita un servicio de vigilancia por la pureza y la integridad de la fe. Pero estamos convencidos de que no cabe confundir esa pureza con nuestra pereza intelectual, ni la integridad con un integrismo que excluye toda pluralidad. Creer que la asistencia del Espíritu puede conseguirse a base de ignorancia y cerrazón sería una especie de “monofisismo eclesiológico” que revelaría un monofisismo cristológico heterodoxo. Todo lo cual hace un enorme daño a la misión de vigilar por la fe."
Vengo observando que en algunos foros de internet, de cuyo nombre no quiero acordarme, se ha convertido en muletilla motejar de arrianos a los cristianos que nos interesamos por la figura humana, próxima, histórica, tangible, de Jesús sobre la tierra. Este insulto, que falta a la caridad cristiana, es sin embargo muy peligroso, porque los movimientos fundamentalistas que se están revolviendo en la actualidad, muy bien podrían incurrir facilmente en la herejía contraria, que es el monofisismo. La herejía monofisista es la que subraya, por descompensación, la naturaleza divina de Jesús, despreciando su naturaleza de verdadero hombre [puede leerse el comentario de Joseph Lortz sobre esta herejía en las páginas de conoZe.com].
Artículos recomendados:
[Benjamín Forcano: Teólogos, no inquisidores]
[Ignacio Larrañaga: Carta abierta a José Antonio Pagola]
[Guzmán Pérez: "Pero Jesús se abrió paso entre ellos"]
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Por tercera vez nos ocupamos del libro Jesus. Aproximación histórica (2007) del profesor y sacerdote vasco José Antonio Pagola. En anteriores entradas nos hemos referido a su presentación en Sevilla, y más tarde a la ya famosa nota de clarificación de la Conferencia Episcopal. En este momento no viene mal recordar que la nota no censura, no castiga, no condena, no prohíbe leer el libro: simplemente hace algunas clarificaciones.
La novedad estival es que un grupo particular de teólogos españoles ha publicado unas "Consideraciones para una valoración crítica de la “Nota de clarificacción” de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe" [que se puede leer en Atrio], y que dice cosas muy interesantes. Concluye diciendo:
"No negamos en absoluto que la Iglesia necesita un servicio de vigilancia por la pureza y la integridad de la fe. Pero estamos convencidos de que no cabe confundir esa pureza con nuestra pereza intelectual, ni la integridad con un integrismo que excluye toda pluralidad. Creer que la asistencia del Espíritu puede conseguirse a base de ignorancia y cerrazón sería una especie de “monofisismo eclesiológico” que revelaría un monofisismo cristológico heterodoxo. Todo lo cual hace un enorme daño a la misión de vigilar por la fe."
Vengo observando que en algunos foros de internet, de cuyo nombre no quiero acordarme, se ha convertido en muletilla motejar de arrianos a los cristianos que nos interesamos por la figura humana, próxima, histórica, tangible, de Jesús sobre la tierra. Este insulto, que falta a la caridad cristiana, es sin embargo muy peligroso, porque los movimientos fundamentalistas que se están revolviendo en la actualidad, muy bien podrían incurrir facilmente en la herejía contraria, que es el monofisismo. La herejía monofisista es la que subraya, por descompensación, la naturaleza divina de Jesús, despreciando su naturaleza de verdadero hombre [puede leerse el comentario de Joseph Lortz sobre esta herejía en las páginas de conoZe.com].
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